La española Carmen Maura -una de las “chicas Almodóvar” más queridas del cine- está de visita en Argentina, donde rodó una película de terror producida por Juan Antonio Bayona, director de la aclamada La sociedad de la nieve, y está a pocos días de estrenar Como el mar, drama de Nicolás Gil Lavedra que la tuvo compartiendo cartel con Sofía Gala Castiglione y Zoe Hochbaum. Considerada una de las mejores actrices europeas, Maura reconoce que disfruta cada uno de sus paseos por nuestro país. “Una de las cosas maravillosas de América Latina es que haces 12 horas de viaje en avión y luego te puedes entender con todo el mundo. Eso se lo repito muchísimo a los franceses, que aprendan español porque es un tesoro poder llegar a un sitio tan enorme y encontrar gente tan distinta y poder entender a todos”, reveló en diálogo con El Destape, en un mano a mano donde repasó grandes momentos de su trayectoria, recordó la turbulencia de su historia con Pedro Almodóvar y adelantó nuevos desafíos que la tendrán alejada de sus registros actorales habituales, más cercanos a la comicidad.
- Como el mar es una película sobre ausencias y soledades, ¿son temas qué te atraviesan?, ¿cómo transitás la soledad?
Estar sola me encanta, porque habitualmente estoy rodeada de gente. Ahora he pasado dos meses con equipos de trabajo y de pronto encuentro que me chifla la soledad y creo que, además, es algo que nos deberían enseñar en la escuela, ya que luego es muy común ver gente que se ve obligada a estar con una pareja porque no puede aguantar la soledad. Yo, en cambio, podría ser ermitaña: he pasado tanto tiempo en el campo, viendo solo al hombre que trabajaba allí de vez en cuando, me encanta esa forma de estar y por eso a veces soy poco sociable. Actuar es estar todo el tiempo con gente y con vosotros (los periodistas) y luego, además, están las fiestas y todo ese mundo, y la verdad es que ya estoy empachada del ritmo de vida que tuve en los ‘80. Sin ir más lejos el otro día hubo una fiesta de fin de rodaje y yo me fui a las 11 de la noche mientras todos se quedaron hasta las 6 de la mañana (risas).
- ¿No extrañás nada de la adrenalina de los ‘80?
Fue una década en la que viví a tope y lo que más echo de menos, a veces, es cómo se hacía el cine antes. Vivimos entre mejoras y ahora, por ejemplo, los metros no cuestan dinero y es genial, pero se perdió toda la emoción de las cosas manuales, de esperar la película que llegaba por la mañana, ver la proyección, no saber si estaba bien tu trabajo o si había que repetir tal o cual escena… toda esa parte de la magia de hacer cine se perdió para siempre.
- ¿Viste mucho cine argentino?, ¿qué películas son tus favoritas?
Esperando la carroza es mi película argentina favorita porque es la primera que vi. Ahora he visto montones porque en la película que acabo de rodar me pedían que hiciera acento argentino… es un papel muy difícil el último que hice.
Me encanta Argentina y su gente, una vez estuve un año entero aquí y he venido en algunas oportunidades para hacer pelis. Las películas argentinas las hemos conocido mucho en España, la última que me ha chiflado fue Argentina, 1985, que la vi cuando estaba en Barcelona rodando. Me pasé todo el mes de estar allí recomendándosela a los catalanes que no tienen ni idea de lo que había pasado aquí. Me pareció una película fantástica, porque además da información de un hecho importantísimo que la gente, en general, no tenía ni idea. El juicio a los militares fue muy importante y siento que muchos lo ignoraron totalmente.
- ¿Qué es lo que más te gustó de Esperando la carroza?
Es una película fantástica. Admiro mucho a la gente que sabe manejar el sentido del humor y sin perder la naturalidad. Y en Esperando la carroza eso está todo el rato; para mí el sentido del humor es lo más importante. Los actores argentinos, en general, son buenísimos en el manejo de la comedia.
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“Almodóvar me llamó para hacer Volver porque no tenía otra que hiciera el papel”
- Tus personajes en las películas de Pedro Almodóvar te posicionaron como un ícono de la representación LGBT+, ¿es un reconocimiento con el que te sentís a gusto?
¡Me encanta! Además, los gays son los únicos que me han sido completamente fieles: puedo salir mejor o peor vestida o peinada y es solo amor lo que recibo. Respeto muchísimo la libertad de que cada uno sea quien quiera ser porque pretendo que hagan lo mismo conmigo, y mis mejores amigos son tres parejas gays, tuve algo que ver en la salida del armario de uno de ellos. Cuando una pareja gay se lleva bien es genial, son mejores que los heterosexuales.
- Después del reencuentro que significó Volver, ¿volverías a trabajar bajo la dirección de Almodóvar?
No lo creo. No es algo que me apetece. Volver la hice después de 22 años de no vernos ni de tomar un café ni nada y yo creo que me llamó porque no tenía otra que hiciera ese papel, pero en realidad cuando corté con Almodóvar fue con Mujeres al borde de un ataque de nervios y luego nos distanciamos por más de dos décadas. Y cuando hicimos Volver… el rodaje fue fenomenal, porque lo entiendo (a Pedro Almodóvar) muy bien y sé perfectamente lo que quiere, pero luego -en la cuestión de la promoción y todo eso- no me dejaron hacer entrevistas y no me sentí muy cómoda la verdad.
- ¿Cómo fue el llamado que los reunió una última vez?
Fue corto y un poco triste. “Hola, soy Pedro. Quiero darte un papel, ¿no te importa salir horrible en una película?”, dijo. Y así vino a casa, leí el guión y respondí “vale, estoy”. Él sabe que soy capaz de hacer cualquier cosa, la prueba es cuando hice La ley del deseo, que es una de las películas en las que me lo pasé mejor. Cuando la vi solté un grito de sorpresa porque no sabía que había un hombre dentro mío. La cámara me encanta y me ha ayudado muchísimo porque sé cómo tratarla.
- ¿Qué podés adelantar de Vieja loca, la película de terror que filmaste en Argentina con Daniel Hendler?
Es la película más arriesgada que he hecho en toda mi vida. Nunca había hecho terror de una manera tan genial, me lo he pasado jugando como una niña. Debo admitir que sí soy muy exigente conmigo misma, debo estudiar muy bien cada personaje antes de afrontarlo en el plató, lo tengo que saber todo perfectamente aunque después me lo cambien. El guión es maravilloso, cuando lo leí me asusté y la película es una locura. Es la primera vez que he perdido completamente mi preocupación por cómo iba a salir de gorda de flaca de bella o de fea, no me vi al espejo ni una sola vez en el rodaje para sentirme completamente liberada.
- Como el mar se estrena en salas de cine argentinas el próximo jueves 28 de marzo.