Representantes de los museos europeos y neoyorquinos condenaron los ataques contra obras de arte por parte de activistas medioambientales, y consideraron "desesperante" la situación que se dio en las últimas semanas, por lo que algunos sugieren medidas de protección más fuertes y otros insistieron en "no ceder al pánico".
Si bien la mayoría de los grandes museos franceses y británicos incluidos el Louvre, la National Gallery y la Tate en Londres, mantuvieron discreción respecto de esta situación, algunos consideraron que es necesaria una mayor seguridad a partir de hechos que este año se registraron en esos espacios.
A finales de mayo, un hombre lanzó un pastel a la Mona Lisa, protegida desde 2005 con un vidrio blindado, en el museo de Louvre; en julio el grupo "Just Stop Oil" irrumpió en la Galería Nacional de Londres y vandalizó una obra maestra de John Constable, mientras que el 14 de octubre cubrieron con sopa de tomate "Los Girasoles" de Van Gogh. Esta semana los ataques continuaron en el museo Madame Tussauds, en Londres.
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El jueves último, uno de esos ataques se produjo en el museo Mauritshuis de La Haya, Países Bajos, donde el cuadro de "La Joven de la Perla" de Johannes Vermeer fue atacado por tres militantes de "Just Stop Oil", que busca que el gobierno británico no otorgue nuevas licencias para explotar los combustibles fósiles y deje de producir petróleo y gas.
"El arte no se puede defender", lamentaron desde ese museo, a partir de que dos de los militantes se pegaron al vidrio de protección, mientras que un tercero lanzó una sustancia parecida a salsa de tomate. El marco del cuadro resultó ligeramente dañado, según el museo.
"Todas las autoridades de los museos toman precauciones contra el vandalismo desde hace tiempo. ¿Se necesitan más medidas? Sin duda", afirmó Bernard Blistene, presidente honorario del Centro Pompidou de París, consignó la agencia de noticias AFP.
Para Ortrud Westheider, director del museo Barberini de Postdam, Alemania, los ataques demostraron que las "normas internacionales de protección del arte ya no son suficientes". En ese espacio ecologistas de Last Generation cubrieron con puré el vidrio protector de la obra "Les Meules", de Claude Monet.
Estos hechos representan "claramente un tipo de escalada", según Remigiusz Plath, experto en seguridad de la asociación de museos alemanes (DMB) y de la fundación Hasso Plattner, quien considera que "todos los museos debe pensar en medidas más fuertes de seguridad", como "prohibir las bolsas, las chaquetas y quizás también registrar" a los visitantes, indicó.
"Por supuesto entendemos la causa" de los activistas, pero "no tenemos absolutamente ninguna tolerancia con el vandalismo", subrayó y afirmó: "Es pura suerte que hasta ahora ninguna pintura haya sufrido daños. Eso ocurrirá tarde o temprano".
En Madrid, el museo Reina Sofía, donde solo las obras "más valiosas están dotadas de vidrio blindado", y el Prado manifestaron al diario gratuito español 20Minutos que están "en alerta".
Los activistas "se ponen en un escenario para llamar la atención sobre algo, pero hay que preguntar, ¿esto cambia algo?", cuestionó Adam Weinberg, del museo Whitney, en una mesa redonda en Catar, citado por la revista especializada ARTNews.
En ese encuentro, Tristram Hunt, del Victoria and Albert Museum de Londres, dijo estar preocupado con el "lenguaje nihilista" que rodea las protestas, que lleva a pensar "que no hay lugar para el arte en tiempos de crisis".
La ministra francesa de Cultura, Rima Abdul Malak, sostuvo que "es terrible" la situación al considerar que "es absolutamente absurdo" que "la lógica de la defensa del clima lleva a querer destruir una obra de arte".
Francia no está "a salvo de que un día un activista loco ataque un cuadro desprotegido", añadió y pidió "a todos los museos nacionales que redoblen su vigilancia", en declaraciones al diario francés Le Pariesien.
Para Didier Rykner, director y fundador de la revista La Tribuna del Arte, esas acciones son "contraproducentes" y "cuanta más visibilidad se les dé, más volverán a hacerlo".
"Al convertirse en algo habitual, los actos pierden sin duda su fuerza", aseguró, al considerar que "es bastante confuso y quizás juega a favor de los que señalan como sus oponentes".
En las últimas horas, y cambiando el ángulo de ataque, los activistas de "Just Stop Oil" arremetieron contra varias concesionarias de autos de lujo ubicados en el centro de la capital inglesa, y una tienda de relojes Rolex, donde con extintores llenos de pintura naranja rociaron las fachadas de esos lugares.
Con información de Télam