El escritor Lorenzo Silva, quien acaba de publicar su nueva novela "Púa", es un gran lector no solo del género policial, sino también de los clásicos universales.
En esta nueva novela, aparecen varios guiños hacia los autores preferidos del protagonista, un librero con un oscuro pasado en la compañía de agentes secretos que combatieron el terrorismo. En otras novelas anteriores, estos escritores figuraban con nombre y apellido; sin embargo, en "Púa", como si fueran los fantasmas que deben ser "nadie" para pasar inadvertidos entre los criminales, solo hay huellas que un lector puede rescatar. Al final del libro, Silva, dice: "El lector meticuloso habrá encontrado en el texto guiños a Franz Kafka, Marcel Proust, Virginia Woolf, Walter Benjamin, Homero, Julio Verne y César Vallejo. A ellos y al resto de los maestros de los que trato de aprender les estoy agradecido siempre "
"Nada me marcó tanto como el puñado de enfermos, de la escritura y en el sentido usual de la palabra, con los que en esos años me encontré, con consecuencias irreparables", indica el escritor. Y en la propia novela, más adelante señala: "Los llamo enfermos porque todos, de un modo u otro, lo estaban, y quizás esa enfermedad que les tocó en suerte fue la que les otorgó la clarividencia para escribir lo que escribieron. Quien está enfermo se enfrenta a la conciencia continua del sufrimiento, que es el rostro más reconocible e inapelable del mal".
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-T.: En la novela a los escritores admirados se los llaman "enfermos" y no se los nombra ¿Quiénes son?
- L.S.: Yo puedo manejar muchas referencias culturales precisas, incluso intertextuales. Sin embargo, en este caso, no puedo hacerlo debido a que la historia sucede en una época indeterminada en un lugar no especificado. Por lo tanto, las referencias aparecen en términos genéricos y sin nombres propios.
Sin embargo, cuando Púa habla de sus enfermos, tengo algunos referentes para construir a esos tres escritores de ficción a los que él ha leído desde su juventud. Claramente, son un trasunto ficcional de Franz Kafka, Virginia Woolf y Marcel Proust. Son tres escritores que me acompañan desde la misma época en la que se encuentra el personaje. Es un pequeño homenaje encubierto a esos autores.
Son tres escritores muy distintos y a su manera enormemente influyentes en la literatura del siglo XX e incluso del siglo XXI. Cuando uno se hace la pregunta de por qué son tan influyentes, inmediatamente surge la idea de que probablemente son observadores de la realidad dotados de una especie de hipersensibilidad y radar bien calibrado para percibir estímulos que a otros les pasan inadvertidos. ¿De dónde nace esa hiperperceptividad? Pues en buena medida de que los tres eran enfermos. Los tres eran enfermos psíquicos.
Kafka era depresivo, obsesivo y neurótico. Su vida consciente y creativa estuvo impregnada de la locura, y dejó una carta en la que mencionaba el avance de la oscuridad en su cabeza.
En el caso de Proust, su sensibilidad se tradujo en problemas respiratorios, literalmente no podía respirar. Proust también sufrió de problemas de salud debido a su falta de alimentación adecuada, lo cual lo llevó a enfermarse seriamente y fallecer a los poco más de 50 años.
Mi teoría (y creo que no estoy equivocado) es que estas personas leían siempre la vida desde la enfermedad. La enfermedad les otorgaba una capacidad especial de observación. Si uno está sano, aparentemente no puede ser así. No tiene restricciones para viajar, navegar o escalar montañas. Pero aquellos que no gozan de buena salud, desarrollan una ilustración distinta. Para mí, estos tres autores son referentes y también son mis "enfermos".
Con información de Télam