Disney comenzó a trabajar en una secuela para Cruella, la adaptación de acción real de la cinta animada de 1961 101 Dálmatas y protagonizada por Emma Stone como la icónica villana Cruella De Vil, que lanzó en cines y en la plataforma de streaming Disney+ hace poco más de una semana.
Es que la cinta, en rigor una precuela del clásico de animación pues da cuenta de los orígenes de Cruella, tuvo una gran aceptación del público con más de 80 millones de dólares recaudados en su primera semana de exhibición en salas de todo el mundo (cifra más que aceptable para las deprimidas taquillas pandémicas).
Según informó el sitio especializado The Hollywood Reporter, también tuvo un “fuerte” comienzo en el catálogo de Disney+, donde por ahora está disponible bajo la modalidad Premier Access, es decir con un costo adicional al de la suscripción. Se espera que tanto el director, el australiano Craig Gillespie, como el guionista Tony McNamara participen de la secuela.
Ambientada en la Londres de los 70, con el movimiento punk en ebullición, Cruella muestra los primeros pasos del personaje del título, aunque con un enfoque diferente al de todas sus versiones cinematográficas: todavía una joven algo inocente, Estella (nombre real de la muchacha) es una huérfana que sueña con convertirse en diseñadora de modas. Todavía no está obsesionada con hacerse un abrigo de piel de perros dálmata, sino que la verdadera villana de la historia es la Baronesa von Hellman (Emma Thompson), una inescrupulosa reina de la moda con la que se batirá en un duelo a todo o nada.
Cruella según la mirada del crítico Ignacio Dunand, de El Destape
Alejada de la trama de La noche de las narices frías (1961) y 101 dálmatas (1996), Cruella toma un camino arriesgado con resultados más que aceptables y una estética punk que le sienta a la perfección. Oración aparte merece el excelente soundtrack que acompaña a la historia de origen con clásicos del rock de los '70.
Emma Stone entrega cuerpo y alma en una Cruella que lucha contra su maldad y carga con una dolorosa historia personal. Un personaje humanizado y perdedor, capaz de generar empatía y cariño sin caer en lugares comunes de sensiblería molesta. En la contracara, la experimentada Emma Thompson carga con el rol villanístico y sarcástico: su nombre es sinónimo de calidad y esta no es la excepción. Para sorpresa de los más escépticos, Cruella es atrevida y refresca un historial de tropiezos en la cruzada de Disney por revivir todos sus clásicos acercándolos a las nuevas generaciones.