Gabriela Golder focaliza en los ojos como eje de la represión, junto a otras muestras en Andreani

07 de julio, 2023 | 16.05

(Por Mercedes Ezquiaga) La exposición "Los ojos desiertos" de la artista Gabriela Golder, un proyecto de investigación iniciado en 2019, a partir de los enfrentamientos violentos que tuvieron lugar en Chile, donde cientos de manifestantes sufrieron lesiones oculares, inaugura este sábado en la sala principal de Fundación Andreani, el espacio cultural del barrio de La Boca, junto a las muestras "Cinco movimientos para el vacío" de Amadeo Azar y "Desafíos III: Una analogía del demonio", con curaduría de Alfredo Aracil.

En una sala prácticamente a oscuras, en la planta baja del edificio diseñado por Clorindo Testa, frente a la Vuelta de Rocha, se ve en una inmensa pantalla el video de un grupo de performers que ensayan una coreografía teatral de 32 minutos, un "ensayo para la resistencia", donde los actores imitan en lentísimos movimientos el gesto de caer, de esquivar una bala que apunta directo hacia los ojos, el gesto de resistir durante una manifestación. Un trabajo hecho con estudiantes de circo y danza de la Universidad Nacional de General San Martín (Unsam) y coreografía de Cecilia Szperling.

"Este es el proyecto más grande que hice hasta ahora, un work in progress, que se va transformando y que nació de la conmoción, en 2019, cuando vi que los carabineros chilenos, durante las protestas populares, usaban como metodología tirar a los ojos con armas entre comillas no letales. Como resultado de eso hay más de 500 víctimas con trauma ocular, algunos perdieron un ojo, otros perdieron la vista completamente. Me puse a investigar y entendí que esto no pasaba solo en Chile sino que era un plan sistemático que empezó en los 70 y esta metodología de tirar a los ojos se repite en Colombia, Francia, Hong Kong, Líbano y en un montón de lugares del mundo", relata la artista Gabriela Golder, sobre la génesis de su obra, durante una recorrida por el espacio.

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De este modo, la exposición "Los ojos desiertos" forma parte de un proyecto mayor que la artista bautizó "Arrancar los ojos", atravesado por diversas preguntas en torno a esta práctica represiva, una constelación de obras que tuvieron un primer episodio expositivo en la Bienal de Sharjah, en Emiratos Árabes, y que también serán exhibidas a partir del 17 de agosto en Fragmentos, el espacio creado por Doris Salcedo en el Museo Nacional de Colombia.

De manera poética, la investigación -el proyecto- se despliega en diferentes formatos como video instalación, performance, fotografías, placas talladas de cemento con frases, material de archivo, todos englobado por un mismo interrogante: "Yo me pregunto siempre si es sobre los ojos que se arrancan, sobre el accionar de arrancar los ojos, sobre los planes sistemáticos para quitar la mirada, sobre el dejar de ver, sobre qué significa dejar de ver, sobre qué sucede con esos ojos que se arrancan y qué sucede con la memoria de esos ojos", desgrana la artista.

Como parte de la investigación, Golder viajó a Colombia a entrevistas a víctimas: "Hay casi 200 víctimas de trauma ocular en Colombia", señala. Cuenta que siguió recopilando materiales de archivo y que viajó a Neuquén -imágenes que también se ven en la sala- donde hay unos cráteres en la tierra: "Cuando los conocí pensé que tienen forma de ojos, como los ojos en la tierra y pensé que metafóricamente era el lugar donde los ojos podían reposar hasta volver al cuerpo, si es que eso era posible".

Otra de las obras, "Campo de batalla", muestra cuatro pantallas en la sala, con locutores que relatan día por día las diferentes protestas ocurridas en distintas partes del mundo, una cronología del día a día de cuántos mutilados van apareciendo debido al accionar de las Fuerzas Armadas en Colombia, de los carabineros en Chile, etcétera y buscan dar "claramente la idea de que es un plan sistemático", asegura Golder.

El recorrido finaliza con una serie de escrituras bajo relieve, frases talladas en cemento, como cuadros, sobre la última pared de la sala: "Como este trabajo empezó de la conmoción y también de la obsesión por entender o por ponerle palabras a esta idea de arrancar los ojos, empecé a pensar y a construir listas de cómo nombrar algo tan inconcebible", cuenta junto a las frases que rezan "quitar la mirada", "secuestrar los ojos", "invadirlos", "perder los ojos", "quemarlos", "desaparecerlos" y así. Están grabadas sobre cemento, "como las huellas que quedan en las calles luego de que suceda esto", sugiere.

Golder cuenta que es un trabajo enorme, de muchas producción, de meses y meses de entrevistas, relatos, testimonios de víctimas, imágenes de archivo, recopilación de información, documentos, performances, intervenciones en el territorio ligadas a manifestaciones populares en diferentes regiones del mundo: "Todo es una construcción para pensar qué sucede con los ojos cuando dejan de ver", concluye.

En simultáneo, se podrá visitar en el primer piso, la exposición individual de Amadeo Azar, "Cinco movimientos para el vacío", que despliega un cuerpo de obra a través del cual el artista se propone repensar el lugar que ocupó el paisaje pampeano en la conformación de nuestra idiosincrasia y cómo pasó de ocupar el deseo en el imaginario de los colonos a convertirse en un espacio hostil nombrado en ese momento como "el desierto".

A través de cinco composiciones musicales que Azar realizó especialmente para esta muestra, el recorrido por la sala se vuelve una especie de "circuito cerrado" donde pintura, música, cerámica envuelven al espectador.

"La muestra es un ensayo para redescubrir la poesía que hay en el paisaje de la provincia de Buenos Aires. Mi investigación artística tiene que ver con cómo el paisaje de la llanura pampeana fue importante para construir la idiosincrasia argentina, entonces recurro a la historia, la literatura, el sonido y la escultura para contarlo", relata Amadeo Azar, oriundo de Mar del Plata.

Hay desplegadas en la sala, varias esculturas en cerámica sostenidas por frágiles estructuras, que dan la sensación de inestabilidad, y en la pared central de la sala, cinco acuarelas pensadas como partituras que intentan dar nombre a diversos movimientos que hacen a la historia de la región: la civilización, el progreso, el desierto, los incendios y el vacío, tal como enumera Azar. Esas mismas acuarelas inspiraron los sonidos que se escuchan en la sala, una suerte de "transcripción visual al sonido", asegura el artista sobre las composiciones que suenan en el espacio.

Finalmente, se presenta en el segundo piso de Andreani una nueva edición de "Desafíos", el ciclo que convoca a jóvenes curadores a exhibir proyectos curatoriales en los que estén trabajando. En esta, su tercera edición, el ciclo presenta una curaduría de Alfredo Aracil "El demonio de la analogía", con obra de Nicolás Gullotta y Ailín Grad.

Siguiendo la tradición inaugurada en 2020 con la apertura del espacio, las exposiciones cuentan con un texto de ficción que acompaña cada muestra: una poesía de Mercedes Roe en el caso de la exposición de Gabriela Golder, y un texto de Mariano Llinás para la de Amadeo Azar.

Las muestras se inauguran mañana a las 15 en Fundación Andreani, Avenida Pedro de Mendoza 1987, La Boca, y podrán visitarse hasta octubre, de jueves a domingos de 11 a 18, con entrada gratuita.

Con información de Télam