(Por Mónica Kreibohm) La Feria Iberoamericana del Libro del Chaco finaliza hoy su 15ta. edición superando las expectativas de ventas de las editoriales y librerías, a la vez que valida su condición de punto de encuentro con los lectores, que acompañaron masivamente cada una de las diez jornadas de este evento que tiene como una de sus marcas distintivas la posibilidad de comprar muchos títulos a la mitad de su valor en librerías.
Si bien no fue una semana óptima en términos climáticos para Resistencia, el público, protagonizado por familias y jóvenes, llenó cada día el predio del Domo del Centenario, donde estaban instalados los diez sellos que ofrecían libros a mitad de precio. La lluvia permanente obligó a suspender espectáculos en el escenario al aire libre, pero nos sorprendió que con lluvia y todo, el público se acercó a comprar libros, comentaron desde la organización a Télam.
La postal recurrente fueron las colas en las cajas de las librerías: la espera mínima para pagar eran 10 minutos y la búsqueda del ejemplar elegido era otra odisea a superar.
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Pero la alegría de encontrar ese libro deseado compensaba estos obstáculos porque uno podía llevárselo al 50% de su valor, gracias a esta promoción que cerraron las 10 librerías participantes con el gobierno del Chaco, y que se mantiene año a año.
Este incentivo del gobierno provincial se corresponde con una decisión política de generar mayor accesibilidad a la lectura, explicó a Télam Francisco Romero, presidente del Instituto de Cultural que interviene en la organización de la feria.
También de allí el lema surgió que rigió esta edición: Leer en democracia porque hoy más que nunca leer representa un acto de rebeldía, porque no hay mayor ejercicio de la libertad que no depender de nadie, y esa autonomía se adquiere leyendo, resaltó Romero.
La fiebre por comprar libros hizo que se puedan ver situaciones poco usuales como la de Susana, una mujer declarada ávida lectora, que compró 40 libros de autoayuda "para ahorrarse la terapia", según justificó. O la de los profesionales del Derecho, que aprovecharon el descuento del 50% para adquirir esos volúmenes jurídicos inmensos, que cada vez están más caros y que son la especialidad de la editorial y librería ConTexto, una de las más concurridas.
El Árbol Amarillo fue el espacio convocante para las familias y las infancias: allí se podía encontrar una variedad suculenta de títulos infantiles y juveniles, una opción especializada que hacía falta en el mundo librero de Resistencia. Estuvimos llenos cada día, la gente acompañó y creo que superamos nuestras expectativas de ventas, comentó Marcela Ramírez, bibliotecaria y propietaria de El Árbol Amarillo.
La feria es una buena vidriera para nuestro proyecto, que busca ser un espacio de interacción entre lectores y libros -explicó-. Ahora quienes nos conocieron, pueden sumarse a las actividades que hacemos en nuestro local todo el año, finalizó.
Otro stand a destacar fue el de Milka Libros, que ofrecía variedad de autores en ediciones de bolsillo, lo que hacía que los precios sean muy accesibles al lector.
El autor más buscado en la Editorial y Librería De la Paz fue Hugo Mitoire, escritor de la serie de Cuentos de terror para Franco, un clásico de la literatura infantil chaqueña, que nuevamente fue elegido por los más pequeños.
La promoción del libro a mitad de precio hizo que el público chaqueño hiciera compras anuales y en la cajas se escuchaban montos impactantes: desde módicas compras de $2.500 hasta cifras jugosas de $55.000 a $75.000 por una sola venta.
El encuentro librero cierra hoy con dos propuestas interesantes: la presentación del libro Diálogos que nos debemos para construir vínculos afectivos más igualitarios de Flor Freijo, a las 19 en el Espacio Azul Flor, seguido de la presentación de experiencia musical de La bomba de tiempo en el mismo espacio a las 21.
Si bien la semana lluviosa complicó la grilla de espectáculos al aire libre, la Feria Iberoamericana del Libro del Chaco tuvo eventos sorpresas, como la apertura del taller de la Fundación Urunday para ver el calco de El David, el gemelo digital de la emblemática escultura renacentista de Miguel Ángel que, replicada con tecnología de vanguardia, próximamente será emplazada en Resistencia para sumarse a las más de 650 esculturas diseminadas al aire libre en distintos espacios de la ciudad.
La visita al "David yacente" -como lo denominaron- transcurrió el viernes en un íntimo homenaje a los dos años de la partida física del escultor Fabriciano Gómez (1944-2021), creador de la Bienal de Esculturas, y en honor a la fecha que Miguel Ángel Buoarroti terminó esta obra insignia del Renacimiento.
La pieza fue expuesta desde las 20 y por una hora, junto a la performance Ensueños, un espectáculo con aires renacentista y contemporáneo, del que participaron el Coro Niños Cantores, el Ballet Contemporáneo y el Coro Polifónico de Resistencia.
El público que se acercó esa noche al taller de los Urunday, ubicado en el mismo predio de la Feria del Libro del Chaco, quedó maravillado con el calco digital, por la puesta dramática que aportaba la iluminación y porque pudieron ver en detalle la réplica acostada.
Otro evento destacado en la grilla fue el 4to Festival de Poesía, que reunió a 15 a poetas de la región, con nombres nacionales e internacionales, elegidos por la escritora chaqueña Claudia Masin. Esta maratón poética fue el sábado, en un espacio poco feliz del predio ferial, que dificultó al público el disfrute de las cuatro mesas de escritores que se sucedieron a lo largo de tres horas.
La contaminación sonora a la que estaba expuesto el Espacio Magenta -el elegido para la actividad- y la falta de intimidad con el público que circulaba por la feria, puso a prueba la escucha amorosa de la obra de Robin Myers (Estados Unidos), Daniel Lipara (Buenos Aires); Mariana Vacs (Rosario), Flor López (Córdoba), Alicia Genovese (Buenos Aires), junto a los poetas regionales María Bakún, Daiana Vázquez, María Elena Romero, Mario Caparra, Ángelo Vara Dadone, Fabián Yausaz, Evelin Bochle, Estefanía Ceballos, Lara Schaefer y Franco Rivero.
Aún así, las rondas validaron la consigna de que la poesía es Resistencia, y este espacio es un esfuerzo porque la palabra poética esté presente en la feria, remarcó la moderadora Maia Bradford.
Cada poeta, desde su experiencia vital, compartió su obra: los chaqueños y correntinos aportaron, en su pluralidad, la evocación del río, sus márgenes, sus lagunas, sus animales, la sonoridad del chamamé; mientras que las y los poetas invitados, ampliaron el territorio con la mención de latitudes como el río Hudson, un ashram de la India o las temporalidades de lo diverso y sus simetrías.
Una constante entre los escritores locales e invitados fue la lectura de poemas inéditos, lo que revela la importancia de este festival como un espacio para poner en funcionamiento la obra en tránsito, como lo calificó Caparra.
Después de cuatro ediciones y en honor al esfuerzo creativo y financiero que implica el Festival de Poesía, éste debería contar con más espacio en la grilla de la Feria del Libro, extendiéndose en dos o tres jornadas que permitan una plena contemplación de la obra que se comparte.
Respecto del camino que todavía resta por transitar en la literatura chaqueña, Caparra comentó que las ferias y festivales de poesía son tanto más valiosas, cuanto más profundo y extenso sea el trabajo que se haya realizado en formación de lectores, de editoriales, talleres de escritura, espacios de crítica, entre otros.
Los esfuerzos volcados a estas iniciativas- económicos, creativos, políticos, comunicativos- deberían ser constantes, en todo el territorio y como mínimo iguales a los que se vuelcan al evento de exposición que es la Feria del Libro, finalizó el poeta chaqueño.
Con información de Télam