Entre 2013 y 2014 Reese Witherspoon filmó Alma salvaje, la adaptación del libro Salvaje (Wild), un best seller de la autora Cheryl Strayed, que narra la historia en primera persona de una mujer que caminó en completa soledad casi 1800 kilómetros, pasando por todos los climas y estados de ánimo posibles. El reto tampoco fue fácil para la actriz, quien confesó haber tenido terribles ataques de pánico.
"Tenía muchísimo miedo de hacerla. Me sometí a hipnosis, estaba asustadísima. Tuve ataques de pánico durante tres semanas antes de empezar (a filmar)”, reveló la actriz de Legalmente rubia durante una entrevista con la publicación Interview. La película fue un éxito total y logró que tanto ella como Laura Dern tuviesen nominaciones a los premios Oscar en las ternas Mejor actriz (Witherspoon) y Mejor actriz de reparto (Dern), aunque finalmente Julianne Moore se alzó con el galardón por el drama Still Alice.
La película, dirigida por Jean-Marc Vallée, cuenta la historia real de Cheryl Strayed, que tras pasar por una etapa de autodestrucción, adicción a la heroína y problemas personales y familiares decide caminar los más de 1.800 kilómetros de la ruta llamada sendero de la cresta del Pacífico, en la costa oeste estadounidense. Sin dinero, en soledad y con solamente una mochila, Cheryl emprende un camino de sanación personal. “Estaba el tema de la desnudez, el sexo, la cuestión de tomar drogas... Pero también estar sola delante de la cámara sin más actores”, reflexionó Reese.
“Nunca había estado rodando escenas sola durante días y días. Hubo unos 25 días del rodaje donde no tuve ningún actor frente a mí. Éramos yo, la cámara y mi mochila. Fue como: ‘¿En serio esto va a ser así de aburrido?’”, agregó. Cabe destacar que ya en 2014 la actriz había declarado al medio Vulture que Alma salvaje había sido la película más difícil de su vida, también en lo físico ya que repetía escenas cargada con una mochila que pesaba 30 kilos. "No parábamos para comer, solo comíamos snacks. No parábamos para ir al baño. Suena de locos, pero fue increíble", sostuvo.
Sobre el desafío al que se animó Reese expuso: “El libro de Cheryl Strayed se convirtió en algo precioso y sagrado para mí, porque me habló profundamente de cómo podemos salvarnos a nosotras mismas, como mujeres. No hay madre ni padre que venga a salvarnos. No hay cónyuge. Pensé que aquello era algo radical al final de la película, que acaba sin familia, sin dinero, sin trabajo, sin pareja, y es feliz. No sé si volveré a trabajar así de duro otra vez, pero me cambió hasta un nivel celular”.