En el cine de terror existe un submundo de películas de bajo presupuesto que, de tan “bizarras”, no suelen llegar a estrenarse en salas y terminan quedando relegadas a la piratería y al disfrute de una masa de fans adictos a estas. Cuanto más exacerbada es la historia, más curiosidad genera: súper tornados, tiburones de tres cabezas, invasiones de animales asesinos y posesiones demoníacas son algunos tópicos de una larga lista que recientemente sumó adaptaciones escalofriantes de clásicos personajes como el oso Winnie Pooh, el monstruo navideño El Grinch o la ingenua Alicia, de Lewis Carroll. Detrás de estos estrenos está Terrorífico Films, una distribuidora latinoamericana creada por tres argentinos que busca llevar a los cines películas de género alternativas y por fuera de las mega franquicias de monstruos y conjuros que dominan la taquilla mundial.
Matías Condito, Mariano Gigaglia y Adrián Ortiz -de larga experiencia en la industria del cine como programadores y distribuidores- son los creadores de Terrorífico Films, una empresa que empezó a funcionar el 12 de enero de 2023 con el estreno de Terrifier 2, película de horror que se hizo popular gracias al boca a boca y que sigue la historia de Art, un psicópata disfrazado de payaso. ““Terrifier 2" fue uno de los sucesos de mayor recaudación el año pasado. Sabíamos que iba a ser importante pero no imaginábamos la magnitud del fenómeno que provocó el payaso Art en el público. Salir al mercado con esa película fue arrancar con el pie derecho”, repasa Matías Condito, sobrino del histórico productor de cine Pascual Condito, sobre el debut. Gigaglia, que trabajó durante muchos años en la cadena Hoyts, suscribe y aporta números que fueron determinantes en la apuesta cinéfila: “En Estados Unidos Terrifier 2 empezó con 800 copias, pasó a 1200 en su segunda semana y en la tercera escaló a 1600. Con estos datos ofertamos, conseguimos el filme y estrenamos. La primera semana hicimos 6700 personas en el primer jueves y eso nos produjo una increíble alegría. Terminamos recaudando 105.000 espectadores, eso para una distribuidora independiente es maravilloso".
La recaudación de Terrifier 2 en Argentina fue un colchón para los estrenos que siguieron y provocaron un sube y baja de público y repercusiones en la prensa. “A los meses de haber empezado con Terrorífico estrenamos Skinamarink, que era un signo de pregunta gigante, y si bien fue elegida como una de las películas del 2023 según los críticos de la Rolling Stone, nosotros la vivimos como un dolor de cabeza porque no le fue bien y la aceptación no fue la que esperábamos. Después, con La maldición de la novia tuvimos 25.000 espectadores y con Winnie Pooh: Sangre y Miel… ahí patinamos. Pero en números generales no hubo pérdidas”, explica Gigaglia en torno a los desafíos que significa la construcción de una audiencia para el tipo de películas de terror que distribuyen. “No queremos mostrar lo mismo de siempre y lo que hacen casi todos”, señala Condito en la misma línea.
Hay que decirlo: ver a personajes como el osito bonachón Winnie Pooh en una adaptación deformada del clásico popular genera una curiosidad morbosa que engancha, más allá de lo bueno o regular de la historia que la producción decide contar. “Si se parte de la idea de que los cuentos de hadas originales son crueles y no tienen canciones de princesas felices con besos del verdadero amor, como trata de instaurar Disney, se abre un territorio muy atractivo para la exploración audiovisual. En ese sentido, me parece super natural que el terror y el género fantástico ocupen ese lugar desde una perspectiva no tan comercial, y que permita imaginar una fantasía más oscura. Que Winnie Pooh sea trastornado y mate gente es más parecido a la humanidad”, opina Condito, quien se amigó con las películas de terror en su juventud gracias a la irrupción de la revista La Cosa Cine en su vida.
El boom reciente de Cuando acecha la maldad, película que sigue en la cartelera de algunos complejos como el cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635, CABA) reavivó el interés de los espectadores por el género local y en Terrorífico Films no se muestran ajenos a esta lectura de audiencias. El éxito de la película de Demián Rugna, que en un principio iba a ser distribuida por ellos aunque, finalmente, BF París ganó la pulseada, abre un debate sobre la falta de visibilización y espacio que tienen los realizadores de terror argentinos en las salas, usualmente atestadas de tanques comerciales de las principales compañías. “Queremos ir hacía las películas nacionales porque apoyamos la producción argentina. Hay cine de terror buenísimo que necesita tener una difusión y un lanzamiento en las mismas condiciones que un estreno de afuera. Tenemos la ventaja de conocer a directores de la talla de Daniel de la Vega, Nicanor Loreti, Ezio Massa, Demián Rugna, en vistas de poder trazar nuevas alianzas comerciales. Hoy hay muchas voluntades pero es un momento de mucha incertidumbre. Lo importante es saber que la cultura es una de las cosas más importantes para un pueblo y para la identidad”, reflexiona Gigaglia, consciente de las amenazas de demolición cultural que impulsa el presidente Javier Milei en su agenda política.
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La productora recibió el 2024 con Alicia en el país de las pesadillas, una truculenta mirada de la novela de Lewis Carroll llevada al cine en numerosas oportunidades, y seguirá con 8 películas ya adquiridas que irán estrenándose en los meses siguientes, a razón de un filme por mes. El próximo lanzamiento será Jack in the box, una franquicia “que toma el legado de clásicos como It y Hellraiser”, el 1 de febrero; luego vendrá La maldición de Cenicienta, el 22 de febrero, y más adelante Vermín, un largometraje francés que según Condito y Gigaglia “tiene el estilo de Aracnofobia”. Además, pese a que aún no están confirmadas la distribuidora ya se encuentra en negociaciones para adquirir una versión terrorífica de Pinocho y de Mickey Mouse asesino, en su versión de dominio público que corresponde al corto El Barco de vapor Willie, lanzado en 1928.