Vecinos de Villa Santa Rita proponen actividades para lograr la reapertura integral de un biblioteca

21 de septiembre, 2023 | 18.02

Un grupo de vecinas y vecinos de la biblioteca pública Rafael Obligado, situada en el barrio de Villa Santa Rita, presentó hoy ante el gobierno porteño una propuesta con más de 20 actividades culturales vinculadas a la literatura, para reactivar el funcionamiento de ese espacio que permaneció cerrado por más de tres años.

La iniciativa fue enviada a la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura, a cargo de Carla Artunduaga, y abarca a la biblioteca del Pasaje Crainqueville 2.200, que reabrió parcialmente sus puertas en junio pasado, tras un extenso cierre por la pandemia, pero solamente para el servicio de retiro de libros.

La intención del grupo barrial es activar la biblioteca a partir de un programa con más de 22 propuestas gratuitas abiertas a la comunidad, a cargo de 14 talleristas, que apuestan a “enriquecer la oferta cultural en Villa Santa Rita”.

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Según contaron a Télam, el edificio donde funciona la biblioteca que fue inaugurada en 1940, registra problemas de infraestructura, generados en los años de clausura, por lo cual solo está habilitado un sector de la planta baja y permanece sin acceso el primer piso, una sala de lectura y un sector destinado a clases de apoyo escolar.

Si bien el gobierno porteño inició un plan de arreglos, las vecinas y vecinos manifestaron que “las reparaciones están tomando más tiempo que el deseado y aún no hay confirmación de apertura integral”.

La biblioteca está situada en un pasaje del denominado barrio Nazca, que pertenece a Villa Santa Rita, y forma un grupo de residencias con las mismas características arquitectónicas que tiene su origen en la década de 1920 cuando la compañía Construcciones Modernas levantó cinco complejos de "Casas Baratas" en diversas zonas de la Ciudad de Buenos Aires.

Según recordaron los vecinos, cada uno de los cinco lugares elegidos por entonces, entre los cuales también estuvieron polígonos de los barrios de Liniers y Floresta, debían contar con una plaza destinada al esparcimiento, así como también una biblioteca pública.

Así fue como el 4 de setiembre de 1940 abrió sus puertas el Centro de Lectura Rafael Obligado para la consulta de libros, así como también se convirtió, tiempo después, en un espacio para las clases de apoyo escolar, lo cual revitalizó el lugar que había mermado su actividad debido los avances tecnológicos que impactaron en la cantidad de visitas.

Con información de Télam

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