La relación de Rodolfo Walsh con la escritura tomó distintas formas: cuentos, crónicas, investigaciones, cables informativos y cartas contundentes para distintas generaciones, como fueron la que escribió a sus amigos con su hija Victoria como protagonista, asesinada tres meses antes, y otra que fue su texto a la Junta Militar, que hace 45 años lo secuestraba y acribillaba en una esquina de Buenos Aires mientras las copias de esa Carta Abierta llegaban a periodistas, medios y agencias de noticias latinoamericanas.
Las piezas que componen esa obra tienen también documentos y relatos inéditos de Walsh que fueron secuestrados de su casa por el grupo de tareas de la entonces Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) horas después de asesinarlo.
Walsh, precursor y referente del periodismo narrativo en el país, tiene una lista de libros reeditados y leídos que siguen vigentes 45 años después de su muerte, entre ellos, los siguientes:
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-"Variaciones en rojo" reúne tres novelas breves publicadas en 1953 que pertenecen a un género que lo apasionaba y que respetaba por su capacidad de leer la coyuntura: el policial. Las tres historias abordan asesinatos a partir de la investigación del comisario Jiménez y de Daniel Hernández, un corrector de pruebas de una editorial que hace aportes claves a la hora de la resolución.
- "Operación Masacre", publicado por primera vez en 1957, es un clásico que inició su obra de no ficción periodística y reveló los asesinatos del 9 de junio de 1956, conocidos como los "fusilamientos de José León Suárez" durante la dictadura cívico-militar autodenominada Revolución Libertadora.
"Livraga me cuenta su historia increíble; la creo en el acto", es la frase con que Walsh toma impulso para narrar este trabajo documental que tuvo como punto de partida el testimonio de Juan Carlos Livraga, sobreviviente de esos fusilamientos, y que supo mostrar la matanza ilegal de civiles como represalia por el levantamiento del general Juan José Valle contra el gobierno de facto del general Pedro Eugenio Aramburu.
- "La granada" y "La batalla" son dos piezas teatrales que se publicaron cuando Walsh volvió de Cuba. La primera es el relato de un soldado que es juzgado por un tribunal militar que debe definir si es un héroe o un traidor. El interrogado declara mientras sostiene el seguro de una granada para no volar por el aire. La segunda es la caricatura de un dictador con la intención de generar una guerra para convertirse en héroe.
-"¿Quién mató a Rosendo?" es una investigación publicada en 1969 que recupera el asesinato del dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Rosendo García, y que comenzó como una serie de notas publicadas en el semanario de la CGT de los Argentinos (CGTA) en las que Walsh contó el tiroteo en el que murieron tres personas, entre ellos García, el 13 de mayo de 1966 en la confitería La Real, de la localidad bonaerense de Avellaneda. Los aportes de los testigos sobrevivientes le fueron permitiendo poner en el foco al dirigente gremial metalúrgico Augusto Timoteo Vandor.
- "El caso Satanowsky" vuelve a la Revolución Libertadora a partir del asesinato, en 1957, del abogado y profesor de Derecho Comercial Marcos Satanowsky. Caso que Walsh investiga y comienza a publicar en la revista Mayoría entre junio y diciembre de 1958 y, más adelante, en forma de libro. En este trabajo, el periodista y traductor volvió a desarmar una trama de encubrimientos, que implicaba un deficiente accionar judicial y el accionar de los servicios de inteligencia nacional en el homicidio.
- "Un kilo de oro" reúne los textos "Cartas", "Los oficios terrestres", "Nota al pie" y "Un kilo de oro", donde Walsh explora su capacidad narrativa y su innovadora prosa al pensar formas, tramas y tensiones ficcionales. Publicados en 1967, estos cuentos convocan al lector en sus movimientos narrativos apostando a las marcas epistolares, discursivas o conversacionales para contar universos.
- "El violento oficio de escribir" compila la totalidad de su obra periodística. El título responde a un texto autobiográfico de 1964 donde Walsh dice que había decidido que de todos sus oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más le interesaba y lo convencía. En el prólogo de ese libro, su amigo, colega y compañero Rogelio García Lupo escribió: "Volver a leer el periodismo de Walsh es encontrarse con una mirada sobre su tiempo, a menudo generosa, frecuentemente ácida, pero nunca recargada por el discurso. Escribió con una franqueza que en su época causaba tanto estupor como ahora al releerlo".
Con información de Télam