Tras 50 años, siete obras de Deira que estaban en litigio serán devueltas a la familia del pintor

10 de diciembre, 2021 | 18.36

Siete obras de Ernesto Deira (1928-1986) que durante 50 años estuvieron retenidas en Chile -al principio se pensó que habían sido destruidas por la dictadura de Augusto Pinochet y cuando se detectó su existencia las autoridades chilenas se negaron a repatriarlas- volverán a la Argentina y serán exhibidas por el Museo Nacional de Bellas Artes, según el acuerdo al que llegaron hoy los hijos del artista y el director del Museo de Arte Contemporáneo de Chile (MAC), donde están los cuadros.

Integrante del grupo Nueva Figuración, Deira presentó hace cinco décadas este conjunto de pinturas que conforman la serie "Identificaciones" en una exposición organizada por el Instituto de Arte Latinoamericano de la Universidad de Chile.

Pero luego se perdió el rastro de las obras y el pintor falleció en 1986 con la convicción de que habían sido destruidas durante la dictadura de Pinochet, que tomó el poder mediante un golpe militar a poco de ser inaugurada la muestra.

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En 2003, el artista Luis Felipe Noé -también integrante de la Nueva Figuración- tomó conocimiento de que las obras existían y que se encontraban en buen estado en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), también dependiente de la Universidad de Chile. Fue el comienzo de un largo litigio que concluye hoy con la firma de este acuerdo que aprueba el traslado de las obras al Museo Nacional de Bellas Artes, donde permanecerán en comodato por un lapso de tres años.

El convenio fue firmado hasta el momento por los herederos de Deira y resta aún la rúbrica de Ennio Vivaldi Véjar, rector de la Universidad de Chile, una instancia que tendrá lugar en los próximos días en un acto del que participarán el embajador chileno en la Argentina, Nicolás Monckeberg Díaz y su par argentino en Chile, Rafael Bielsa, quienes validarán el acuerdo y pondrán fin a esta disputa.

"Este acuerdo fue muy trabajado entre la Universidad de Chile y nosotros para llegar finalmente a esta instancia. Ya firmamos mi hermano y yo, y mi mamá a través de un poder. Y ahora viajará el embajador Monckeberg Díaz para la firma del rector de la Universidad de Chile. Esperamos que para los primeros días de enero los cuadros ya se puedan traer", aseguró a Télam una de las hijas del artista, Silvina Deira.

La recuperación de los cuadros implica la concreción de un objetivo largamente reivindicado por los familiares del pintor y al mismo tiempo la posibilidad de que esta producción que denuncia a la explotación a los países del tercer mundo y condensa mucho de los conflictos de principios de los 70, pueda ser apreciada por el público argentino. "Apenas lleguen desde Chile irán directo a Bellas Artes y se programará una muestra con toda la historia y los honores que merecen eso cuadros que acá no se vieron", adelantó Silvina Deira.

"Después de ese lapso pautado de tres años nosotros tomaremos dominio de las obras y las podemos vender. La intención es mantener la serie completa, junta, y que probablemente vaya a algún museo. Nos gustaría que quede en el Bellas Artes, o bien en el Malba o algún otro espacio de esas características", explicó.

"Esta es una serie muy particular que tiene que ver con derechos humanos, torturas, niños desnutridos, con la represión, la guerra de Vietnam, con el Che Guevara... Es sabido que mi papá además de ser abogado era un señor de izquierda y acá se manifiesta muy bien todo esto. Además son las únicas obras hechas en blanco y negro", caracterizó la hija del artista.

A cambio de la devolución, los herederos ofrecerán un cuadro del artista al Museo: "Nosotros le vamos a donar al MAC o a Chile un cuadro de gran tamaño de mi papá. Ahora viaja el embajador con un dossier donde les proponemos tres obras para que ellos elijan", señaló Silvina Deira.

En agosto pasado, los hijos y herederos del pintor, Silvina y Martín Deira, habían hecho público su reclamo ante el Instituto de Arte Latinoamericano de la Universidad de Chile para que devuelvan el conjunto de obras. "Tienen las obras de manera ilegal. No tienen el papel de compra venta. Es un robo indebido. Ningún funcionario se anima a poner la firma y decir ‘llévenselos’. Están en un depósito hace 50 años. Ni siquiera los tienen en exhibición. Devuélvanlos”, aseguraban por entonces.

Con información de Télam