(Por Marina Sepúlveda) En la víspera de cumplir 90 años Sara Facio, la fotógrafa y fotoperiodista, gestora cultural, editora, curadora, impulsora de la fotografía de autor y promotora de su entrada en la colección del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) además de creadora de la Fotogalería del San Martín, sostiene que sus fotos reflejan "la vida que transcurre ante mis ojos: el momento en que vivo, el aquí y ahora".
La distancia de las décadas marca un recorrido que más allá de lo extenso la tiene como una de las figuras relevantes de la cultura argentina y el arte desde la concepción de una mirada propia que excede el mero testimonio de "la realidad" y la legitimación de la fotografía como arte. También su actividad como colaboradora de medios periodísticos de distinta índole y el ámbito editorial marcan su trayectoria, a la que en el último tiempo se suma su trabajo para difundir otro legado, el de la cantautora María Elena Walsh, su compañera durante más de treinta años.
Por estos días, el Museo de Bellas Artes le dedica un homenaje con "Sara Facio: Fotografías 1960/2010", una muestra que permanecerá abierta hasta el 19 de junio y que reivindica su labor de gestora cultural e iniciadora de la colección fotográfica del espacio creada en 1995 con la donación de 50 obras de destacados fotógrafos y de la que fue curadora hasta 2012.
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Autora de retratos que instalaron un imaginario sobre rostros de escritores como Julio Cortázar, el mítico Jorge Luis Borges, el chileno Pablo Neruda o María Elena Walsh, entre otras personalidades, su forma particular de mirar se instala en el Museo: "Se exhiben unas 30 fotos seleccionadas por mí como 'preferidas' de mis diversas series y épocas. Figuran sí, las de Borges y Cortázar", señala Facio a Télam.
Y en la selección escogida también se exponen obras de sus series "Primeros premios", "Humanario" -al que califica "una experiencia muy conmovedora"-, "Buenos Aires Buenos Aires" -que fue el primer proyecto editorial publicado en 1968 junto a Alicia D'Amico con textos del autor de "Rayuela"-, "Funerales del presidente Perón" y "Bestiario", entre otras, que atestiguan su interés y recorrido, temático, social.
Facio, nacida el 18 de abril de 1932 en San Isidro, egresada de Bellas Artes como profesora de dibujo y pintura en 1953, viaja en 1955 a París becada por el Estado francés junto a su amiga y colega D'Amico por un proyecto común sobre historia del arte.
Esta formación y viaje se traduce en los 20 años de colaboración profesional en el ámbito fotográfico entre 1960 y 1985 con la fotógrafa. El recorrido laboral iniciado en el taller fotográfico del padre de D'Amico les da a ambas una independencia no común para la mujer en esos tiempos, que se completa con la asistencia y colaboración de otra gran fotógrafa, Annemarie Heinrich.
El viaje a Europa sella el ingreso de la artista a la "vida moderna" y la fotografía como medio expresivo -un hito que consolida con la compra de una cámara de fotos y una máquina de escribir-, tras el impacto que le produce durante en 1958 una muestra de fotografía subjetiva, que concibe la fotografía como lenguaje, curada por Otto Steinert, en la Berlín de posguerra.
"Sí, algo tuvo que ver el cambio de época y mi gusto de estar en la calle, ver gente, en lugar de estar sola en un taller Y ver esas fotos que mostraban una realidad recreada por una mirada nueva fue una revelación", reflexiona Facio.
Y en 1973, con la fotógrafa guatemalteca María Cristina Orive, funda la editorial especializada en libros de fotografía La Azotea, que cerraron en 2014. "Ya hay muchas editoriales de fotografía. La nuestra fue la primera y con la idea de hacer libros bien impresos pero manuables y económicos. Fue una gran experiencia colmada de éxitos aquí y en el extranjero", dice.
- Télam: ¿Cómo puede definirse su mirada como fotógrafa? ¿Qué temas le gustaba capturar?
-Sara Facio: La vida que transcurre ante mis ojos: el momento que vivo. Aquí y ahora.
- T: -¿Qué le hubiera gustado fotografiar y qué no?
-SF: Todo.
-T: Con una trayectoria tan relevante desde lo artístico, la gestión y la curaduría, y como impulsora del ingreso de la fotografía en las colecciones de los museos ¿Cuál considera que es su legado más importante?
- SF: Trato de dejar "mis cosas" en manos confiables para que sigan sirviendo a mi país. Acabo de donar mi biblioteca de fotografía (más de 1500 imágenes) al Museo Nacional de Bellas Artes para que se unan a la Colección Fotográfica que formé.
-T: Con la muestra "Sara Facio. Perón" del Malba y curaduría de Ataulfo Pérez Aznar en 2018 mostró obras inéditas ¿Sigue teniendo mucha obra inédita?
-SF: Tengo miles de fotos inéditas!!! 60 años de tomar fotografías y guardar los negativos ya seleccionados, porque he tirado una barbaridad. Cuando terminamos la sociedad con Alicia D'Amico rompimos todos los trabajos comerciales y más.
-T: Y en el caso de "Humanario" el ensayo sobre enfermos mentales, ¿se aplica esta visión como un conjunto?
-SF: "Humanario" es una selección de imágenes tomadas mientras hacíamos un trabajo comercial para el Ministerio de Salud. El pedido era documentar las falencias edilicias, vidrios rotos, humedades en paredes, puertas que no cierran, todo el deterioro arquitectónico. Obviamente cuando vimos el abandono humano no pudimos dejar de hacer fotos. Las tomas fueron hechas en 1960 y mostramos las fotos "humanas" recién en 1970
-T: En una entrevista sobre la creación de la Fotogalería del San Martín en 1985 decía que "deseaba hacer entender que la fotografía es arte". ¿Cómo puede comprenderse hoy día?
-SF: En nuestra sociedad la fotografía era un comercio más del barrio o un pasatiempo de clase media alta. Existían muy selectos fotoclubes (desde fines de 1800) y ahí recalamos por consejo de Annemarie Heinrich, al ver nuestro deseo de hacer fotos con "contenido" (así se decía en los años 60). Ese "contenido" o foto/arte era los que nos guiaba a partir de haber visto en Alemania una exposición de "fotos de autor".
Foto de autor es la foto que tiene un sello, un estilo, que puede ser técnico, temático o "algo más" indescriptible que emociona que es arte
-T: ¿Cómo fue la experiencia de escribir en los medios periodísticos y ser fotógrafa? ¿Hay una distancia real entre esa imagen del reportero gráfico y el fotógrafo como artista?
-SF: Reportero gráfico es una especialidad profesional. Hay que tomar fotos concretas de hechos concretos. Imágenes claras y de rápida comprensión. Existen excelentes reporteros pero siempre tienen que estar al servicio de las necesidades del medio y el momento o el gusto de un jefe. Difícil pueda desarrollar un estilo a su gusto y finalmente los mejores dejan la profesión y se vuelven "free lance" para hacer lo suyo
Comencé a escribir sobre fotografía por pedido de los jefes de redacción. Yo me quejaba "Cómo es posible que esté exponiendo (August) Sander, (Henri) Cartier Bresson o (André) Kertesz y nadie escriba nada!!!!" y me contestaban: "Escribilo vos " y lo escribí y lo publicaban y me pedían más.
-T: ¿Qué consejo le daría a alguien interesado en ser fotógrafo?
-SF: Lo dije muchas veces: que eduque la mirada. Que vea la obra de los grandes fotógrafos. Que se pregunte por qué quiere registrar eso y no otra cosa.
-T: -¿Qué influencias de fotógrafos o artistas se reflejan en su fotografías?
-SF: Sin tener mucha conciencia de ello, al ver mis trabajos creo que se coló algo de Andy Warhol.
-T: En este momento con la masividad de producciones fotográficas que circulan en internet donde se confunden los límites de lo profesional con lo amateur ¿Capturar un momento de la realidad se contrapone con estás escenificaciones para las redes sociales?
-SF: Viva la Libertad creativa!!!!!
T- ¿Cómo se combina su obra y trabajo con lo que realiza en la Fundación María Elena Walsh?
SF: Mi trabajo como fotógrafa de tomas se terminó hace unos años por un accidente en mis manos. Trabajo en mi archivo y en exposiciones aquí y en el extranjero. Mi tarea en la Fundación es directiva y muy estimulante. Me hace feliz.
Con información de Télam