El dramaturgo Jacobo Langsner murió a los 93 años. Fue el autor de grandes éxitos en el cine de nuestro país, como Esperando la carroza.
De larga trayectoria en el teatro uruguayo y en la escena argentina, Langsner falleció en la madrugada del lunes. Entre sus obras más destacadas se recuerdan películas como "Darse cuenta", "El agujero en la pared" y "Besos en la frente".
Nacido en Rumania pero criado en Uruguay, también fue autor de obras de teatro como "Locos de contento" y ciclos televisivos de la talla de "Alta comedia" y "Atreverse". Antes de desembarcar en la Argentina, Langsner logró un amplio reconocimiento en Uruguay, con piezas interpretadas por figuras como China Zorrilla.
Sin embargo, fueron los diálogos creados en la famosa comedia dirigida por Alejandro Doria los que le valieron su trabajo más aclamado; algo ratificado en el gran número de latiguillos extraídos de ese libreto por el habla popular.
El escritor había iniciado su carrera a principio de los `50 a partir de su participación en la escena teatral independiente uruguaya, con títulos como "El hombre incompleto", "La rebelión de Galatea", "Los ridículos" y "El juego de Ifigenia". En 1958 se radicó en Buenos Aires, en donde continuó con su actividad hasta alcanzar el reconocimiento general con "El tobogán".
En aquellos años también creó "Esperando la carroza", su obra más famosa, la cual tendría una versión televisiva en un capítulo de "Alta comedia" y algunas adaptaciones teatrales, aunque debería esperar hasta mediados de los `80 para su consagración en el cine. Antes, en 1975, el escritor debió exiliarse en Madrid, en donde también llevó al teatro el que sería su texto más reconocido, junto con "Paternóster".
Su regreso al país coincidió con la vuelta de la democracia y le deparó su etapa de mayor reconocimiento popular, con una gran cantidad de títulos suyos en el cine, en muchos casos con la participación actoral de su gran amiga China Zorrilla.
A nivel premios, el trabajo de Langsner fue merecedor de galardones en el rubro teatral, cinematográfico y televisivo; aunque seguramente nada se compare al hecho de que miles de argentinos sean capaces de reproducir de manera textual muchos de sus diálogos.