Diego Trerotola, sobre el Festival Asterisco de cine LGBTIQ+: "Libertad Leblanc era queer"

Del 28 de octubre al 7 de noviembre se realizará en Argentina la octava edición de Asterisco, popular festival de cine LGBTIQ+. En diálogo con El Destape, Diego Trerotola adelantó destacados que se podrán disfrutar en forma virtual y presencial. 

24 de octubre, 2021 | 00.05

Del 28 de octubre al 7 de noviembre se realizará en Argentina la octava edición de Asterisco, popular festival de cine LGBTIQ+. En diálogo con El Destape, Diego Trerotola -director artístico del Festival- adelantó destacados que se podrán disfrutar en forma virtual y presencial. 

- En esta edición del Festival, ¿se mantienen las estrategias que se implementaron en el 2020, con las funciones virtuales?

Sí. Lo que descubrimos el año pasado es que había un interés federal por el Festival. “Por culpa” de la pandemia, al hacerlo online descubrimos otros públicos. Entonces se quedaron algunas cosas: la plataforma Contar va a tener una programación un poco acotada, pero va a haber algunas películas importantes, y vamos a hacer online también -y de manera mucho más dinámica- la competencia de-películas en proceso. A lo online le sumamos una presencialidad un poco expandida, porque va a haber más salas en distintos puntos de Buenos Aires, lo que es muy bueno dadas las condiciones que impone la pandemia.  

- Dentro de las salas con funciones presenciales no figura el Gaumont, otrora sede central del Asterisco. ¿Pasó algo que impidiese usar el espacio?

No, la realidad es que el INCAA sí nos apoya y en las cuatro primeras ediciones estuvo, y luego durante el macrismo se retiró. Ahora volvió a apoyar el Festival.

Con respecto al Gaumont, en algún momento lo consideramos. Creo que el Gaumont está muy programado post pandemia con películas pendientes de estreno, y hacer el festival ahí –a sabiendas que no se trata de un par solo de funciones- complicaba las cosas. De todas maneras, tenemos pantallas nuevas como el Centro Cultural por la Memoria Haroldo Conti y la Manzana de las Luces,  por ejemplo.

- Sobre la competencia de largos, ¿con qué nos vamos a encontrar este año?

Volvemos a hacer una competencia de largos argentina porque nos encontramos nuevamente, y para nuestra sorpresa, con mucha producción nacional. Congregamos algunas películas que nos gustaban, algunos documentales, ficciones, óperas primas, películas de cineastas que ya tienen una trayectoria, una diversidad de estilos, formas y géneros que es lo que hace interesante Asterisco. Es como una caja de sorpresas.

- Desde lo más pochoclero, como El prófugo, de Natalia Meta, hasta películas de corte más independiente. 

Incluso hay películas sub independiente: Transkultural, por ejemplo. La base del Festival siempre fue lograr que el cine LGBTIQ+ se expanda en direcciones impensadas. Para el Festival lo queer a veces es un método, no es una temática, es como una forma de producción, es inventar un cine desde los márgenes o desde el centro, pero distinto.

- Está bueno salir un poco de las películas más típicas de género, aquellas en las que sí o sí tiene que haber un personaje que muera de SIDA, o una marica afeminada y llena de estereotipos.

No, no sé si salir. A mí me gustan las maricas afeminadas, me gusta que se siga tratando la temática del SIDA. No es salir, para mí no hay temas que “sí” o que “no”. No hay personajes que “sí” o que “no”. ¿Cuál es el problema de que haya en todas las películas una marica afeminada? Yo estoy a favor de todas las maricas afeminadas, y de todos los personajes afeminados, porque el problema no es la marica afeminada en sí, sino como se mira eso. El problema es la mirada sobre las cosas, no las personas. La representación de las personas tiene que ser libre. Si alguien quiere representar lo que sea, tiene derecho a hacerlo. Para mí no hay que reprimir ni regular los contenidos en las películas. Si el personaje se crea en una película donde tiene libertad, voz, puede decir o desarrollar, para mí es interesante.

- En la competencia de largos figura una película documental sobre la activista Ilse Fuskova. ¿Qué me podés adelantar sobre esta producción?

Es una película sobre Ilse Fuskova pero, al mismo tiempo, la historia de Ilse congrega miradas de un activismo lésbico que empieza en la primavera democrática, en Argentina, en la post dictadura, y tiene una producción de ideas, de formas de militancia, de publicaciones, de intervención en los medios, que está muy bien registrada.

Una de las personas que participa en el documental, que es entrevistada, es la periodista Adriana Carrasco. Ella fue parte de ese movimiento de la post dictadura y es una de las memorias más privilegiadas. Y cuando vio el documental, se dio cuenta que había fotografías, registros, documentos de época que no sabía que existían y alguien los había conservado. El documental explora un reservorio de memoria del activismo lésbico, que muchas veces está apagado, o tapado, por ciertas figuras del activismo gay. 

- Está bueno que desde el cine se cuenten estas historias paralelas a las de los nombres más populares del activismo LGBTIQ+ en Argentina

Sí, hay muchas. Y personas que no tienen el lugar que deberían tener. El cine muchas veces funciona como un parlante, un lugar de amplificación de algunas cosas que socialmente no circulan. Estoy seguro que esta película va a generar una discusión sobre el lugar que se le da a la militancia o al activismo lésbico dentro de la historia del movimiento LGBTIQ+.

- Por otro lado, va a haber un foco centrado en Libertad Leblanc. ¿Por qué decidieron homenajearla en esta edición?

 

Porque tanto ella como la Coca Sarli fueron dos pioneras del cine queer y son representantes de la cultura LGBTIQ+. Libertad Leblanc es un personaje popular que murió justo seis meses antes de que empiece esta edición del Festival. Decidimos homenajearla para seguir celebrando su vida y su obra. Vamos a pasar tres películas que "traficaban", dentro de su esquema de erotismo, muchas ideas que podríamos decir “torcidas o aberrantes” del erotismo, sobre todo de la cultura LGBTIQ+.

Uno de las títulos tiene la primera presencia trans dentro del cine argentino, y es gracias al poder de la figura de Libertad Leblanc. Una estrella de cine muchas veces se transforma en una suerte de magneto de atracción para un montón de otras cuestiones. A veces esas cuestiones son hiper-reaccionarias, en el caso de Libertad Leblanc hay una suerte de incorrección alrededor, que pasaba también con Isabel Sarli. Libertad Leblanc era queer, pertenecía y era una voz de ese movimiento.