El poeta, crítico literario y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, publicará en septiembre "Un año y tres meses", un libro en el que hace un recorrido en forma de poesía por el largo proceso de la enfermedad y la muerte de su mujer, la escritora Almudena Grandes, quien murió el 27 de noviembre a los 61 años.
"La manera que tengo de dialogar con mi vida, de buscarle sentido y de asumir lo que pasa es a través de la poesía. De modo que el libro recorre los quince meses, el tiempo desde que le dieron la noticia a Almudena hasta que murió", contó sobre el libro ayer durante su participación en un congreso en la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) sobre el libro de poemas, en el que abordará la enfermedad, la muerte, la memoria y el recuerdo.
Esta obra sobre una "experiencia fuerte" será publicada en septiembre por Tusquets Editores, que en sus anuncios editoriales califica al texto como "tal vez el libro más conmovedor" del autor andaluz, "por la contención, la evocación serena de momentos angustiosos, la inmensa ternura evocando la complicidad y el recuerdo de la que ya no está". Unos meses después, estará disponible en la Argentina bajo el mismo sello.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
A mediados de mayo, García Montero participó del homenaje a Almudena Grandes que organizó la Feria del Libro en Buenos Aires y cerró el encuentro con la lectura de algunos poemas del libro. "Quiero agradecer por este homenaje que se le hace en un lugar que ella quería tanto. Ella sentía verdadera pasión por la Argentina, especialmente por Buenos Aires y Mar del Plata. La amistad con Paola (Lucantis, su editora en la Argentina) y con el editor Mariano Roca era muy estrecha", rescató en aquella oportunidad en Buenos Aires.
Después se tomó unos instantes para contar los entretelones de cuatro poemas: "La resistencia", "Cuerpo y alma", "Un año y tres meses" y "Lectores". Sobre el último, contó que se inspiró en sus costumbres de lectores nocturnos. "Ella leía hasta las tres de la madrugada. Yo me dormía rápido pero me despertaba en el medio de la noche y prendía la luz para leer. A ninguno de los dos nos molestaba", contó e iluminó los versos del poema: "También es el amor una luz negociada/ Somos barcos nocturnos que fondean en esta habitación/ junto a una cama que parece un puerto./ No me importa que tardes en apagar la luz/si me quedo dormido en tu lectura".
Con información de Télam