(Por Marina Sepúlveda). Lo queer desembarca en la Documenta de Kassel, en Alemania, con la propuesta del refugio o rancho compuesto por banderas y consignas de varios colectivos artísticos de Argentina convocados para esta gran cita con el arte contemporáneo, que participan de esta edición de la feria de arte contemporáneo agrupados en el nombre Serigrafista Queer, con una instalación que retoma, a partir de la deriva semántica, la cuir, que decanta en cuis y cuises de estas pampas, esos pequeños ratones de campo escurridizos.
En paralelo este colectivo sostiene el trabajo comunitario que desde 2016 realiza en la localidad bonaerense de Cañuelas, en sintonía con la propuesta curatorial que hasta septiembre se desarrolla en Alemania de la mano de ruangrupa, grupo con base en Jakarta, cuya consigna se instala en un contexto mundial de crisis varias, retomando los valores del lumbung, la voz indonesa para "granero de arroz comunal".
La Documenta, que cada lustro se instala en la ciudad de Kassel desde 1955 desplegando las tendencias del arte contemporáneo, fue inaugurada el 18 de junio y se desarrollará hasta el 25 de septiembre con curaduría artística del grupo ruangrupa.
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Y es por medio de este modelo colectivo que se traslada como experiencia y posibilidad a la práctica comunitaria y artística del encuentro, desde el uso compartido de recursos comunales y la distribución equitativa, que se encarna la presencia del proyecto de "Rancho Cuis" del grupo argentino Serigrafistas Queer instalado en el Sanderhaus, en Kassel.
Lo llamativo es que Serigrafistas Queer se presenta como un no grupo y se compone de unos ocho integrantes.
"Lo que decimos en general es que somos 8 porque es la formación del colectivo ahora, pero en general cualquier persona que esté serigrafiando con nosotres es como un cuis, cualquiera puede serlo desde el 2007, que existe el colectivo", explica Euge Murillo, otra de las integrantes. Y agrega: "Fue cambiando, fueron pasando distintas personas y se fueron yendo y fueron llegando, así que es como bastante dinámico".
Relacionado con el nombre original del grupo, queer, al ser un vocablo que "vienen del norte" fue puesta en debate "como colectivo y fue derivando", explica Murillo.
El término inglés queer ("raro") es usado para desnaturalizar esa construcción binaria occidental cisheteronormada de varón-mujer, entre otras cuestiones, y que se decanta desde el colectivo en la palabra cuis. "La empezamos a escribir cuir como suena y después derivó en cuis, que es un ratón de campo que también habita en Cañuelas -que está lleno de cuises-, y un poco lo que intentamos hacer como práctica es escurrirnos y andar en grupo. La cuestión del cuis nos ayuda mucho para pensar ese concepto, ser tan escurridizes que no puedan ni nombrarnos", comenta.
Con una invitación curatorial para practicar "el lumbung" entre los participantes y el trabajo "en nuevos modelos de sostenibilidad y prácticas colectivas de compartir", es que Serigrafistas Queer (o Cuises) se suma al universo curatorial. El grupo nacido en 2007 en la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de las marchas del orgullo LGTB, se compone de un número variable de integrantes y prácticas artísticas y de activismo que se entrecruzaron a lo largo de estos años en espacios públicos y exposiciones, como la reciente muestra "Giro gráfico" en el Museo Reina Sofía, de Madrid, con la presencia de Mariela Scafati y Guillermina Mongan.
En mayo de 2021 el colectivo comenzó a trabajar con el proyecto que tiene "dos territorios", como indican, uno en Kassel y el más perdurable en Cañuelas, "concibiendo la construcción del rancho/refugio como el estar y pasar el tiempo sin un fin productivo", o "nonkong", como lo denominan los curadores. Y la construcción de este rancho constituye la posibilidad de intercambiar saberes, desjerarquizar, reconocer contradicciones, matices y complejidades.
Es así que a "puro rancheo" como publican en sus redes "les integrantes" de Serigrafistas Queer vienen trabajando en el verano europeo desde el Sanderhaus, ese hostel, centro de refugiados y bar ubicado en los suburbios del barrio Bettenhausen, en Kassel, una ciudad habitada por la Documenta. Se trata de un edificio donde realizan conciertos, lecturas, talleres y festivales y en el terreno baldío "con fauna y flora nativa" Serigrafistas Queer construye el rancho.
"Nuestro espacio cuis estará construido de banderas de colectivos, alianzas, compañeres de ecosistema; tendrá una cancha de fútbol circular y durante los 100 días sucederán distintas actividades", describe Mongan en su cuenta de Instagram. Y se explaya: "Construyendo en un espacio abierto, entre vegetación y ramas secas o bajo piedras y troncos caídos como los cuises. Un rancheo rodeado de banderas donde podemos encontrarnos con otros. Un lugar para jugar al fútbol, para enredarnos. Construir con madera, banderas, textos, las lenguas de las alianzas vividas y para ser vividas. El rancheo es un viaje que se realiza habitándolo", escribe la activista e investigadora platense.
Es así que compuesto por banderas de colectivos "que conforman el ecosistema de activismo y afecto de Serigrafistas Queer", el espacio comenzó a poblarse desde la primera "Derrota de caracoles", del colectivo, con la "idea de tener una pregunta sobre el tiempo, el productivo, lo que significa el éxito, el tiempo más lento, otras formas de caminar y a partir de ese disparador cada colectivo sumó su bandera", explica Moyi Schwartzer a Télam.
Las banderas con sus frases fueron pensadas y escritas por grupos como Isla Invisible, Lombrices picantes, Recreativo Transfemigrante, Básquet y Amistad, Afiche editora, Beressia, El Flasherito, La Pulpería Mutuálica, Putita putito trolite trolitx, Cromoactivismo, entre otros.
Entre las 32 banderas disponibles hasta el momento -a las que proponen sumar nuevas- están: "Resistimos migrando" o "Basta de terricidio", de la mano de Mujeres indígenas por el buen vivir; "Somos fermento", por Nakkal; "Es con todas las especies", por Vuelve el Monte; o "Deseo en Suspensión", por Colectivo Habitaria.
En su semejanza con el proyecto de Cañuelas, lo de Kassel es concebido como "un refugio de banderas donde (participan) muchos colectivos con los que Serigrafistas queer venimos articulando desde hace muchos años de diferentes maneras", explica Moyi, como sumatoria de la propuesta curatorial del lumbung, ese granero "donde se guarda la cosecha colectiva, es lugar de encuentro donde se comparte, se festeja, y este refugio de banderas hace un poco esto, un poco lo que venimos haciendo en Cañuelas", completa.
¿Cómo interactúan con el espacio de Kassel y la cercanía con este espacio para migrantes que es Sandershaus? "Nos hemos acercado poco, de alguna manera a medida que van pasando los días también vamos entendiendo el contexto de cómo es la convivencia entre alemanes y migrantes" -dice Moyi- "siento que hay zonas donde los migrantes deliberadamente no están, que no se los ve".
En ese sentido cuenta que están pensando en convocar a los migrantes que viven en otro piso pero en el mismo lugar en el que viven ellos y también, como parte de esa convivencia, establecieron contacto con "el pueblo del futuro", un colectivo de colectivos de Kassel compuesto de agricultores, arquitectos, artivistas, gente que vive o no en el lugar e ingenieros que conciben otro tipo de convivencia.
En 2015 comenzó otro trabajo del colectivo con la llegada a Cañuelas: "Con la llegada del macrismo, un poco la necesidad de buscar un refugio, de ver cómo nos salíamos de la ciudad y empezábamos a experimentar en esta cuestión de la construcción comunitaria, arrancamos este proyecto y vamos construyendo ese refugio durante todo este tiempo", relata la periodista sobre una edificación a la que aún le faltan las paredes aunque ya tiene techo y una cancha de fútbol.
"Pasamos mucho tiempo ahí compartiendo, no solamente el colectivo que más activa que es fútbol militante. Vienen otros colectivos y Serígrafistas Queer es parte de ellos. La invitación a Documenta tiene que ver justamente con la propuesta curatorial de ruangrupa, donde se buscan colectivos que combinen su práctica artística con el activismo, la militancia, y con esta idea de lumbung y de ecosistema, en donde un poco todo es parte de lo mismo y nuestras prácticas entraban en esa propuesta", reflexiona Murillo sobre la invitación a participar del evento internacional.
Es así que desde finales de 2021 y principios de este año, el colectivo comenzó a construir en el km 80 de la Ruta 3 en Cañuelas un rancho, como modo de estar, porque "la calle, las marchas, una vereda, una escuela, una cárcel, una cancha de fútbol o un tanque australiano pueden ser habitados como ranchos", afirman.
La tarea de construir y estar, explican, se traza desde una perspectiva interseccional, entendida como ese lugar para cruzar preguntas sobre género, raza, clase, cuerpos, relación con la naturaleza, vínculos, capitalismo, identidades, autonomía; el acceso a la tierra o violencia institucional, entre otras "cuestiones que hacen a lo que somos y a nuestro contexto para cómo vincularnos comunitariamente". Es así que entre las actividades en Kassel habrá talleres de serigrafía y otros proyectos artísticos compartidos, fútbol en cancha redonda y la publicación de fanzines.
Con información de Télam