"La ronda nocturna", la emblemática obra del pintor neerlandés Rembrandt, pintada entre 1640 y 1642, concentra por estas horas dos novedades: una investigación revela que un boceto se esconde bajo capas de esa pintura y, por otro lado, el Rijksmuseum anunció que estirará el enorme cuadro para eliminar arrugas en la esquina superior izquierda que aparecieron cuando lo llevaron a una galería temporaria mientras se efectuaban renovaciones.
La investigación que fue difundida hoy revela la "génesis" de la gran obra maestra, ya que que permite advertir que Rembrandt en un principio había querido pintar plumas en el casco de un miliciano y que decidió eliminar una espada que había puesto entre los dos personajes principales, consignó la agencia de noticias AFP.
"Las plumas son bien visibles en el boceto, y no así en la pintura", explicó durante una conferencia de prensa Pieter Roelofs, director del departamento de pinturas y esculturas del Rijksmuseum de Ámsterdam.
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"No sabemos por qué cambió de parecer, probablemente porque centraba demasiado la atención en este personaje", agregó.
La investigación reunió a una treintena de expertos, que estuvieron trabajando durante dos años y medio sobre este lienzo, uno de las más famosos del mundo, estudiándolo en forma minuciosa con las tecnologías de imagen y digitales más avanzadas.
Los resultados que se conocieron hoy son los de la primera etapa de la investigación, cuyo
objetivo es comprender la técnica del artista y devolverle a esta monumental tela todo su brillo y esplendor.
"Siempre habíamos sospechado que Rembrandt habría realizado un boceto sobre el lienzo antes de lanzarse a concretar esta composición, que es increíblemente compleja, pero no contábamos con pruebas de ello", prosiguió Taco Dibbits, director del Rijksmuseum.
A su vez, el museo nacional de Países Bajos anunció que en enero retirarán la tela de 379,5x453,5 centímetros (149,4x178,5 pulgadas) de su bastidor de madera y la colocarán en uno nuevo para estirar arrugas que aparecieron cuando llevaron el célebre cuadro a una galería temporaria mientras se efectuaban amplias renovaciones en el Rijksmuseum en 2003 a 2013.
El óleo sobre tela, que retrata una milicia civil de Ámsterdam, es una muestra del uso de la luz y la composición por el artista para crear una escena dinámica llena de personajes y según el museo, la causa de las arrugas fueron las “fluctuaciones excesivas del clima en la galería” donde permaneció durante las obras de renovación.
“Nos parece muy importante hacerlo para la conservación a largo plazo de la pintura. La deformación se estirará y la pintura tendrá una superficie más pareja y plana”, señaló Petria Noble, jefa de conservación de pinturas del museo.
El cuadro ha sido objeto de muchas restauraciones a lo largo de su vida. Lo colocaron en su bastidor actual en 1975. Una vez estirado, el museo decidirá si necesita mayor restauración.
Con información de Télam
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