Entre utopías y posibilidades, el arte y el oficio se asientan en el CCK

24 de junio, 2023 | 15.27

Impulsada el año pasado desde el Centro Cultural Kirchner la Escuela de Artes y Oficios contempla un proyecto experiencial de formación que busca otros modos de abordar el aprendizaje instalado en esa frontera lábil entre el arte y el oficio destinado a personas en formación, a partir de una propuesta que busca validarse y llegar a ser itinerante, indica Lorena Fernández, coordinadora artística del programa al que define como "utópico".

Gratuita y federal, si bien se propone cubrir parte de los viáticos -aunque no la estadía- también convoca a docentes con mucha experiencia "que tienen una práctica docente en el mundo artístico y artesanal desarrollada", a los cuales "se les ofrece la posibilidad de transmitir conocimientos, información y herramientas a un grupo reducido de personas", dice Fernández.

"Ellos pueden plantear situaciones, formas, materiales, y eso ocurre en un contexto de abundancia", señala la coordinadora sobre la asociación público privada entre el CCK y la Fundación Medifé que permite concretar este proyecto, donde los "alumnos" no tienen que "mostrar lo que ya saben" sino por el contrario, llegan para "aprender algo", no para trabajar con su obra, y "eso brinda un estado de escuela utópico", de las que existen antecedentes, según indica la coordinadora.

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"No es que estemos inventando algo, simplemente estamos llevando al campo de la práctica artística contemporánea con un cruce fuerte con los oficios, eso mismo que la Enerc -la escuela de cine que depende del Incaa- realiza hace muchos años", dice.

Pero como pendientes, quedaría poder duplicar el tiempo de trabajo con un mismo grupo, especifica y sostiene: "Estoy segura y lo hemos hablado con los participantes y otros docentes de que el aprendizaje se produce no durante el módulo sino entre módulos, en el paso de una cosa a la otra, ocurre en el tiempo, y si el programa fuera más extenso se podrían incorporar tutorías específicas, para pasar de lo colectivo a lo individual", manifiesta.

Entre los otros proyectos quedan en el camino el armado de una biblioteca especializada en artes y oficios para el centro cultural, o la opción de que sea una Escuela nómade porque "la federalización" no debe circunscribirse a poder viajar a Buenos Aires "sino con poder moverse por todo el país", para "que el conocimiento sea realmente situado", manifiesta. Y agrega: "Si bien todo esto parece algo "delirante o hiper utópico e irrealizable", la escuela también lo parecía, afirma y recuerda esta segunda edición que se completa a mediados de septiembre.

"Siempre hay un problema con la escala, con la cantidad de personas a las que se puede llegar y creo que es parte de un problema mucho más global que tiene que ver con el capitalismo en general y con entender que las escalas tienen que ser pequeñas, que los recursos son para escalas pequeñas y que hay que confiar en un efecto multiplicador".

La formación establecida en base a ejes temáticos son los que guían a los organizadores para invitar a los docentes y esta selección de las personas a cargo de los talleres no se realizada en "base a su reputación o mérito, cantidad de premios", porque no se puede "esperar que la escuela sea un lugar horizontal, de aprendizaje colectivo donde se deje de manera transitoria la propia obra y se piense en el hacer y en el construir juntes, son cosas incompatibles. Entonces no vamos a llamar a grandes egos que no sean generosos en la transmisión de conocimiento, para que impartan clases en una escuela donde las personas no son seleccionadas por su trayectoria sino por su posibilidad de estar, desear y de querer aprender con otres, de arriesgarse y salirse de lo que conoce para aprender algo nuevo", afirma Fernández.

"Para mi en particular, como artista y docente de artes, la Escuela es un sueño cumplido y es lo que me da la pauta de que se pueden hacer las cosas bien", y "la sola existencia de la Escuela me genera esperanzas de que hay un mundo todavía y de que el arte tiene una posibilidad de ser en ese mundo a contramarcha de las reglas del mercado, y de la meritocracia y de las endogamias propias de estos sistemas tan de élite y cerrados", concluye.

Mañana, a las 15, en la Plaza Seca del CCK, coordinado por Heidi Jalkh y Leonardo Solaas bajo el nombre "Un mundo entre todes" la Escuela propone una actividad participativa donde se invita a modelar al público con porcelana fría, pequeñas esculturas, como piezas de un juego, para conformar entre todos un pequeño mundo compartido, en el marco de una práctica abierta al público, de la que participan docentes y alumnos.

Con información de Télam