Recientemente, durante un discurso en un festival de cine, Ethan Hawke rememoró su vida como actor y recordó a quien le dejó valiosas lecciones de vida, como lo fue Robin Williams, cuando él empezaba su carrera y con quien trabajó en la película Dead Poets Society (La Sociedad de poetas muertos) de 1989. Y según lo que reveló, al principio pensó que el recordado actor no lo quería.
Hawke, que en el momento del rodaje de la producción tenía apenas 19 años, se tomaba muy en serio su rol como el tímido y sensible estudiante Todd Anderson. En cambio Robin Williams, quien encarnaba al extraordinario profesor Keating y ya era un actor consagrado con amplia experiencia por lo que se daba el lujo de improvisar, mantenerse relajado y hacer bromas en los sets de grabación, le decía constantemente a Ethan que se relajara y se reía frecuentemente de su personaje.
“Robin era muy divertido, relajado y creativo e improvisaba constantemente. Pero yo estaba preocupado por ser un actor serio, había incluso leído a Stanislavsky. Quería interpretar genuinamente ese personaje y no burlarme. Él (Robin) se reía de mí y decía: ‘Oh, ¡este no quiere reírse!’... Cuanto más hacía bromas sobre mi personaje, más humo salía de mis oídos”, narró sobre su interacción con el actor y su actitud bromista, que consideraba “irritante” en un principio.
Sin embargo, pese a esos episodios que Hawke tomó como algo personal en contra suya, más adelante el veterano Williams le demostró su aprecio y admiración con un gesto que valía más que mil palabras. Esto confesó entonces Ethan sobre lo sucedido tras el fin del rodaje de tal largometraje: “Cuando terminamos de realizar la película, recibí una llamada del agente de Robin diciéndome que me quería representar porque él le había dicho que sabía que yo iba a ser alguien grande algún día”, narró.
“Hubo una escena en la película en la que me hizo inventar espontáneamente un poema frente a la clase. Hizo esta broma al final, diciendo que me encontraba intimidante. Pensé que era una broma. A medida que envejezco me doy cuenta de que hay algo intimidante en la seriedad de los jóvenes, su intensidad. Es intimidante, ser la persona que creen que eres. Robin fue eso para mí”, agregó Hawke.