Las obras realizadas con técnicas tradicionales, como por ejemplo las pinturas antiguas, no son las más difíciles de conservar, al contrario de lo que se creería, ya que "los pintores de la antigüedad tenían todo muy estudiado, muy trabajado, super experimentado, y ya sabían cómo iba a evolucionar esa técnica, en cambio las obras de arte contemporáneo son mezclas de materiales no tan estudiadas, o que no son a veces lo que aparentan, y eso presenta más desafíos", asegura la jefa de Gestión de Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes, Mercedes de las Carreras, responsable de la conservación y restauración de la totalidad de ese acervo.
La mujer responsable de custodiar y conservar las casi 14 mil obras de arte -entre pinturas, dibujos, esculturas, fotografías, grabados y artes decorativas- que pertenecen al acervo artístico mayor del país, licenciada en museología, con un año de especialización en Bélgica, tiene a su cargo el área que se ocupa de todos los aspectos relacionados con el cuidado y desarrollo de las colecciones, en las reservas o depósitos del museo, hasta su instalación y presentación al público: "Es la materia con la que está hecha la obra lo que nos convoca", dice en una entrevista con Télam.
Los nombres de grandes maestros de la historia del arte, los "highlights" de la colección, los paisajes, retratos o las temáticas elegidas por el autor para representar en la pieza, no son -desde su mirada de especialista- lo más destacado, paradójicamente: "Es la materia lo que nos emociona, lo que nos motiva, los que nos habla, más que el autor o la temática. Pero bueno, cuando hay que restaurar un Van Gogh uno se pone contento porque es un Van Gogh. Pero al restaurador lo que lo convoca es la materia: el desafío que presenta, la problemática que tiene que resolver, el ingenio que tiene que adquirir o desarrollar y la investigación que tiene que hacer. Son todas esas características de la materia que hacen que el restaurador saque lo mejor de sí", apunta.
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- Télam: ¿Cuál es la tarea central del departamento a tu cargo?
- Mercedes de las Carreras: El área de Gestión de Colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes se encarga del cuidado material de todo el patrimonio del museo. Eso significa la conservación, restauración y conservación preventiva siempre relacionada con nuestro patrimonio. También con las obras que vienen en préstamo de otros lugares y con las obras que nosotros prestamos. O sea, todo lo material está en nuestras manos y eso implica desde la restauración y conservación hasta el manipuleo, la guarda, la fabricación de lugares de guarda, de carpetas o cajas. También el cuidado del medio ambiente, las condiciones en las cuales están guardadas. Las reservas del museo están a nuestro cargo.
- T: ¿Cada obra que pertenece a la colección del museo pasa primero por esta área?
- MC: Sí, por supuesto. Las obras pueden estar guardadas o pueden estar en sala, pero pasan siempre por nuestra área para ver si están en condiciones de ser exhibidas. Si no lo estuvieran pasan por aquí para restaurarse, o se define si puede seguir exhibiéndose o no. Nosotros determinamos eso.
- T: ¿Qué es lo más importante a la hora de conservar una obra de arte?
- MC: Los tres factores más importantes a tener en cuenta y que se deben controlar a la hora de conservar una obra de arte son la temperatura, la humedad y la luz. Por ejemplo, según la tipología de la obra va a tener un tope máximo de aceptación de luz -que es acumulativa- entonces aunque sea por poco tiempo no puede soportar mucha luz, porque eso va sumando deterioro. La luz en sala y en guarda se controla perfectamente. La humedad y la temperatura es más fácil en algunas salas porque tenemos equipos que controlan incluso la calidad del aire.
- T: ¿Hay obras más complejas que otras, según las diferentes disciplinas?
- MC: Sí, hay obras cuya materialidad es muy delicada como los papeles, o las obras que están realizadas sobre madera, ya que la madera es muy sensible a los cambios de humedad y temperatura. El arte contemporáneo en algunos aspectos también es muy sensible porque tiene mucha mezcla de materiales diferentes con distintas reacciones ante el clima. La complejidad va por la mezcla que han hecho de materiales más que por algún material específico. En esos tenemos que poner el foco más atentamente.
- T: ¿Es la materia de una obra la que "habla"?
- MC: Lo que tiene de particular trabajar con la materia es que uno debe tratar de conocer cómo trabajó el artista, o sea, la técnica original. No se puede intervenir si no conoces bien la obra, no la investigaste o no sabes con qué material fue realizada. En la observación de la obra de arte es cuando uno va descubriendo muchas cosas, desde la función que tenía, cómo la realizó, que materiales utilizó, cómo fue la sucesión de las capas que fue aplicando. Incluso, en una investigación más profunda, que pigmentos utilizó, si tiene acabado final, o sea, barniz. Todas esas investigaciones las tiene que hacer un restaurador.
- T: ¿Son las obras más antiguas las que requieren más cuidado?
- MC: No, para nada. ¿Por qué no? Es una buena pregunta. Porque en las técnicas tradicionales, las artistas de la antigüedad tenían recetas estudiadas, trabajadas y súper experimentadas entonces ya sabían cómo iba a evolucionar su pintura, en cambio el arte contemporáneo son mezclas de materiales que no se saben ni qué son ni tampoco saben su evolución en el tiempo. Presenta más desafíos porque hay que investigar qué materiales ha utilizado el artista. La obra tradicional es la más linda de restaurar porque vos ya sabes cómo está realizada.
Con información de Télam