Se formó en la escuela de teatro de la consagrada actriz Cristina Banegas, a los 17 años debutó en la pantalla chica en una serie de Netflix y el gustito por la televisión lo llevó a integrarse al elenco de la cuarta temporada de El Marginal en el personaje de Brian, uno de los aliados de Pastor (Juan Minujín) en sus estrategias para escaparse del penal Puente Viejo. En el medio, el cine y proyectos como Cambio Cambio (2022), una de las películas argentinas más importantes de los últimos cinco años. En líneas generales, este es el jugoso currículum de Ignacio Quesada, joven actor que crece en la profesión y es el protagonista de Martín García, una simpática coming of age dirigida por Aníbal "Corcho" Garisto que actualmente puede verse en la sala de cine del Malba.
En la película, Quesada interpreta a Germán, un joven artista que se muda junto a su madre a la isla Martín García, donde viven cien habitantes. Allí, se siente un extraño hasta que comienza un romance con la guardaparques de la zona (Thelma Fardin) mientras intenta descifrar de qué se trata la adultez y la toma de decisiones propia. En un mano a mano con El Destape, Ignacio Quesada confesó las razones que unen su vida personal a sus proyectos en cine y televisión, deslizó una meta para el futuro y opinó en torno a políticas, elecciones y escenarios que condicionan la vida de un joven actor en Argentina.
- ¿Qué te sedujo del guión?
La seducción pasó por algo muy fuerte que me está pasando con los proyectos de trabajo que me surgen y es que en todos puedo trazar un paralelismo con mi vida. Noto ese recorrido que me acompaña en mi crecimiento personal. Cuando me ofrecieron Martín García coincidió que justo venía de un viaje a Alemania para ver a mi papá -nunca había ido hasta allá, fue muy movilizante- y estaba mudándome solo por primera vez. A la primera semana de estar viviendo solo tuve que dejar mi casa y me fui para la isla a filmar un mes, y hay algo del viaje de crecimiento que hace el protagonista que confluye con los eventos que estaban pasando en mi vida. Me pareció muy simbólico.
- ¿Cuántos años tenés?
23.
- ¡Sos chico! ¿A qué edad empezaste a actuar?
Empecé a hacer teatro a los 13 años por invitación de mi vieja -que hace teatro desde chiquita y solo paró cuando me tuvo a mí- y ahí empecé a entrenar con Valentina Fernández de Rosa (hija de los actores Cristina Banegas y Alberto Fernández de Rosa), que falleció hace poquito, en El Excéntrico de la 18°. Valentina era una persona increíble y creo que no podría haber entrado a este mundo de mejor manera que gracias a sus clases. De hecho, hasta que no salió mi primer trabajo en actuación, que vino de la mano de ella, no pensaba dedicarme a esto.
- ¿Y qué querías ser?
Quería estudiar Física en la UBA. Me había inscrito en el CBC y justo antes de arrancar en la universidad me salió el trabajo en la serie Puerta 7. De ahí en adelante me dedico a actuar…
- ¿Cómo viviste ese primer rodaje?
Tenía 17, estaba recién salido del secundario… fue algo que viví con mucha inconsciencia y no tomé tanta dimensión. Agradezco que haya sido así porque fue una experiencia de trabajo agradable en la que estuve muy contenido por mis compañeros.
- Pasaron los años y de pronto fuiste protagonista de la película Cambio Cambio, para mí uno de los filmes más importantes del cine argentino de los últimos 5 años. Casualmente es una película que, por su temática, refleja muy bien el desastre que se está viviendo en la actualidad en Argentina con la “fanatización” por los dólares…
Sí, es un poco impactante cuando lo decís así (risas). No me imaginaba que la película tendría la repercusión que tuvo porque las circunstancias socio económicas que vivimos cuando la filmamos no eran las que vivimos hoy. Me parece tremendo que la peli haya cobrado una dimensión tan realista, pero a la vez siento súper atinada la mirada de Lautaro García Candela, el director, para reflejar esa porción de la Argentina tan esclava de los dólares. A la vez, pienso que una película tan crítica como Cambio Cambio hoy no podría hacerse en Argentina con todo el desfinanciamiento del INCAA.
- ¿Qué te pasa ante el escenario de recorte en el cine?
Es horrible lo que estamos pasando y no solo a nivel cultural. Siempre que hay algo que falla se busca un responsable y a mí me parece que nunca hay que culpar al pueblo, la gente hace lo que puede. Es obligación del Estado hacer que las cosas funcionen y no lo digo solamente en relación al cine. La gente tiene que poder vivir bien, darse algún lujito, tener dignidad.
- ¿Cómo estás viviendo este momento social como joven que se mudó solo hace poco, con las dificultades y desafíos que eso conlleva?
Y… es complejo. No vivo solo de ser actor, porque es una profesión muy inestable, así que hago un poco de todo lo que me surja en los baches entre proyectos de actuación… también es muy azaroso quedar en las producciones. Eso igual lo manejo bastante bien de entrada y no me pegó muy fuerte. De hecho, mi primer bache sin laburo fue apenas me mudé solo. Hasta ese momento venía con varios años de no parar de tener laburo y esa situación fue un cachetazo de realidad.
Ahora me pasa que me gustaría mucho hacer teatro profesional, solo estuve en Microteatro. Recién este año estoy dirigiendo una obra y actuando en otra que estamos ensayando y preparando. La obra que actúo, que la estamos haciendo con gente que estudia en la UNA, se llama Poema ordinario y está ambientada en los años ‘80; por otro lado la obra que estoy dirigiendo con mi mamá surgió a partir de un texto de Javier Daulte que nos inspiró a contar otra historia.
- La última: ¿estás llevando bien la experiencia de trabajar con tu mamá?
¡Me encanta! Estamos nutriendo el vínculo por estar compartiendo algo súper hermoso. Siento que este proyecto nos está sirviendo mucho para afianzar la relación y aflojar tensiones… en la codirección hay que aprender a soltar un montón y acceder a ponerse en la mirada del otro.
Martín García puede verse los sábados a las 22 horas en la sala de cine del Malba (Avenida Figuero Alcorta 3415, CABA).