El nombre de Messi tuvo protagonismo central en la 96.ª edición de los premios Oscars. En la ceremonia que se llevó a cabo en el Dolby Theatre, tanto como en la flamante alfombra roja, la película Anatomía de una caída (Anatomy of a fall) se robó todas las miradas por la aparición de Messi, el Border Collie que comparte cartel con Sandra Hüller en la historia dirigida por Justine Triet.
Anatomía de una caída estuvo nominada a Mejor película, dirección, actriz para Hüller, montaje y guión original, ganando este último premio, pero muchos cinéfilos se preguntaban si en el momento de la ceremonia haría acto de presencia Messi, una de las "estrellas" del filme francés. El can ya había aparecido en el almuerzo de los nominados y fue mimado por actores y artistas como Billie Eilish, según reveló su entrenadora y dueña, Laura Martín Contini, en una entrevista con The Hollywood Reporter: “El gran momento fue con Billie Eilish, que se unió a Messi durante casi 10 minutos”.
Lo curioso fue que la organización de los premios decidió obrar a favor del perro y grabó sus apariciones antes de la ceremonia para que no se estrese. El resultado fueron los divertidos inserts de "Messi", que fue ovacionado por los actores y actrices de Hollywood. “No he visto a un actor francés comer vómito de esta manera desde Gerard Depardieu”, bromeó Jimmy Kimmel en su monólogo de presentación anunciando la aparición del can. El perrito tuvo otra divertida aparición aplaudiendo y provocó una reacción de sorpresa y ternura en Ryan Gosling, quien no pudo evitar reírse ante las palmadas simpáticas del can.
De qué trata Anatomía de una caída
La historia sigue a la muerte de Samuel, encarnado por Samuel Theis, quien vive con su esposa Sandra (Hüller) y su hijo de 11 años Daniel, e inicia el metraje con su fallecimiento tras una caída desde el ático del remoto chalet que habitan en las montañas de los Alpes Franceses. La mujer se convierte en la principal sospechosa y la investigación del hecho y el juicio, que suscita el interés mediático, se torna un angustioso viaje psicológico a las fuentes de la conflictiva relación del matrimonio.
Más allá de ser en su forma un thriller legal, los tópicos abarcados apuntan más a un drama trágico sobre cónyuges en crisis: "La intención era crear una película que representara el deterioro de la relación de una pareja. El concepto era retratar el deterioro físico y emocional de un cuerpo de manera técnica, como símbolo del deterioro de la historia de amor", explicó Trier en declaraciones a la prensa. "Tenía muchas ganas de volver a trabajar con Sandra después de nuestro trabajo en Sibyl (2019) y escribí el guion teniéndola en mente. Esta mujer liberal, juzgada por su sexualidad, su carrera y su maternidad fue una de las primeras cosas que despertó mi interés. Creí que le aportaría complejidad y profundidad al personaje, sin que fuera un mero mensaje", contó la directora sobre la elección de la protagonista, con quien formó una sociedad artística en la que descansa el ambicioso filme.