(Por Ana Clara Pérez Cotten) Con la intención de cuestionar el carácter cristalizado, emblemático y excepcional de la ESMA y de plantear nuevos interrogantes, la escritora, dramaturga e investigadora Mariana Eva Perez y su prima, la coreógrafa y performer Laura Kalauz, invitan a la "Antivisita", un recorrido por el predio de la ex-ESMA que, en realidad, sucederá afuera de aquel edificio para dar cuenta de un vínculo complejo con el espacio y de distintas formas de abordar la ausencia.
"Antivisita. Formas de entrar y salir de la ESMA", una performance que, según Mariana Eva Pérez "explora formas alternativas de entrar, habitar y salir de esos sitios de horror y de memoria", tendrá lugar en el Centro Cultural Universitario Paco Urondo el próximo martes 28 de marzo.
"Buscamos todo lo contrario a reforzar el carácter emblemático y excepcional de la ESMA, la idea es hacer un ejercicio de memoria, incluso al margen de mi historia. Ponemos el foco en lo singular pero para hablar de lo general", cuenta Mariana, en diálogo con Télam e intenta, en todo momento no "spoilear" con literalidad un recorrido en el que lo simbólico y lo metafórico son protagonistas.
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Su biografía es también parte de ese recorrido que invita a "antivisitar". Nació en 1977 y a los quince meses fue secuestrada junto a su mamá, Patricia Roisinblit, que estaba embarazada. Unas horas más tarde la llevaron con su familia paterna. Ese mismo día también secuestraron a su papá, José Manuel Perez Rojo. Los dos, militantes montoneros, están desaparecidos, pero Mariana pudo encontrar a su hermano que nació en la ESMA. Se crió con sus abuelas que impulsaron búsquedas y reclamos, y toda su vida estuvo atravesada por el "temita", como habitualmente le dice. También se define como "esmóloga" y se refiere a su generación de padres desaparecidos como "hijis".
Desde hace años trabaja el tema desde diferentes aristas. En su investigación doctoral, indagó en distintas prácticas escénicas que dan cuenta de manera diversa de la desaparición de personas entendida como una biopolítica de producción de espectros a escala masiva. En "Diario de una princesa montonera" -editado por primera vez en 2012 y reeditado y ampliado en 202- la autora desgrana a la generación de hijos de desaparecidos durante la dictadura cívico militar para sumar después dos nuevas partes: su viaje-exilio en Berlín y la última concentrada en el regreso a Buenos Aires para ser parte de la querella en el juicio por el secuestro y desaparición de sus padres.
"Antivisita fue inicialmente concebida como parte de una serie de visitas guiadas con invitados especiales que se realizaban en el Museo Sitio de Memoria ESMA antes de la pandemia. Pero desde el comienzo del proyecto exploramos la idea de no estar físicamente presentes en el lugar o de `sacar la ESMA fuera de la ESMA´, como maneras de desnaturalizar lo que ha dado en llamarse la ´resignificación´ de estos espacios", cuentan Pérez y Kalauz en la presentación sobre el origen del proyecto.
-Télam: ¿Por qué idearon una "antivisita" a la ESMA?
-Mariana Eva Pérez: No quiero contar del todo de qué se trata la "antivisita" porque la idea es que sea una sorpresa y no spoilear. Es una visita guiada a la Escuela de Mecánica de la Armada pero que tiene lugar fuera del edificio y del predio. Hasta ahora hecho hecho funciones en el Centro Cultural Paco Urondo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y el mes que viene vamos a hacer una función en el Archivo General de la Nación; la idea es mover la obra por distintos lugares para seguir experimentando. ¿Qué pasa cuando sacamos la ESMA fuera de ahí y la llevamos a otros lugares? Es interesante pensar hasta qué punto la ESMA se ha irradiado a otros lugares, eso nos hace sentido perfectamente cuando estamos en otros espacios. Y de qué forma nos resuena lo que pasó en otros espacios del presente. Es una forma de "mover la ESMA" fuera de la ESMA. En este espíritu se basa la "Antivisita", que respeta algunos modos y convenciones de la visita guiada al Sitio Museo Memoria ESMA pero tiene algunas otras particularidades y es un recorrido un poco arbitrario tras la pista de mi mamá y de la historia familiar que nos une con mi prima Laura Kalaus, la otra directora y autora.
-T.: ¿Qué rol juegan los performers?
-M.E.P: Laura y yo nos repartimos los roles. Algunas partes las puedo mostrar yo y otras partes me hace muy bien delegar ese peso en otra persona y lo hago con ella. Nosotras somos primas segundas y nuestra bisabuela en común tenía un interés por el mundo de los espíritus y los muertos. Ahí entra , Miguel Algranti, que es antropólogo y que trabajó con religiosidades alternativas y que nos va a ayudar a adentrarnos en las prácticas de comunicación con los ausentes.
-T. ¿Qué sensación te genera que la ex ESMA sea un lugar que se pueda visitar?
-M.E.P.: Me genera un montón de cosas, de todo tipo. Para mí fue muy importante poder entrar por primera vez con las compañeras de cautiverio de mi mamá, ponerle imagen y materialidad a un lugar que siempre me había acechado desde lo imaginario, me trajo mucho paz entrar y verlo más chiquito y menos terrorífico de lo que siempre me había imaginado. Después, durante mucho tiempo no quise volver a entrar cuando se convirtió en museo. Tengo una historia con ese lugar que va cambiando con los años, con las cosas que se experimentan. Tuve prejuicios que tuve que desmontar y otros en los que tenía razón. Es una historia larga y que lleva toda mi vida desde que supe que mi mamá dio a luz ahí. Entonces, este es un capítulo más en la resignificación de ese lugar que no es solamente la ESMA o el Casino de Oficiales de la ESMA, sino que es lo que irradia la zona o el barrio que para mí es una mancha venenosa en la ciudad. Buscamos todo lo contrario a reforzar el carácter emblemático y excepcional de la ESMA, la idea es hacer un ejercicio de memoria incluso al margen de mi historia. Ponemos el foco en lo singular pero para hablar de lo general.
Quienes quieran "antivisitar" la ESMA pueden escribir a proyecto.antivisita@gmail.com para anotarse.
Con información de Télam