Rocky es una de las mejores películas de la década del '70, una de las más taquilleras y la ganadora de dos premios Oscar (a Mejor película y Mejor director en 1976). Puede decirse que fue la cinta que catapultó a la popularidad a Sylvester Stallone, que no solo la protagonizó sino que también fue el autor del guión. Si bien todos recuerdan el mítico cierre del primer filme de la saga -Rocky pierde a los puntos contra Apollo Creed pero gana la victoria moral- el plan inicial era darle un final mucho más sombrío que jamás vio la luz.
Haciendo un repaso por el final del largometraje, una vez que se ha declarado a Creed como campeón a los puntos, los periodistas se abalanzan sobre Rocky; él es quien se ha llevado la victoria moral que rematará en futuras películas. Pero al personaje no le importa nada de eso, solo quiere ver a Adrianne, la chica de la que está enamorado (interpretada por Talia Rose Coppola). Rocky la llama a gritos, la busca entre la multitud a pesar de que casi no puede ver debido al castigo al que Creed le ha sometido durante la pelea. Adrianne se va abriendo camino entre el público que ha asistido a la pelea, consigue subir al ring y se funde en un dramático abrazo con el que acaba la película.
En realidad, ese final fue el segundo que se rodó tras las críticas del público que asistió a las funciones de prueba. El primero, también escrito por Stallone, tenía un tono mucho más melancólico. En la versión original, tras la victoria de Apollo Creed, Rocky baja del ring y se encamina a los vestuarios, derrotado. De camino, en el túnel se encuentra con Adrienne y allí, en soledad, se declaran su amor. Se cogen de la mano y siguen caminando hacia los vestuarios. Es el principio, suponemos, de una nueva vida juntos.
Lo cierto es que al público no le gustó ese final tan sombrío y los productores consideraron que había que filmar otra conclusión, menos poética pero más impactante. Modificada la escena final, se convirtió en una de las más icónicas del cine hollywoodense. Como a Stallone le seguía gustando el final descartado, quiso ecuperar escenas del metraje para insertarlas en Rocky V (1990) pero eso no fue posible porque descubrió que los negativos habían sido destruidos por el estudio.
De cualquier forma, en los posters promocionales de Rocky se utilizaron imágenes de ese final que jamás vio la luz y que jamás la verá, dado el fatídico destino de un archivo fílmico que bien podría ser revalorizado por el fandom de la saga.