Con eje en los regresos que pueden despejar nuevos itinerarios, el poeta y periodista Pedro Patzer escribió el libro de poesía "El lugar donde nacen los ríos", donde establece un diálogo con las ilustraciones del artista Rubén Francisco Iácono que aportan intensidad al universo propuesto.
"'El lugar en el que nacen los ríos' surge ante la interpelación de las pandemias, no sólo el covid, también la pandemia de la sociedad de consumo que está transformando a la gente en fantasmas del mundo, y al mundo en una balsa que naufraga. La muerte se puso de moda, el monopolio de la prosa invadió el corazón humano, entonces qué mejor que desenfundar una de las armas de la esperanza humana: ¡La poesía!", explica Patzer a Télam.
Licenciado en artes audiovisuales en la Universidad Nacional de las Artes, egresado de guion del ISER y coordinador de Artística Federal de Radio Nacional, el autor de "El lugar donde nacen los ríos" dice que le interesaba "poner en crisis la idea de 'hacer lo que vende'. ¿Para qué publicar un libro de poesía, si la poesía no se vende? Y ése es justamente el gran argumento, la otra pandemia es el vivir para ser un esclavo de lo que se vende, hasta que sin darnos cuenta hemos hipotecado nuestro corazón y también nuestro tiempo, pero sobre todo nuestro destino".
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"Hemos puesto en venta nuestro camino, que es una manera de ponerle precio a nuestra identidad. Este libro es parte de mi victoria interior, de no pedir permiso a la aduana de la cultura, de hacer algo en lo que creo, que vale más allá de lo podrían imaginar aquellos que 'viven' de ponerle precio a cada cosa", señala.
Para el periodista, el libro editado por el sello Lenguamadre es su "manera de rezar y si uno reza lo hace por una necesidad que trasciende los porqués de los mercados y las banderas a rayas" pero también lo piensa como su "manera de compartir un pedazo de pan, un vaso de agua y por qué no, un cielo posible".
Patzer, también autor de obras de teatro como "Epígrafes", "El Veneno" y "Soltar, soltar", señala en torno a cómo dialogan ambas tareas de escritura que "los dos aspiran a lo imposible, a contar cosas que tienen que ver con la zona más invisible de lo humano que es su lado más rico. La poesía es un territorio sagrado, el teatro requiere del barro divino de la estructura, la poesía es un rezo pagano que fluye, el teatro una misa profana que requiere de una organización de relojería. Ambos son milagros humanos, alimento de los pueblos".
En estos días, está "garabateando una obra de teatro, escribiendo cotidianamente para Radio Nacional" y trabajando en "un libro que está creciendo de a poco".
"De todas formas, la escritura sabe cuándo y por qué, ella es la que manda", expresó el autor de títulos como "El Tahiel, el canto interior de la Argentina", "Aguafuertes provincianas" y "Artefactos de mar".
Con información de Télam