Lucía Puenzo: "Lo que hicieron con mi papá en el INCAA fue horriblemente injusto"

La cineasta estrenó Los impactados, su nueva película donde explora el universo de quienes viven con "adicción" a la electricidad.

29 de febrero, 2024 | 16.24

La nueva película de Lucía Puenzo (XXY, Wakolda), protagonizada por Mariana di Girolamo llegó a las salas de cine y cuenta una historia en apariencia fantástica, pero de registros verídicos. Los impactados cuenta la historia de Ada, una médica veterinaria que trabaja en zonas rurales y queda atrapada en una tormenta siendo impactada por un rayo, esto la reconfigura física y psíquicamente. Al despertar de un coma inducido semanas más tarde, se da cuenta de que ya no es la misma y comienza a sufrir una serie de extraños síntomas que no puede controlar: alucinaciones, visuales y auditivas, descargas eléctricas y confusiones temporales. En su intento de familiarizarse con su nuevo cuerpo consigue la ayuda de un grupo de “impactados" e inicia un proceso de transformación personal.

“El impacto de los rayos es aleatorio y no hay explicación de por qué elige a uno y no elige a otro, es muy violento y en general ocurre que la persona tiene un fogonazo, corta a negro y, si sobrevive, abre los ojos semanas o meses después, y empieza una reconfiguración de su vida. En los impactos de rayo sucede que, quienes sobreviven, tienen órganos que empiezan a funcionar de manera distinta. Nos inspiramos en un caso real para contar la historia de Ada. Eso me parece alucinante como idea médico-científica y poética a la vez”, explicó Puenzo en diálogo con El Destape a raíz del estreno de la que considera que es “una partitura visual y sonora” hecha película.

- La historia parece inverosímil, pero si uno investiga se abre un mundo un tanto perturbador…

Sí, pero cuando te interiorizás en el tema se abren canales de exploración muy curiosos. Los impactados es una idea que me acercó una amiga artista plástica, Lorena Ventimiglia, que estaba hace tiempo estudiando marcas de Lichtenberg pintándolas y observando cómo se imprimen en el cuerpo como el surco eléctrico del rayo que las provocó y qué pasaba con esa simetría.

Lo primero que me pasó fue tener la sensación de que las tormentas y los rayos son algo que tenemos tan cerca, pero de lo que muy poco sabemos. A la vez no tenía idea que existían grupos de impactados, que existía la electrofilia, que muchos de los sobrevivientes a un impacto de rayo tienen estos extrañísimos síntomas de hiperacusia, fotofobia, aberraciones visuales que las llaman auras. Todo ese universo tan próximo, pero tan desconocido, fue la puerta de entrada a la película. Queríamos proponer un viaje hacia ese tipo de locura de distorsión visual y sonora.

- ¿Qué fue lo más curioso que encontraste sobre los electrofílicos o adictos a la electricidad?

Existen diferentes tipos de electrofilia. No todos los electrofílicos recibieron un impacto de rayo. Es una adicción más, tal vez muy desconocida. Salir a cazar un rayo, darse un saque de electricidad o meter los dedos en un enchufe son algunas de las vertientes interesantes de este universo. Lo que sí ocurre es que, muchas veces, los sobrevivientes de impactos empiezan a tratar de entender y buscar eso que les hizo sentir el rayo -que es casi orgásmico- y empiezan a jugar con los límites que propone la electricidad.

- ¿A vos qué te provocan los rayos?

Me fascinan. Es un sedante natural. Amo colgarme y mirar un horizonte abierto desde que hay sol hasta que se desata una tormenta.

- Tanto en Los impactados como en el resto de tu filmografía se repite un patrón en la elección de las historias. Estas son muy oscuras. ¿De dónde surge esta búsqueda?

A mí me gusta mucho leer y mirar thrillers y películas de ciencia ficción. De hecho, la serie que estoy filmando ahora en México es de realismo futurista. Era una producción para rodar en Argentina pero no hubo manera de armarla acá y es sobre el espectro emocional de la inteligencia artificial, androides antropomórficos. La peleamos mucho para hacerla en Latinoamérica, porque hay un prejuicio con que desde la región no se termina nunca de poder financiar otros géneros que no sean dramas, melodramas y comedias. En lo personal me resisto a la idea de que haya géneros que parece que solo pueden ser traídos de Estados Unidos, Europa o Asia, creo que tenemos que pelear por hacer ciencia ficción.

- El estreno de la película está marcado por una situación crítica que vive el INCAA y el cine nacional, con las políticas de desfinanciamiento impulsadas por el presidente Javier Milei. ¿Cómo estás pasando este momento?

La demonización que está viviendo el arte y la cultura es histórica. Que un gobierno ataque así  a los artistas, naturalizando la violencia institucional a los que expresamos nuestras ideas y que ni siquiera nos convoque a tener una conversación, es inédito. Lo que está ocurriendo es una verdadera guerra cultural. Tengo 47 años y siento que ni vos ni yo en vida vimos lo que está pasando ahora, que es de una gravedad muy triste. No tengo ningún optimismo con lo que está pasando ni va a pasar y además veo mucha improvisación en la masacre que están haciendo con nuestro país… ni siquiera hay un plan extremo sistemático. Creo que habrá que dar todas las batallas necesarias y que tenemos que reagruparnos y ponernos muy creativos, porque van a venir épocas oscuras. Esto recién empieza.

- Estoy de acuerdo. Igual, la gestión política en el INCAA viene con problemas que alcanzaron un punto de estallido en la gestión de tu papá, Luis Puenzo…

Mi papá le dedicó su vida al cine. Yo estuve en muchas mesas chicas en las que todas las asociaciones le pidieron por favor que asumiera y aceptara la invitación que le hacían desde todos los sectores de la industria para presidir el INCAA, porque él había peleado por la Ley de Cine en el ‘94, que permitió que toda mi generación filme. Tengo muchos motivos por los que creo que fue horriblemente injusto el trato que recibió y cómo terminó su situación, con tantos de los que le pidieron que esté ahí soltando la mano muy rápidamente. No me sorprendió, creo que es lo que suele ocurrir en situaciones similares y él fue un poco ingenuo. Aún así fue un momento muy doloroso… yo me preocupé por mi papá, que estuviera bien, por suerte ahora está en otro lugar. Hoy lo que estamos viendo es un INCAA desfinanciado, acéfalo, no cerrado pero inactivo. Lo mismo que intentaron hacer con la ENERC.

- La última. Hace semanas trascendió que vas a filmar una película sobre Pepita, La Pistolera. ¿Por qué elegiste ese personaje?

Es un proyecto que me acercó Luisana Lopilato y me entusiasmó desde la primera lectura. Estamos haciendo un recorte muy puntual de la vida de Pepita, en finales de los ‘80 en una Mar del Plata invernal, cuando nace la leyenda. La historia va a centrarse en el momento en que ella sale a desafiar el negocio prostibulario, no es una biopic clásica de su vida. La vamos a filmar al final de este verano, cuando se vacíe Mar del Plata.