Dos obras del artista urbano inglés Banksy, propiedad del cantante de pop británico Robbie Williams, se vendieron por un monto cercano a los nueve millones y medio de dólares, en una subasta realizada hoy por la casa Sotheby's de Londres.
"Vandalised Oil (Choppers)", un óleo que muestra a helicópteros militares irrumpiendo en un apacible paisaje campestre, se vendió por unos 5,8 millones de dólares, un cuadro que para la casa de remates ilustra el "mensaje antibélico" de Banksy, artista de Bristol, en el oeste de Inglaterra, cuya identidad se mantiene en reserva. El lienzo recuerda a la película estadounidense "Apocalypse Now" sobre la guerra de Vietnam, pero parece evocar la guerra de Irak, contra la que el grafitero protestó en 2003.
En la misma subasta se vendió una versión de "La niña del globo" en unos tres millones 700 mil dólares, también propiedad de Robbie Williams, quien la compró directamente al artista en 2006, informó la prensa internacional. La imagen de una niña lanzando un globo rojo en forma de corazón apareció en las paredes de Londres a partir de 2002 y posteriormente fue reproducida en varias versiones por el artista, incluyendo pinturas y grabados.
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Creador de un arte crítico y efímero, Banksy es exponente de los artistas urbanos por su mirada irónica sobre el sistema y sus llamativas producciones, pero al mismo tiempo representa el efecto contrario al ser consumido y asimilado por el mercado del arte y puesto en un lugar de culto.
Comprender la complejidad de este fenómeno asociado a las cifras millonarias obtenidas por sus obras cuyo valor se disparó durante la pandemia, las exhibiciones no permitidas, su gran exposición pública a pesar de su anonimato y la difusión en las redes, y por sobre todo, la institucionalización de una marca con su nombre, implica revisitar otras narrativas y recorridos.
El artista callejero anónimo inició sus pasos en el movimiento grafitero siendo adolescente en su ciudad natal, Bristol, registrando su firma en trenes y calles en 1993, y ya hacia el 2001 sus obras de stencil (plantillas y aerosol) estaban en todo el país.
Entre sus obras más conocidas figuran Niña con balón ("Girl With Balloon"), subastada en octubre de 2018 por 1,3 millones de dólares, que cambió su nombre a Love is in the Bin ("El amor está en la papelera") cuando intentó destruirse durante la venta y pasó a ser la primera obra de arte de la historia creada en directo en una subasta.
Autor de grafitis, pinturas y serigrafías, entre sus temas, retratados de modo irónico y con sentido del humor, aparecen su mirada crítica sobre la tragedia de la migración a Europa y los muertos en el intento, el racismo -el año pasado se pronunció sobre el asesinato de George Floyd y el movimiento Black Live Matters-, la pobreza, la hipocresía, la codicia, el amor, la esperanza, los sueños cancelados, la vigilancia, la represión policial y las guerras.
Si hay una paradoja entre lo que suscita este artista cuando denuncia al sistema mientras sus obras se cotizan en los más altos estándares del mercado internacional, o si hay una intención constante de discusión de la institucionalidad del arte en su obra, es un debate que incluso potencia las ventas y popularidad de este autor que hace décadas se mantiene anónimo.
Con información de Télam