(Por Josefina Marcuzzi). "Encendamos la lucha para que no se apague la cultura", fue el lema central que se sumó a muchos otros similares hoy a la tarde en las inmediaciones del Congreso Nacional, donde cerca de dos mil personas se convocaron para manifestarse contra las medidas en torno a la cultura incluidas en el proyecto de ley ómnibus.
Aunque la convocatoria estaba organizada para las 19 y en ese momento llovía en Buenos Aires, cientos de personas se acercaron con carteles, banderas, dibujos, ilustraciones y hasta altoparlantes para pedir que se frene el embate contra la cultura.
Participaron representantes de la Asociación Argentina de Actores, la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina, también estudiantes de la Universidad Nacional de las Artes Audiovisuales, representantes de la Red de Bibliotecas Populares, de la Cámara Argentina del Libro, editores, artistas independientes y miembros del Sindicato de Músicos de Argentina.
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"Esto es un avasallamiento contra toda cultura pero además es un golpe al trabajo. La cultura genera muchos puestos de trabajo, incluso dentro de las cooperativas. Esto es un disciplinamiento general contra el carácter contestatario de la cultura, una impronta que tienen especialmente el teatro y el cine independiente. Siempre se amaga con sacar subsidios o recortar, pero nunca el peligro fue tan explícito y tan grande como en esta ley", explicó a Télam Luis Ali, actor y miembro de la Asociación Argentina de Actores.
El llamado "cacerolazo cultural" se sostuvo durante varias horas entre la tarde y la noche de este miércoles y, además de artistas y representantes de la cultura, también convocó a ciudadanos de a pie que se acercaron a dar apoyo a la iniciativa. Se trata, además, de una movilización que fue organizada en distintos puntos del país y que se gestó con una fuerte impronta federal.
Marcelo Mangone, miembro de la Asociación de Profesionales de la Dirección Escénica Argentina (APDEA), dijo que estaban reclamando por los derechos que les "quieren cercenar, por el vaciamiento del Fondo de las Artes y por el Instituto del Teatro, que es una fuente maravillosa de generación de trabajo, de cultura, de federalismo y de identidad".
"Estamos preocupados por la irracionalidad del planteo, 'te lo saco porque sí'. ¿Se imaginan una ciudad o un país sin teatro? Nos vanagloriamos de ser la capital de la cultura, con más de 200 teatros, que con esta ley desaparecerían", sostuvo.
El sector editorial también estuvo en esta convocatoria, que reunió a editores, escritores y trabajadores del sector. "La ley del libro protege a los libros, a las editoriales, a las librerías y te protege a vos", rezaban algunos carteles entre las personas que se manifestaron.
Ezequiel Bajder, vicepresidente de la Cámara del Libro argentina, escritor y editor, explicó a Télam: "Las medidas de esta ley son un atentado contra la cultura. Es no entender que la cultura tiene un aspecto material, porque nosotros comemos y vivimos de esto, pero también tiene un aspecto simbólico, la producción cultural del país que forja un acervo de la identidad nacional. La identidad nacional es el fútbol, la Selección en el mundial, pero también es el cine, el teatro y los libros".
Según contó Bajder, unas semanas atrás se comunicaron con ellos representantes de la Cámara del Libro de Perú pidiendo ayuda para adaptar los principales puntos de la Ley del Libro argentina a la legislación peruana. "Es decir, tenemos una ley modelo para otros países, que ningún actor del sector editorial argentino pidió derogar, y este gobierno quiere derogar", añadió.
Otro sector que se vería fuertemente impactado ante la aprobación de la ley ómnibus es el de las bibliotecas populares, una red federal de bibliotecas que muchas veces son fundamentales en ciertas regiones del país donde no llegan las instituciones o los circuitos culturales oficiales.
"La circunstancia nos convocó a organizarnos en la urgencia. En el país hay cientos de bibliotecas, desde Ushuaia a La Quiaca, que acompañamos trayectorias educativas, acceso a la información, formación ciudadana, talleres artísticos y de formación laboral. La ley viene a afectar el financiamiento de las bibliotecas y la representación federal, porque dejarían de existir los representantes de cada provincia", explicó a Télam María Gómez, trabajadora de una biblioteca popular de Villa Soldati.
Al respecto, agregó: "Nuestro trabajo es en el territorio y es artesanal, muchas veces invisible, por eso amerita estar acá haciendo ruido y hablando en voz alta. Y contrarrestar los discursos que generan confusión: no es cierto que los impuestos de las personas sostienen las bibliotecas populares. Parte de los fondos, por ejemplo, vienen de los impuestos a los juegos de azar. No le están quitando nada a los llamados 'argentinos de bien', sino al revés".
En la concentración hubo también cánticos a través de los parlantes con el lema de "la Patria no se vende", hubo puestas a cargo de actores y actrices disfrazados, consignas repetidas en muchos carteles y una fuerte necesidad de todos los miembros de la cultura de ser escuchados.
"Tenemos que defender la cultura y la soberanía ante el avance de la cultura foránea. Porque la cultura es un derecho, es revolucionaria y fue la voz de los oprimidos durante la dictadura. Defenderla como la máxima expresión de la idiosincrasia de nuestro pueblo. Las industrias culturales aportan un 2,5% del PBI a la Argentina, genera mucho en nuestro país. Y además, el avance del Gobierno pega en los sectores más desprotegidos, y es ahí donde necesitamos más que nunca la presencia de la cultura. Llevarla donde no llega y no solamente encerrarla en el Colón", dijo Marcelo Levicoy, músico y parte del Sindicato de Músicos Argentinos.
Con información de Télam