Aunque Heath Ledger y posteriormente Joaquin Phoenix presentaron dos interpretaciones del Joker muy aclamadas, ya en 1989 Jack Nicholson había elevado la popularidad del personaje en el cine. El actor, sin embargo, tuvo serios problemas relacionados con su salud en su proceso de transformación en el villano del primer Batman de Tim Burton,
Un video publicado en 2017 en el canal Flashback FilmMaking detalla cómo fue todo el proceso de maquillaje del filme. Ahí puede verse como el personaje de Nicholson llevaba en la cara unos prostéticos para estirar su sonrisa y hacerlo parecer más siniestro. Para ello, el equipo tuvo que crear un tipo de maquillaje especial que pudiera aplicarse y quitarse en tan solo dos horas. Además, pese a su marcado color blanco y a los cambios físicos que incluía, no debía ocultar el rostro del intérprete.
Pero el principal problema no fue ese, sino que Nicholson es alérgico a una sustancia concreta que los artistas de maquillaje emplean de manera recurrente en trabajos como aquel. "Una de las ironías de mi vida es que soy alérgico al spirit gum, la unidad básica del maquillaje de películas", recordó Nicholson en un testimonio para la ocasión. El spirit gum es una especie de adhesivo que combina una sustancia alcohólica y una resina y que sirve para la sujeción de prótesis como la mandíbula del Joker. Su origen se remonta al siglo XIX en el teatro y, aunque no se sea alérgico, puede provocar irritaciones en la piel.
Para solventar la alergia de Nicholson, el equipo de Batman tuvo que ingeniárselas para encontrar la manera de mantener las prótesis de la cara del Joker sin usar el spirit gurn y provocarle una reacción al actor. Por fortuna, lo consiguieron y el rodaje pudo llevarse a cabo sin mayores complicaciones en ese aspecto.
- Con información de Europa Press.
La última entrevista de Jack Nicholson tras su retiro de la actuación
Años atrás y en medio de rumores de problemas de salud que empezaron a correr, Jack Nicholson había revelado en una entrevista con Film Comment la verdadera razón tras su salida de la industria de Hollywood: “No soy un solitario, no soy un recluso, pero no me hace falta volver, ya no es una necesidad. No lo disfruto. Es tan simple como eso. Tengo el cerebro de un matemático, simplemente no voy a trabajar hasta el día en que me muera, no es por eso que comencé con esto. Quiero decir, no hay nada que despierte mi atención. Antes sí me sucedía, pero ahora no, así que no tengo razones para exponerme; cuando ya estás grande, cambiás”.