Videos con entrevistas a científicos, objetos al mejor estilo de un ready made duchampiano actualizado, hojas de revistas intervenidas de divulgación de los años 1960, así como un libro de autor o botellas de aluminio explotadas, configuran la muestra "Historia Natural" en la que Mariana López y Paula Massarutti se preguntan desde el arte sobre los modos en que se construye el conocimiento científico.
La muestra curada por Jimena Ferreiro interroga sobre "¿Qué lugar ocupan las exhibiciones de arte en el mundo de las ciencias, y viceversa? ¿De qué manera se cruzan estos dos campos?", en esa falsa antinomia entre la jerarquización del "saber científico" y "un arte de élite" de la modernidad, pero que en la actualidad tienen a "las ciencias" como "un insumo más para producir arte" y "las exhibiciones se configuran para "repensar la jerarquización de los saberes" y "donde apuntar contra los supuestos principios de objetividad y neutralidad que envuelven a las distintas disciplinas", escribe Ferreiro.
El espacio para las posibles respuestas está en la exposición recientemente inaugurada bajo el nombre "Historia natural", que reúne a Mariana López y Paula Massarutti en el Parque de la Memoria, donde abordan e ilustran los procesos de investigación de ambas artistas, en un abordaje que sirve "para reflexionar en torno al vínculo entre la episteme científica y el trabajo artístico", sostiene Ferreiro sobre este proyecto con un año de trabajo.
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El medio son las piezas audiovisuales de entrevistas, o donde las hojas del libro "Museo" publicado por López en 2018 -resultado de su investigación sobre el Museo de Ciencias Naturales de La Plata- son pasadas de a una por una mano incansable; también están "los objetos, collages, los escritos y pinturas que ponen en diálogo a las ciencias exactas y naturales con las ficciones académicas y las crónicas literarias, a partir de proyectos" que desde un no saber científico se involucran y observan y crean obra.
Un largo pasillo reúne el ingreso de estos dos espacios de trabajo diferentes, en una mano un larguísimo barral bien amarillo que busca dislocar y juega con ser algo que no es por su extensión desmesurada como eco de las barandas del edificio donde los científicos trabajan y en el que Massarutti investigó; y frente a esta, el objeto libro de López, con sus numerosas páginas, intocable, algunas hojas como ejemplo sobre la pared, el "video-libro", y tres pinturas.
Massarutti presenta dos videos que convocan a ser observados atentamente, "Lo viviente" (2017) y "El futuro tiene la forma de una bola rehecha" (2020) trabajos que surgen "a partir de una investigación que realizó en un instituto de investigación científica de físicos y químicos en la ciudad de La Plata, dependiente del Conicet, medio en que me fui infiltrando en un rol bastante ambiguo porque empecé entrevistando a los científicos, (pero previamente) tuve que presentar un proyecto formal. La idea era cómo se cruzaban estas formas del saber, que son la ciencia y el arte, qué tópicos tenían en común, dónde se alejaban y (poder) ver esos cruces entre arte y ciencia", describe la artista.
"Un poco esa fue la excusa porque después (los videos) derivan en situaciones bastante más bizarras que esa primera indagación" y "aparecen científicos hablando de los sentimientos y cómo poder medir eso científicamente o como la ciencia no llega a de alguna manera a vislumbrar esos pasajes entre distintas modalidades del saber y hasta qué punto es tan exacto todo".
Massarutti presenta objetos que son "abstracciones de los componentes que están dentro de las computadoras, que transmiten, comunican", pero que por su materialidad distan de "poder cumplir tal función". En su porción de la muestra están muy presentes su padre ingeniero electrónico y una madre médica.
Y sobre una pared también los vasos de aluminio explotados por operación del "azar, la libertad", un final alejado del rigor científico e influenciado por el artista conceptual Víctor Grippo.
Por su parte, López pone un dispositivo que mueve una tela con frases de su libro, y un par de vitrinas de museo que simulan serlo, entre el texto rotatorio está el elocuente "Yo trabajaba con restos óseos de niños", parte de sus entrevistas a los trabajadores de la institución.
"El universo de obras que articulan Paula Massarutti y Mariana López por medio del desvío, el absurdo y la fuga poética son un método eficaz para comprender sensiblemente el mundo y sus fenómenos inasibles y "lo viviente que palpita en el corazón de la materia", cierra Ferreiro.
Mariana López (Buenos Aires, 1981) es artista visual, cursó estudios en Letras y Artes en la Universidad de Buenos Aires, y ha recibido distintas becas y premios. Entre sus exposiciones individuales se destacan Frontera, Galería Mite, Buenos Aires ( 2019). Es autora del libro de poesía Velorio y velódromo (Vox, Bahía Blanca, 2015).
Paula Massarutti (La Plata, 1976) es artista visual, docente, egresada de la Facultad de Artes de la UNLP, y maestranda en Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas por la UNDAV. Ha recibido premios, así como becas y subsidios para desarrollar su trabajo artístico.
Con información de Télam