(Por GC) Más de una década atrás, durante los gobiernos nacionales de Néstor y Cristina Kirchner la corriente del revisionismo histórico retomó centralidad en el debate público, y hasta se creó el Instituto Dorrego del que Hernán Brienza fue parte. En la actualidad, el politólogo e historiador, autor de varios libros, entre los que se destacan El loco Dorrego, o Maldito tu eres (El caso Von Wernich) señala que "el revisionismo es un momento historiográfico muy del siglo XX y que está pensado en la revisión de esa historia oficial mitrista. Hoy podríamos hablar de un post-revisionismo o de un neo-revisionismo. O de una Historia más ligada a lo nacional, a lo popular, a lo federal, que no deja de tener una interpretación política".
Y agrega que "todos sabemos que la historia no habla del pasado sino de las interpretaciones del presente. Quien dice que la historia habla de los hechos del pasado está mintiendo. Es como el periodismo cuando habla de objetividad y neutralidad. Un periodista que dice que es objetivo y neutral, primero está mintiendo, después vemos qué ocurre con eso. El historiador cuando habla de la objetividad y neutralidad está mintiendo".
Para Brienza, "la Historia es el relato del presente que el presente tiene para decir del pasado. Con sus múltiples interpretaciones y con sus interpretaciones contradictorias. Y que, además, esas interpretaciones lo que hacen es reflejar los conflictos del presente, las necesidades y los deseos del presente."
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En ese sentido define que también la Historia opera sobre el futuro porque "no solamente refleja el presente, sino que delinea el futuro que cada una de esas interpretaciones querría tener sobre el pasado".
Semanas atrás Brienza dictó una de las primeras charlas, en la provincia a de Buenos Aires, de la Escuela Justicialista de formación política Néstor Kirchner, que inauguró Cristina Fernández de Kirchner el 27 de abril último en el teatro Argentino de La Plata.
"Fue una invitación que me dio mucho orgullo y creo que también la formación política es fundamental para el futuro de la Argentina", afirma. Y define que "para hacer una política mejor no necesariamente significa que un político deba ser formado, pero sí el mismo político formado es mejor que no formado. Creo que la formación lo que hace es generar debates, generar interrelación de información, de pensar en formas de decir, en formas de interpretar también la nación, y como trabajo en el INCAP, que es el Instituto Nacional de Capacitación Política (Brienza es su director), parte de esa capacitación es la formación política de los partidos políticos. Quizás el gran desafío de la democracia de estos 40 años es llenar de contenidos los discursos políticos que nos permitan tomar conciencia de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que queremos ser".
Con información de Télam