La Morgan Library & Museum de Nueva York inauguró el pasado 14 de octubre "She who wrote: Enheduanna and Women of Mesopotamia", una muestra que celebra a la suma sacerdotisa mesopotámica Enheduanna, la primera autora conocida en la historia de la humanidad, junto a una exposición de esculturas, sellos cilíndricos y tablillas de arcilla traducidas que estará disponible hasta el 19 de febrero.
El conjunto de las obras expuestas "dan testimonio de los roles de las mujeres en contextos religiosos como diosas, sacerdotisas y adoradoras, así como en las esferas social, económica y política como madres, trabajadoras y gobernantes", cuenta la Morgan Library & Museum en su portal. Entre ellas, una mujer que se destacó por su poder político y religioso fue la sacerdotisa y poeta Enheduanna (ca. 2300 a. C.), la primera autora nombrada en la literatura mundial.
"El Morgan ha hecho exposiciones sobre Emily Dickinson, Mary Shelley, las Bronté, así que pensé que deberíamos hacer una exhibición sobre el primer autor conocido, que resulta ser una mujer", dice el comisario Sidney Babcock a ARTnews. "La mayoría de la gente no sabe eso. No se celebra. ¿Por qué? ¡Los niños de la escuela conocen a Safo, y ella es de 1.000 años después, por el amor de Dios!", cuestionó.
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Enheduanna escribió poemas religiosos hace 4300 años en los que plasmaba, de forma escrita y sobre varias tablas de arcilla, frases en alfabeto cuneiforme. A partir de una colección de sus textos e imágenes, la muestra celebra su poesía atemporal y su legado. "Soy Enheduanna, déjame hablarte con mi oración, mis lágrimas fluyen como un dulce embriagador", comienza una de las piezas más destacadas de la exposición en Nueva York que trata el rol de las mujeres en la antigua Mesopotamia.
Los himnos de Enheduanna no solo representan la primera forma de escritura no pictórica sino también la consolidación de la primera persona del singular en la historia de las letras. De esta forma, en un himno y sin precedentes en la literatura, Enheduanna aludió al acoso sexual.
En la obra, la escritora describe un juicio a un usurpador, un tal Lugalanne, que la saca de su complejo religioso, la maltrata y luego le ofrece un puñal para suicidarse. Para Enheduanna, el violento coprotagonista convierte el templo en el que residía la autora en "una casa de mala reputación, forzando su entrada dentro como si fuera un igual". Además, añade: "¡Se ha atrevido a acercarse a mí en su lujuria!", término que los organizadores de la muestra consideran que se trata del testimonio de un acoso sexual sin antecedentes.
Afortunadamente, la diosa Inanna salva a Enheduanna, a quien la escritora le dedica una canción.
Otro himno que se destaca en la muestra es el que explora el proceso del nacimiento, que comienza con la descripción de un fuego encendido en una cámara nupcial. En la escritura, ella deja asentado: "Lo que es suficiente es demasiado para mí/He dado a luz, oh excelsa señora, esta canción para ti/Lo que te recitaba a medianoche, que el cantor te lo repita al mediodía".
Las tablas expuestas en el museo Morgan datan en torno al año 1750 a.C., 500 años después de la muerte de la autora. A partir de las minuciosas copias que fueron realizadas por escribas durante siglos fue posible preservar el legado de la escritora.
Con información de Télam