María Dueñas: "No es nuestra función como novelista crear personajes políticamente correctos"

08 de junio, 2022 | 17.49

(Por Leila Torres).- La escritora española María Dueñas, autora del éxito literario "El tiempo entre costuras", llegó a la Argentina para presentar su nueva novela "Sira", una continuidad de esa historia que tardó 12 años en retomar hasta que viajó a Marruecos, habló con Télam de ese trabajo, de los estereotipos en torno al género de romance en la literatura y de las críticas desde el feminismo al amor romántico.

María Dueñas nació en Puertollano en 1964 y en la universidad, donde estudió Filología, empezó a escribir. Antes de que su libro "El tiempo entre costuras" se convirtiera en un fenómeno literario en 2009, no pensaba dejar la vida académica para escribir: "Fue todo un poco imprevisto. Estaba en Estados Unidos como profesora visitante y ahí fue que empecé a planteármelo", recordó la novelista española en una entrevista con Télam.

"Pensé que iba a ser algo adicional pero cuando se publicó 'El tiempo entre costuras' empezó a ir sorprendentemente bien, a crecer y a correrse la voz, se multiplicaron las ediciones en España y en América Latina. Aguanté un curso académico entero y me di cuenta que no podía con las dos cosas", agregó.

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A lo largo de su carrera recibió reconocimientos como el Premio de Ciudad de Cartagena de Novela Histórica, el Premio Cultura de la Comunidad de Madrid, en la categoría Literatura, el Premio "Un año de libros" de El Corte Inglés en la categoría Autora del año y el de Honor del Festival Aragón Negro. Además, su primera novela "El tiempo entre costuras" no solo fue traducida a más de 40 idiomas y cuenta con más de 70 ediciones, sino que también fue adaptada a una serie que se lanzó en 2013 producida por Boomerang TV.

En 2021, al formato audiovisual se agregó un musical de Beon Entertainment dirigido por Federico Barrios Fierro con la partitura de Iván Macías y la letra de Félix Amador (creadores del exitoso espectáculo "El Médico").

En diálogo con Télam en un hotel céntrico, Dueñas relató el encuentro con estos formatos de su novela y también cuestionó los estereotipos que existen en torno al género de romance en la literatura, las críticas desde el feminismo al amor romántico e indagó en las diferentes características de sus novelas que atrapan a un público lector tan masivo, en los márgenes de su visita al país para finalmente poder presentar su última novela "Sira", evento que había sido pospuesto a partir de la emergencia sanitaria.

-Télam: ¿Utilizas recursos de tu carrera universitaria en tus novelas?

-María Dueñas: Hay estrategias de trabajo que sigo utilizando y que he transferido. Soy de la rama de Lingüística aplicada y trabajé muchos años con diseño curricular y materiales didácticos, planificación, desarrollo de programaciones. Entonces esa forma de estructurar a corto, medio y largo plazo planteando objetivos y estableciendo a dónde quiero llegar y cómo en una especie de hoja de ruta, lo sigo haciendo con las novelas. No es exactamente igual pero suelo hacer una planificación bastante organizada de cada historia. Por supuesto que también tomo mis libertades, no es un GPS que tengo que seguirlo paso a paso. Hay cosas que funcionan y cosas que no, pero parto siempre de esa planificación.

-T.: ¿Cómo abordás un trabajo de escritura tan complejo como es el de una novela histórica?

-M.D.: Hago procesos de documentación largos e intensos pero los hago con sumo placer. Me encanta porque aprendo muchísimo, tomo muchas decisiones y se abren puertas insospechadas. Esa fase inicial que me suele llevar dos, tres, a veces incluso cuatro meses en cada novela la disfruto muchísimo. A veces me preguntan si tengo equipos de investigación que me ayuden y digo: "No, ¿cómo voy a tener?". Muchas veces ayuda a aprender mucho la gran historia porque a veces lo que necesitas es entrar por la anécdota o por vías muy secundarias.

-T.: Aunque el género de novela romántica es de los que más reactivan el mercado editorial tiene muchos prejuicios, ¿cuál es tu posición frente a estos discursos?

-M.D.: No me gusta nada que funcionemos a golpe de etiqueta, que todo tenga que estar compartimentado y estigmatizado. En fin, es una lucha que no te lleva a ningún sitio. A veces, por el hecho de que vendas muchos libros se establece una categoría de "best seller", que se interpreta como una que va contra la gran literatura. Yo no entro mucho en el debate porque tampoco es un debate que se abre frontalmente para pedir una respuesta. Son comentarios pero me parece una pena que sigamos en eso y que siga habiendo gente que lo alimente, desde el periodismo, desde compañeros de oficio de escritores porque normalmente el debate no viene por los lectores. Los lectores tienen muy claro lo que quieren leer y no tienen que dar explicaciones. Es un poco pesado pero sobrevivimos.

-T.: ¿Y qué sucede a la hora de escribir novela romántica con los postulados desde el feminismo que buscan deconstruir el amor romántico o lo critican?

M.D.: Tenemos que tener afilados los instintos para no caer en nada que pueda resultar hiriente pero tampoco tenemos que estar constreñidos a qué tipo de personaje es el que ahora "tiene que ser" y cuáles son los requisitos que hay que cumplir. Nos tenemos que escapar de eso, tenemos que sentirnos libres para hacer el tipo de literatura que queremos y luego los lectores decidirán si les interesa o no les interesa. Pero no es nuestra función como novelistas crear personajes políticamente correctos y absolutamente canónicos porque dentro de diez años será otra cosa.

-T.: Te llevó 12 años encarar la escritura de la segunda parte de "El tiempo entre costuras", ¿a qué crees que se debe esta distancia con la novela?

-M.D.: Todo lo que pasó con "El tiempo entre costuras" fue muy intenso y muy gratificante pero llegó un momento en el que plantearme una segunda novela y que fuese otra vez con Sira, se me hacía un poco cuesta arriba. Creo que necesitábamos un poco de aire fresco entre nosotras. Luego vinieron otras novelas y a lo largo de todo este proceso, no me planteé nunca volver a Sira. No era una cosa que yo tuviera pendiente y los lectores tampoco me preguntaban si iba a ver una segunda parte. Daban por hecho que no pero yo viajo mucho a Marruecos y fue en un viaje a Tánger cuando me decidí. Sentía que había mil historias para escribir ahí pero al haber estado usado en "El tiempo entre costuras", sentía que ya no podía volver otra vez. Hasta que decidí levantarme esa censura que no tenía ningún sentido porque iba a ser en otras épocas e iban a pasar otras cosas. Así fue que primero pensé en el escenario y ya supe que si volvía a Marruecos, tenía que ser de la mano de Sira. No podía traicionarla.

-T.: Durante la pandemia mucha gente conectó con el libro en papel frente al hartazgo de las pantallas y en algunos casos este vínculo llevó a la escritura. ¿Cómo fue tu relación con la escritura y la lectura en este período?

-M.D.: Cuando empezó la pandemia, ya tenía empezada la novela pero es verdad que una parte considerable la escribí en pandemia y me vino de maravilla porque fue como un refugio. Estábamos todo el día bombardeados con las noticias sobre si la curva subía, bajaba, cómo estaba yendo, qué efectos estaba teniendo y yo me metía a escribir y me alejaba un poco del mundo. Estaba concentrada en lo mío. Recuerdo que había algunos escritores que decían que les costaba concentrarse. Yo al revés, me hiper concentraba como en una cápsula. Fue un tiempo muy productivo y además fue una experiencia nueva porque yo nunca había podido escribir tanto tiempo seguido. Siempre escribía una semana pero empezaba un viaje, compromisos, salidas. Aquí pasé meses sin nada porque no podíamos salir entonces fue una buena experiencia. Por supuesto aproveché para leer. Leí muchas cosas que tenía que ver con la novela, fue interesante.

Con información de Télam