(Por Marina Sepúlveda) Palabras como multilateralidad, intercambios culturales y económicos, solidaridad y cooperación instalados en la agenda mediática son parte del contexto en el que se inscribe el libro "La superación de la pandemia en América Latina", el primero pensado por académicos y comunicadores desde y para América Latina, que analiza la respuesta regional frente a la pandemia y la solidaridad de China ante el desastre humanitario.
El libro, de reciente publicación, plantea un estado de situación de un año y medio desde el inicio de la pandemia hasta mediados de 2021, y cuenta con los aportes imprescindibles de historiadores y sociólogos especializados en China como los doctores Fortunato Mallimaci, coordinador Nacional del Centro Virtual Argentino-Chino en Ciencias Sociales; Gonzalo Ghiggino, de la Universidad de Shanghai; el investigador Sebastián Schulz, del Centro de Estudios Chinos de la Universidad Nacional de La Plata; Pedro Perucca y María José Haro Sly.
Además de esas voces, el libro tiene textos y la edición atenta de los periodistas Gustavo Ng y Néstor Restivo, fundadores y directores de la revista DangDai, especializada desde hace 11 años en las relaciones entre Argentina y China.
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Consultados por Télam, Ghiggino, Restivo y Sun Xintang (docente de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing y profesor honorario de la Universidad de Congreso, Argentina), aclaran desde sus perspectivas particulares la relevancia del libro -entendido como otro capítulo de cooperación directa- y la relación socioeconómica, política y cultural, entre América Latina y la República Popular China.
Publicada por Peña Lillo Ediciones Continente con el apoyo del Global Governance Institute of China, "La superación de la pandemia en América Latina" se centra en los contrastes entre las distintas políticas de respuesta sanitaria adoptadas en la región, considerada la más desigual del mundo y la cooperación brindada por Beijing a los países de la región, desde que se declaró la pandemia.
En el texto compartido por Mallimaci y Ghiggino, los académicos afirman que "la pandemia nos está mostrando las falencias de un sistema internacional que no está sabiendo dar respuestas concretas a un problema global. En un momento de crisis, donde más se requirió del multilateralismo (pilar fundamental del sistema internacional post Guerra Fría), éste brilló por su ausencia, poniendo en evidencia a su vez cuán profunda es la crisis de la hegemonía neoliberal".
Por su parte, Ghiggino -que se formó en la provincia de Córdoba y se doctoró en China- destaca la importancia del "multilateralismo" para América Latina y el Caribe como política internacional: "El multilateralismo es fundamental para estos países de América Latina, países periféricos, para tener una política exterior independiente o por lo menos tratar de que sea lo más independiente posible, porque se dificulta (esta independencia) por el condicionamiento interno y externo para tener una política exterior totalmente independiente".
En este caso, explica, "el multilateralismo se ve favorecido por el surgimiento de países como China, por ejemplo, que permiten que nuestros países tengan más de una opción". A lo que agrega: "Hasta hace unos años durante el ´monopolarismo´ norteamericano (en los 90) la única opción era Estados Unidos. Ahora esto ha cambiado y permite que nuestros países puedan elegir vincularse entre un país y otro acorde a los intereses de cada país. Por eso, es muy importante no encolumnarse detrás de un solo país sino tener vínculos con muchos, con las potencias emergentes, para defender mejor los intereses nacionales".
Desde Beijing, Sun Xintang, expresa que la posible implementación desde lo cultural y político de esta idea de multilateralidad está dada en la declaración realizada por China y Argentina del "Año de Amistad y Cooperación Argentina-China 2022" que se firmó en la última gira presidencial, por lo que considera "que hay que aprovechar la coyuntura para institucionalizar el intercambio cultural y académico entre los dos países, creando más plataformas para el conocimiento y la comprensión mutua".
Por otro lado, Ghiggino traza un posible balance del tratamiento de la pandemia en los países de América Latina, exceptuando casos como Brasil donde "no hubo intencionalidad política de combatir la pandemia" aunque destaca que "la mayoría ha tratado de hacer lo mejor posible dentro de lo que tenían a su alcance".
"Sabemos cómo se ha desarticulado el Estado en América Latina y muchos países con crisis económicas previas", por lo cual la región no estaba "en las mejores condiciones para enfrentar la pandemia" y entiende que "compararlo con otros países no es justo" dado que los países utilizaron las herramientas que tenían disponibles "algunos con más éxito, otros con menos", reflexiona Ghiggino.
En sintonía con este diagnóstico, Restivo señala que no se puede hacer un balance tan general porque "es muy diversa la realidad de los países de América Latina respecto de la pandemia" y especifica: "La Argentina es un ejemplo, que trabajó dentro de lo que se pudo bastante bien, y el otro extremo fue el gobierno de Brasil que fue muy deficitario en su balance y ahí está el resultado de cantidad de contagios y de muertos".
En este sentido, Restivo resume que "lo que tratamos de decir en el libro es que hubo una rápida -y por eso está enfocado más en China- respuesta de los gobiernos en general de la región de abastecerse de las vacunas posibles, y esas vacunas en el caso de la Argentina fueron de Rusia y de China, antes que de Europa o Estados Unidos no por una cuestión ideológica como se intentó instalar sino porque eran los países que ofrecían y tenían disponibilidad".
En su opinión, la campaña en favor de la empresa farmacéutica norteamericana Pfizer para que Argentina comprara las vacunas a ese laboratorio, se trató de una campaña paga y falaz, "porque muchos países firmaron contratos con Pfizer y aún así no les llegaron las vacunas hasta al momento del cierre del libro entre mayo, junio de 2021", sentencia.
Con la irrupción de la pandemia también resurgieron los discursos de odio hacia los chinos con expresiones como "el virus chino", la "vacuna china" (o rusa) y la amenaza del otro como "enemigo". ¿Cómo se construye desde lo cultural otra forma de mirar a China y acercarse a una forma distinta de entender y responder a las adversidades tan alejadas del sistema occidental?
"Es triste ver que no paran los prejuicios sobre China y los chinos -reflexiona Sun-. Para responder a estas adversidades es aún más importante e incluso inminente construir una forma más justa de mirar, conocer y entender al país oriental. La perspectiva cultural constituye un buen camino y desde hace años he trabajado en el intercambio cultural entre China y América Latina para contribuir a una comprensión mejor de lo que está pasando realmente en el gigante asiático. La literatura, la música, el cine, entre otros, son muy buenas vías para el acercamiento mutuo".
Para Sun, nuestro país "cuenta con muy buena imagen en China, en parte gracias a la popularidad de las artes argentinas en China. Es el país latinoamericano con más títulos literarios traducidos al chino y sus grandes maestros de literatura, tales como Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Ernesto Sábado, Manuel Puig, César Aira, Ricardo Piglia. Pero hay muy pocas obras chinas traducidas al español y publicadas en Argentina. Por eso, en los últimos años desarrollamos proyectos y construimos plataformas para que más escritores, poetas, cineastas y artistas chinos visiten Argentina y América Latina, participen en eventos como FILBA, Festival Internacional de Poesía de Rosario, Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura".
Esas instancias de proyectos culturales muestran, se alegra Sun, un "creciente interés del público argentino por la literatura y artes de China", por lo que insiste en que "la literatura y las artes ayudan a conocer en profundidad y entender mejor la realidad de la otra parte".
Comprender otra cultura sin intermediarios culturales (como las grandes producciones de la industria cinematográfica norteamericana, por ejemplo) para que escape de la "interpretación" del mundo desde imaginarios foráneos, podría ser, piensa Sun, "el intercambio académico entre ambas partes pero la situación deja mucho que desear" porque ambos gobiernos "deben llegar a más acuerdos para favorecer este intercambio, por ejemplo, firmar cuanto antes el acuerdo de reconocimiento mutuo de títulos universitarios".
Asimismo, agrega que "en China la lengua castellana está en una fuerte expansión desde hace dos décadas, y el Estado argentino debe sumarse a la enseñanza del español en China". Como dato indica que "en 2019 más de 11.000 estudiantes chinos estudiaron en España, y las universidades argentinas necesitan abrir más puertas a los estudiantes chinos". Y espera que "más argentinos opten por aprender el idioma chino", e informa que "en los últimos años tanto el Gobierno chino como las universidades chinas ofrecen muchas becas".
Uno de los efectos negativos de la situación ´de estigmatización hacia el pueblo chino estuvo marcada por la desinformación dirigida a la opinión pública y ante ello, Ghiggino plantea que es muy difícil contrarrestarlo dado el poder que tienen los medios hegemónicos a pesar de que internet abrió una veta democratizadora de la información con nuevos medios.
Entonces, indica que "se trata desde la academia llegar a la gente a través, por ejemplo, de este libro, y de esta manera el lector, para que pueda tener información y una investigación con rigor científico de primera mano, que le permita informarse". Y puntualiza que este tipo de publicaciones buscan "de alguna manera romper con esta barrera que imponen los medios hegemónicos o el cerco informativo", para "poder informar de otra manera a la opinión pública", y permitir una mirada crítica sobre la realidad.
Con información de Télam