Diego Trerotola, sobre el Festival Asterisco: “Es importante darle voz a las películas que no llegan a Netflix”

A pocos días del arranque del icónico festival de cine queer,  El Destape dialogó con Diego Trerotola,su director artístico.

08 de noviembre, 2020 | 11.36

El Festival Internacional de Cine LGBTIQ+ Asterisco se reinventa con una rica programación virtual de largometrajes queer de todos los tiempos y todas las regiones porque, si algo lo caracteriza, es la pluralidad de historias a la hora de seleccionar material para el disfrute hogareño. Del 10 al 19 de noviembre el MALBA, la plataforma web Cont.ar y el Centro Cultural Kirchner oficiarán de sedes para el Festival que resiste, en un año atravesado por el coronavirus. A días del arranque de la séptima edición, El Destape dialogó con Diego Trerotola, periodista, crítico de cine y director artístico de Asterisco.

- Llegó noviembre y seguimos en cuarentena con las salas de cine cerradas, ¿estuvo en peligro de realización esta edición de Asterisco?

Al principio imaginaba que para esta fecha la pandemia ya iba a haber terminado. Como eso no sucedió, con el equipo de programadores tuvimos que rearmar por completo el esquema pensando en el contexto en que vivimos. Jamás pensamos en no hacer Asterisco. Solamente hubo que mutar la forma. Es el juego necesario  para construir una identidad, que no significa “ser idéntico a”, sino mantener la posibilidad de cambio, dentro de ciertos parámetros o limitaciones como lo es la pandemia.

Siguiendo esta línea, preparar Asterisco siempre es desafiante porque, al ser un festival de cine con orientación LGBTIQ+, a veces la represión social a la diversidad y las disidencias hace que no se expresen demasiado. De hecho, hasta no hace muchos años si tenías que agrupar cine de género en Argentina, los títulos eran muy limitados. Hoy en día no sucede esto.

- Considero que, de los últimos años, “El silencio es un cuerpo que cae” (2017), de Agustina Comedi, es una de las películas queer más resonantes.

Es una película extraordinaria en muchísimos sentidos, pero que se apoya en una plataforma tradicional del cine de los últimos diez años. Tanto Lucrecia Martel como Albertina Carri han trazado historias ancladas en las raíces como eje, con “La ciénaga” y “Los rubios” respectivamente. Son películas que piensan a la familia de una manera más abierta.

- Ante la imposibilidad de proyectar las películas en un cine, dado el contexto, ¿sufrieron bajas de directores? Digo, la experiencia cambia.

Por fortuna, ningún director o directora se negó a la posibilidad de estrenar vía online. Este año recibimos más de ciento cincuenta proyectos que querían participar. Igual, entiendo el punto al que te referís: obvio que prefiero el cine ante todo. En lo personal, no consumo plataformas de streaming, no tengo Netflix, no soy de la generación que baja películas todo el tiempo. Únicamente veo películas online cuando es por trabajo, sino prefiero hacerlo en un cine.

- Me quedé pensando en la cantidad de proyectos, más de 150. Es un número increíble.

Sí. En su mayoría son cortos, pero también hay muchos largometrajes inéditos, nacionales y latinoamericanos. En el Asterisco de este año construimos redes que no están marcadas por la tradición de los consumos LGBTIQ+ a los que tenemos acceso, y que nos permitan habitar espacios menos tradicionales para llegar a otros lados y otros públicos. Entonces, el hecho de que sea online crea nuevos circuitos apostando a ese nuevo público. Un dato no menor, es que el Festival online es gratuito. Ya de por sí la persona tiene que tener acceso a Internet y disponer del tiempo como para disfrutar del festival, si además cobráramos habría una discriminación económica.

- ¿Ni siquiera una entrada a voluntad de cada uno?

Nada, todo gratuito. Creo que ese es uno de los motores de Asterisco, estimular el acceso para todos. Recuerdo que en ediciones anteriores, había salas en las que no cobrábamos nada, y cuando había entradas, eran a precios impensados, mucho menores al costo de lo que sale ir a ver una película en un cine. De esa manera, se garantiza lo máximo posible la accesibilidad, la circulación y que mucha gente pueda ver las obras.

- ¿Con qué secciones nos vamos a encontrar este 2020?

Para empezar, por primera vez la competencia de largometrajes de este año va a ser latinoamericana. En la región está empezando a expandirse la visión de lo LGBTIQ+, una expansión que es muy afín con los criterios de Asterisco. Participan nueve películas, de cinco países distintos, hay argentinas, chilenas, de Perú, de Guatemala –es el debut de una producción de ese país en el festival-, y una uruguaya. Encontramos una buena representación de las disidencias en el cine de estas regiones y por eso nos animamos a explorar un nuevo continente cinematográfico.

Por otro lado, la competencia de cortos, que siempre fue internacional, será argentina. Y lo considero súper valioso porque la mayoría de los seleccionados circularon poco o nada, están hechos en 2020, en contexto de pandemia. Además, la mayoría están dirigidos por mujeres; nos llamó particularmente la atención ese dato.

- Es una noticia alegre sabiendo que la industria del cine aún tiene resabios de machismo.

Sí, en Argentina la verdad es que cada año tenemos más realizadoras. Me parece importante destacarlo: Albertina Carri, Lucrecia Martel, Ana Katz, Julia Solomonoff, Anahí Berneri, son algunos de los nombres que se me vienen a la cabeza. Y la lista es más larga.

- ¿Rescataron muchos clásicos del cine para esta edición?

Una de las particularidades de Asterisco es que nos encanta jugar con el pasado, revisitar algunas historias que consideramos importantes. Este año, en la ya conocida sección “La piel que habito”, vamos a presentar el primer largometraje abiertamente queer, que se llama “Diferente de los otros” (1919). Es una película muda.

Otra de las joyitas que se van a poder ver en la sección “Monstruos homoeróticos”, es “Dr Jekyll and Sister Hyde” (1971), de la mítica Hammer, que reversiona la novela de Robert Louis Stevenson: Mr Hyde es mujer y Dr Jekyll es trans. Si bien la lectura que a veces se hace del film puede ser transfóbica por relacionar a una persona trans como monstruo, proponemos una apropiación del erotismo monstruo porque consideramos que Asterisco tiene que ser un espacio para desmenuzar estos clásicos y no cancelarlos de manera rotunda.

- Se empeñaron en que los espectadores salgan de sus zonas de confort.

Tal cual. Esta bueno que el Asterisco sea una contraplataforma que exhiba lo que Netflix no te va a imponer para que veas. En algún punto, el cine latinoamericano no llega a las empresas mainstream, está invisibilizado y en un lugar muy marginal.

El Festival Internacional de Cine LGBTIQ+ Asterisco arranca el 10 hasta el 19 de noviembre. El Centro Cultural Kirchner, Cont.ar y las salas virtuales del MALBA serán las sedes virtuales de la séptima edición.

El catálogo completo puede verse en el siguiente link: https://festivalasterisco.com.ar/index.php/2020/11/07/catalogo/