Los ámbitos de resistencia de la comunidad LGBT

27 de abril, 2023 | 15.35

A partir de la incorporación de material documental y fotográfico Matías Máximo recrea los espacios donde la comunidad LGBT se reunía tanto a bailar o escuchar música como a leer poesía o a escribir un manifiesto de liberación sexual. Esos territorios de placer y resistencia estaban en el delta del Tigre y algunos boliches de la Ciudad de Buenos Aires o Rosario.

-T.: En tren de documentar la época, el libro incorpora una colección de fotografías de integrantes de la comunidad LGBT+

-M.M.: Me parece lindo ese apéndice porque propone otro recorrido. En ese apartado se visibiliza el trabajo de quienes hace años trabajan para recopilar un material que aporta a la memoria de las personas LGBT+. Colaboraron el Archivo de la Memoria Trans, el Archivo General de la Memoria, a través del trabajo del área LGBT del Centro Cultural Conti, el Archivo de la Memoria de la Ciudad de Rosario y Archivos Desviados, un espacio documental coordinado por Juan Queiroz, un apasionado de la historia LGBT+.

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-T.: Estas imágenes documentan ciertos lugares que eran refugios de los integrantes de esa comunidad como las islas del Tigre y algunos boliches donde había un poco de libertad en plena dictadura.

-M.M.: Uno de los lugares elegidos por las personas LGBT+ -sobre todo por gays, maricas o locas- fueron las islas del Tigre. Esto se explica porque estaban bajo jurisdicción de la Prefectura que, entre comillas, era un poco más benevolente que otras fuerzas armadas. Por otro lado, el río dificultaba el acceso, ya que era más fácil esconderse si llegaba una lancha de Prefectura. Hay una anécdota que cuenta uno de los protagonistas del libro, de una fiesta en la que había como 300 personas y la Prefectura quiso hacer una razia y fueron con una de estas lanchas cargueras, una chata, pero mientras subían a la gente por un lado para llevarla detenida y se iban a buscar más detenidos, las locas se tiraban de la otra punta y se iban nadando.

-T.: También estaba el sótano de San Telmo.

-M.M.: Ese espacio fue una iniciativa de una gran periodista Marta Ferro, que fue una pionera en el periodismo sobre diversidades sexuales, que en ese momento se entendían como “marginalidades”. Ella había alquilado un sótano en una esquina del barrio porteño de San Telmo y formó un espacio cultural donde hacían títeres, entre otras cuestiones culturales, y se mezclaba un ámbito de resistencia, de organización, un lugar para conocerse e intercambiar ideas.

Con información de Télam