Voces de la cultura criticaron la posible derogación del Fondo Nacional de las Artes

28 de diciembre, 2023 | 17.02

(Por Mercedes Ezquiaga) La posible derogación del Fondo Nacional de las Artes (FNA), como parte del proyecto de ley ómnibus enviado al Congreso por el Poder Ejecutivo, provocó el "rechazo" de la medida por parte de los trabajadores del organismo y encendió el debate entre diversas voces de la cultura alrededor de este ente autárquico creado en 1958 que fue decisivo en la proyección de artistas hoy consagrados como Marta Minujín, Julio Le Parc, Sara Facio, Leonardo Favio, María Elena Walsh o Alejandra Pizarnik.

No trascendieron demasiados detalles de la reunión mantenida esta mañana entre los trabajadores y el cineasta Javier Torre, nombrado como presidente de organismo por el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, a excepción de la sorpresa que generó el reciente nombramiento de una autoridad en un organismo que, según surge del proyecto de ley, ahora se pretende disolver. Sin embargo, ninguno de los dos funcionarios fue formalmente designado en el Boletín oficial y hasta ahora sólo se aceptó la renuncia de la presidenta saliente, Diana Saiegh. En los papeles, el directorio de la gestión anterior sigue en funciones.

Tras conocerse la intención de desintegrar el FNA, los trabajadores crearon una cuenta de Instagram para difundir la importancia del organismo que financia mediante becas, préstamos, concursos y subsidios a miles de artistas de todo el país.

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Como ocurre por estos días con varias dependencias del Estado, es notorio la falta de conocimiento sobre la misión y funcionamiento del organismo: por ejemplo, gracias a un préstamo del FNA, Astor Piazzolla adquirió un piano y el rosarino Antonio Berni construyó su taller en 1973, donde realizó algunas de sus obras más importantes.

Al respecto de su posible cierre se pronunció la escritora Mariana Enriquez, directora del área de Letras del FNA entre mayo de 2020 y agosto de 2022. "Simbólicamente me parece una cosa bastante grave porque es un organismo histórico, autárquico, que dio a conocer y ayudó a muchísima gente importantísima de la cultura argentina. Cuando una tradición es buena, romperla es grave. El poco tiempo que estuve ahí se trabajó con muchísima eficiencia, por muy poco dinero y con muy buena voluntad", dijo a Télam.

La autora de "Las cosas que perdimos en el fuego" calificó al FNA como "uno de los organismos más prestigiosos desde todo punto de vista", pero admitió: "Si podría funcionar mejor, eso siempre es posible, en todo. Estoy totalmente de acuerdo en que el Estado tiene que trabajar de una manera eficiente y que la gente no se tiene que eternizar en el Estado". Y subrayó: "El Fondo Nacional de las Artes es un organismo del Estado que funciona bien, con cosas a mejorar como todo, pero bien, y sobre todo muy a pulmón".

"Me parece un cierre simbólico que tampoco llego a entender bien. Me parece mal, pero se sabe que a mí me parecen mal bastante cosas desde antes. Sin embargo, hay algo de sorpresa generalizada en el campo de la cultura y a mí no me no me sorprende en lo más mínimo. Me parece que está dentro de los lineamientos que venía anunciando el presidente. Sería una lástima que no se revierta la decisión", concluyó la autora, considerada la reina del realismo gótico.

El guionista Jorge Maestro -saliente director del área audiovisual del organismo-, con una larga trayectoria en cine y series como "Montaña rusa" o "Nosotros y los miedos", dijo a Télam que el posible cierre del FNA "es un despropósito, un disparate, producto de una actitud básicamente soberbia, ignorante y brutal".

"Es querer eliminar una institución que en realidad no tiene nada que ver con el discurso del presidente, aquí no hay negociados entre comillas. Es un dinero que se recauda y así como se recauda se distribuye entre los artistas de todo el país, que pueden producir sus obras gracias a los subsidios del Fondo", detalló.

Para Maestro, el FNA ha dado ayuda "a las provincias, a artesanos de lugares recónditos, a jóvenes que se inician en la producción audiovisual, en la fotografía o en la danza, a festivales de cine en Ushuaia. Entonces no sé cuál es la razón de derogarlo". Y habló de una "responsabilidad de todos los gobiernos anteriores por no haberse ocupado de difundir claramente las cosas", dijo en referencia a la función esencial del Fondo en la cultura argentina.

Sobre su rol como integrante del directorio, el guionista relató: "Yo nunca ejercí ningún cargo público, más allá de mi título de maestro de escuela primaria. Después siempre trabajé en forma privada con las productoras para quienes escribí guiones, y la verdad es que me sorprendí (como director) de la inmensa tarea que se hace dentro del FNA. Uno no se imagina el potencial artístico que hay en el país, en todas las áreas. Entonces no entiendo cuál es la razón. Es ignorancia, que es la madre de todos los males".

Para la escritora Florencia Abbate, autora de "El grito" y "Felices hasta que amanezca", quien estuvo a cargo del área de Letras del organismo hasta diciembre pasado, "no existe ningún argumento racional para proponer la eliminación del FNA, y sí, en cambio, supone un enorme perjuicio y atentado contra la cultura argentina, su historia y su patrimonio. El FNA es uno de los organismos más respetados y prestigiosos del sector cultural, y en esto coinciden personalidades de los signos políticos más diversos".

Abbate cuenta que fue becaria del organismo en el año 2002, ganadora de un concurso de letras en 2004, jurado de becas en 2015, jurado del concurso de letras en 2019, y directora de Letras en los últimos dos años: "El gasto público no es ningún argumento porque el FNA genera presupuesto propio, a través de un mecanismo virtuoso como es el Dominio Público Pagante, que existe también en Brasil y es reconocido a nivel mundial. Y tiene una estructura pequeña, de poco más de cien empleados", señaló.

"Además -continuó la autora-, es un organismo ejemplar porque ha mantenido sus políticas culturales más allá de los cambios de gobierno y se caracteriza por su espíritu pluralista, basado en premiar las mejores expresiones del arte, sin ningún partidismo. Siempre ha contribuido a dinamizar el sector. Por ejemplo, para el concurso de letras de este año, se presentaron más de 2.000 obras de todo el país, lo que muestra su relevancia".

En ese mismo sentido, opinó la artista y docente Verónica Gómez, tan solo un ejemplo de los miles de artistas reconocidos por el organismo, cuando en el año 2022 obtuvo el Gran Premio Adquisición del FNA por sus pinturas: "Es un organismo autárquico con un sistema extremadamente virtuoso de autofinanciamiento que desde hace más de medio siglo viene fomentando el desarrollo de las artes y de nuestros artistas, de manera federal, democrática e inclusiva", opinó en diálogo con Télam.

"No hay un sistema más virtuoso ni transparente -insistió Gómez-. Es modelo para otros países. Fui becaria y docente en el FNA y mi obra forma parte del patrimonio. Como argentina estoy muy orgullosa de esa institución. Está en mi corazón y en el corazón de miles de trabajadores de la cultura que nos anteceden y que han contribuido a enriquecer el patrimonio simbólico de nuestro país".

El FNA funciona sobre la calle Alsina y tiene una planta de 120 trabajadores. A lo largo de sus 63 años de historia, músicos, artistas plásticos, cineastas, actores, fotógrafos, escritores, bailarines, artesanos, arquitectos y diseñadores encontraron ahí un espacio de promoción a través de becas, préstamos o premios. En los 90, estuvo dirigido por la coleccionista Amalia Lacroze de Fortabat y la primera edición del Gran Premio fue otorgada al escritor Jorge Luis Borges.

Desde su inicio fue una institución precursora y un ejemplo a seguir en el mundo. Recién en 1965 se creó un organismo similar, el National Endowment of the Arts en Estados Unidos, que fue seguido por el Fondo Internacional para la Promoción de la Cultura de la Unesco, en 1974, y la Fundación Nacional de Arte de Brasil (Funarte), en 1976, entre otros.

El FNA se financia a través del dominio público pagante (DPP), que se cobra por las obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor, en la mayoría de los casos a los 70 años de la muerte del autor. También obtiene ingresos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual Número 11.723 e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos.

Un comunicado firmado por lo Trabajadores del Fondo Nacional de las Artes alerta: "La derogación de la ley 1224 incluida en el paquete de reformas del Estado propuesto por el Poder Ejecutivo no solo termina con este organismo sino con gran parte de la historia de la cultura argentina": "Rechazamos el proyecto de ley de derogación de nuestro organismo", enfatiza en el comunicado.

Con el avance de estas posibles medidas se abre el interrogante alrededor de varias cuestiones, como por ejemplo cuál será el destino de la casa Victoria Ocampo (formalmente la Casa de la Cultura), una construcción racionalista diseñada por arquitecto Alejandro Bustillo, donde se realizan exposiciones abiertas al público (en Rufino de Elizalde 2831). La misma inquietud surge alrededor del acervo patrimonial del Fondo, surgidos del concurso que lleva adelante cada año, de arte y artesanías, con nombres como Juan Pedro León Pallière, Xul Solar o Emilio Pettoruti.

En un artículo de opinión publicando en el diario Perfil el pasado 2 de septiembre por Federico Sturzenegger, expresidente del Banco Central y autor intelectual de la ley ómnibus, ya adelantaba la idea de que "eliminar el FNA sería devolverle la plata a la cultura, no lo contrario". "El FNA se financia con un impuesto al derecho público pagante, es decir, al derecho de propiedad intelectual de obras que están en dominio público (como las de Mozart o Shakespeare)" y agregaba: "Le hemos sacado recursos a muchos artistas para arrojarlos a un agujero negro de burocracia, bajo el pretexto de que es para ellos".

Con información de Télam