(Por Ana Clara Pérez Cotten) Abocado a resolver los últimos detalles de la organización y la programación de la 46º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, el director General de la Fundación El Libro, Ezequiel Martínez, celebra que el gran evento editorial pueda retornar a la presencialidad con el legado de las nuevas costumbres e iniciativas que dejó la pandemia, defiende una programación que aún con restricciones será convocante y acepta que, en épocas de bolsillos flacos, es necesario agudizar el ingenio para sostener las ventas en los stands.
Va a funcionar todo bien, creo que va a ser inolvidable. Después de estos dos años, la vuelta de la Feria del Libro al formato presencial será una fiesta, pronostica el periodista, gestor cultural, editor y uno de los siete hijos del escritor Tomás Eloy Martínez sobre el evento que será inaugurado por el escritor Guillermo Saccomanno y que se desarrollará del 28 de abril al 16 de mayo en La Rural de Palermo.
En esta oportunidad, La Habana será la Ciudad Invitada de Honor y las entradas oscilarán entre los 300 y 450 pesos con beneficios para distintas poblaciones y cheques para usar en librerías.
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Martínez acepta que las visitas internacionales este año serán menos por las dificultades de previsión que supuso empezar la organización de la feria en noviembre y porque muchos autores no retomaron sus asistencias a encuentros masivos, pero advierte que también se encontró con mucho entusiasmo por retomar las dinámicas propias de los encuentros internacionales.
Se espera la llegada de Mario Vargas Llosa, Javier Cercas, John Katzenbach, Diamela Eltit, Paulina Flores y del joven rumano Miguel Gane, poeta que se dio a conocer a través de Tik Tok. Se organizaron actividades conjuntas con la fundación Vargas Llosa y varios talleres de la Fundación Gabriel García Márquez que incluirán un ciclo de clases magistrales con el español Jorge Carrión, la francesa Caroline Fourest y el uruguayo Pablo Casacuberta. Además, la Feria se sumarán a los homenajes internacionales por el centenario de José Saramago, con una muestra, actividades y una maratón de lectura.
-Télam: ¿Qué expectativas tiene en su primer al año al frente de la organización de la Feria?
-Ezequiel Martínez: Viví durante muchos años la organización de la Feria del otro lado del mostrador y a pesar de que conocía cómo funcionaba la maquinaria de la Fundación El Libro creo que no estaba al tanto, en detalle, del inmenso trabajo que requiere organizar todo para que funcione como una orquesta. Están todos los libros, podés conocer a los autores de cerca y participar de muchísimas actividades. Y todo eso funciona porque hay un montón de trabajo detrás y esta vez empezamos tarde, en noviembre, por la pandemia. Me sumé a un equipo súper profesional que conoce todo el engranaje así que va a funcionar todo bien, creo que va a ser inolvidable. Después de estos dos años, la vuelta de la Feria del Libro al formato presencial será una fiesta.
-T: Será, además, uno de los primeros eventos culturales multitudinarios después de las distintas olas de la pandemia. ¿Qué medidas extraordinarias tomaron para adecuarse a los nuevos tiempos?
-E.M: Estamos acostumbrados a las convocatorias multitudinarias cuando firma algún autor reconocido, entonces vamos a instalar un firmódromo en el exterior para no complicar el interior y manejar la cantidad de gente. Por otra parte, y en sintonía con las ferias que se organizan en el resto del mundo, vamos a asumir el formato híbrido que nos permite sumar vía streaming a escritores y figuras desde el exterior que no puedan viajar. Eso nos sirve para que se sumen seguidores de todo el país y el exterior. Vamos a transmitir las principales actividades por nuestras redes sociales y por Youtube. Y, finalmente, para no acortar la programación en las 11 salas, acortamos los eventos para poder sanitizar y ventilar las salas; los expositores entendieron que siendo más breves podíamos garantizar la seguridad. Finalmente, rediseñamos el mapa y algunos pasillos para que la circulación fluya mejor y la Feria sea apta para esta nueva época.
-T: La lectura fue protagonista en el encierro pandémico y los libros se convirtieron en una gran compañía para muchos. ¿Cree que algo de eso que vivimos dejará impronta en el mundo del libro?
-E.M.: Sí. Históricamente, la Feria genera nuevos lectores: llegan para pasear o conocer a una personalidad y acceden al libro, encuentran autores. Los tiempos muertos del principio de la pandemia generaron un nuevo compromiso con la lectura, pero también las librerías sacaron lo mejor de sí al volcarse a la venta on line para hacer venta puerta a puerta y la Fundación generó un mapa para que cada persona pudiera conocer cuál era la librería más cercana a su casa. Creo que los lectores pudieron conocer más a los libreros y que todos esos mecanismos consolidan y comprometen la lectura. Durante la Feria, con la compra de la entrada, cada lector accederá a un cheque libro que le permitirá tener un descuento en una compra futura en una librería; de esa forma apuntamos a que la Feria traccione la venta posterior en los comercios.
-T: En estos últimos meses, tal vez como nunca antes, ganaron fuerza distintas ferias, como las que organiza el segmento editorial independiente. ¿Cómo dialoga la Feria del Libro con esas nuevas dinámicas?
-E.M: Desde la Fundación colaboramos mucho con la organización de varias de ellas. Hacemos un encuentro de ferias del libro de todo el país una vez al año y tratamos de conocer las realidades locales para ayudar desde nuestra Feria. Estamos integrados en ese circuito.
-T: Este año la Feria se da en un contexto económico complicado para la mayoría de los argentinos, con alta inflación y sueldos magros. ¿Cómo aborda esa situación la Fundación para sostener las ventas en los stands?
-E.M: Hacemos un montón de acciones durante el año y otras puntuales durante la Feria. Habrá reintegros bancarios importantes con tres bancos públicos. Además, el cheque libro le devolverá a las librerías parte del público y la entrada tendrá cupones para comprar en stands.
Con información de Télam