La escritora Mary Louise Pratt, autora del clásico "Ojos Imperiales", destacó las posibilidades que ofrece la ecología del lenguaje para entender el presente y afirmó que "una parte fundamental de la crisis ecológica es la pérdida de lenguas", durante la primera jornada del festival Proyecto Ballena que se realiza en el Centro Cultural Kirchner y tiene como temática a la "T/tierra", en tanto territorio en disputa y planeta en peligro.
En entrevista desde Canadá con la historiadora Julia Rosemberg, explicó que "cuando se habla de la ecología del lenguaje, la primera cosa que se menciona es la cuestión de la extinción de las lenguas como parte del problema de extinción de las especies, qué paralelos hay entre esas dos cosas".
Y remarcó: "Una parte fundamental de la crisis ecológica es la pérdida de lenguas, que está ocurriendo a un nivel muy acelerado en el mundo ahora".
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Respecto a las causas de la extinción de una lengua, la profesora de Literatura Latinoamericana y de Teoría Cultural en la Universidad de Nueva York, precisó que ocurre cuando "algo interrumpe la cadena de transmisión de una generación a otra" y aclaró que puede ser por "la llegada de los colonialistas o por la industria extractivista que destruye el ambiente y la lengua de la comunidad que está radicada en ese ambiente, igual que los árboles y las plantas".
Asimismo, indicó que es "muy interesante" estudiar cómo las comunidades redefinen su relación con su lengua: "Cuando la lengua deja de hablarse como el medio cotidiano del grupo, igual encuentran otras maneras de conservarla, de valorizarla. Se conserva muchas veces en los rituales y en textos".
Otro aspecto de la ecología lingüística que analiza Pratt es la cuestión de las "lenguas viajeras" que hace referencia a cómo las lenguas viajan y a que, si uno viaja, "no puede dejar atrás su idioma".
Consultada sobre la movilidad de la población, la investigadora sostuvo que no cree que "el turismo se recupere de la pandemia" y afirmó que la nueva movilidad consiste en "migraciones masivas organizadas por medios cibernéticos, medios sociales y por una industria de traficantes, pero motivada por necesidades sociales, económicas y muchas veces ambientales".
En este sentido, agregó que "estas migraciones masivas necesariamente van a continuar porque se va degradando el ambiente en las tierras calientes del mundo y en los países pobres".
"Entonces, las formas que toma la movilidad humana están ahora, en el nuevo milenio, en un proceso de fluctuación increíble. Y es un reto enorme político, ético y ecológico que todavía no sabemos enfrentar", finalizó.
Con información de Télam