"Queríamos encontrar un lenguaje distinto para transmitir este apocalipsis del cambio climático"

14 de marzo, 2023 | 20.40

(Por Mercedes Ezquiaga) La impactante ópera-performance "Sun & sea", de las artistas lituanas Rugilė Barzdžiukaitė, Vaiva Grainytė y Lina Lapelytė, que ganó el León de Oro en la 58 Bienal de Venecia y que muestra una playa en verano repleta de personas, descansando, leyendo, jugando, mientras utilizan los más variados artículos de plástico, como una alegoría del letargo de la especie humana frente al desastre ecológico, se podrá ver desde el jueves en Argentina, en Colón Fábrica.

Son en total 80 toneladas de arena que se necesitan cada vez para montar esta atípica instalación artística -difícil de clasificar- que desde su estreno en la Bienal de Venecia 2019, en el Pabellón de Lituania, no ha dejado de itinerar por el mundo -acaba de llegar de Chile y luego seguirá viaje hacia Viena, con la presencia de performers locales y del país de origen de la obra, que ofician de relajados veraneantes. La pieza incorpora algunas adaptaciones allí en cada lugar al que aterriza.

"Acá habrá muchas personas tomando mate, porque si bien a los performers locales les damos un marco en el que moverse también hay mucho de espontáneo en las situaciones. La consigna es que hagan lo que harían en un día de playa cualquiera así que siempre sumamos elementos típicamente locales de gente que trae sus propios hábitos de la playa", cuenta a Télam la artista lituana Rugilė Barzdžiukaitė, a cargo de la dirección y el diseño de escenografía, sentada junto a Vaiva Grainytė (libreto), recién llegadas a la Argentina para el estreno.

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El Colón Fábrica es el espacio cultural abierto al público que alberga las maravillas de vestuarios y escenografías que se requieren en cada una de las óperas del Teatro Colón, en el barrio de La Boca, así que habrá que pasar junto a los monumentales guerreros de terracota que forman parte de la escenografía de "Turandot", y algunos de los vestuarios del antiguo Egipto de "Aída", hasta llegar a las escaleras que conducen al público a presenciar la obra con curaduría de Lucía Pietroiusti, que se aprecia desde un ángulo cenital, y que permite asomarse a una postal de verano: la playa iluminada con un montón de cuerpos de lo más diversos, que veranean, toman sol, leen, juegan o escuchan música.

Este mosaico de toallas, reposeras y trajes de baño de los más diversos colores muestra a algunos jugar a la paleta, una mujer en bikini que acaricia un perrito, un niño que hace pozos en la arena con agua de un baldecito de plástico, alguien que hojea un libro y pasa la página. Y con melodías de los más diversos estilos, los performers comienzan a cantar, por turnos, en actitud desinteresada desde su cómoda reposera, mientras esbozan sus más íntimos pensamientos cotidianos, aparentemente banales, que revelan una ansiedad en torno al colapso climático.

Además de los escalofriantes números que indican que la masa flotante de desechos plásticos que se mueve a la deriva en los océanos tiene un peso estimado de 7 millones de toneladas, no parece haber un momento más idóneo para estrenar esta obra que alerta sobre el calentamiento global cuando en gran parte de la Argentina la ola de calor trae unas temperaturas inusitadas para esta época del año, incluidas térmicas de 40 grados que esta tarde se hacen sentir en el barrio de La Boca, frente al Riachuelo, donde se encuentran las artistas lituanas, excepto Lina Lapelytė (composición y dirección musical) que estará el día del estreno.

"La obra ya viajó por diferentes países y por su especificidad siempre requerimos de un lugar especial. La hemos mostrado en locaciones muy diferentes como una pileta abandonada en Alemania, en una fábrica de autos en Estados Unidos o en un teatro antiguo en Roma. El contexto permanece casi igual pero la arquitectura cambia y también algunos significados diferentes de los performances. Este lugar que alberga vestuarios y escenografías de óperas por todos lados parece ser muy especial también como locación", dice en diálogo con Télam la escritora lituana Vaiva Grainytė, a cargo del libreto de esta pieza.

- Télam: "Sun and Sea" es una obra difícil de clasificar ¿Cómo decidieron llamarla "ópera"?

- Vaiva Grainytė: Cuando alguien escucha la palabra ópera tiene una visión muy clásica de alguien cantando sobre amor y muerte, o algunos reyes peleando, pero la llamamos así porque es la plataforma en la que diferentes artes se encuentran ya que la pieza está hecha por tres autoras diferentes que tenemos diferentes background: Rugile (dice mientras la señala) es directora, Lina (que está viajando) es compositora y yo soy escritora. Este es el lugar que encontramos donde poder colaborar las tres.

- T: La obra reflexiona sobre un tema preocupante como el descalabro ambiental desde una postal idílica. ¿Creen que está cambiando el imaginario de la sociedad, en donde los problemas del planeta ya no se representan como en el cine catástrofe?

- VG: Esta es una de las maneras de representarlo. Cuando estábamos haciendo la pieza sabíamos que era acerca de la crisis climática, que ya es una catástrofe, y sabíamos que queríamos encontrar un lenguaje distinto para transmitir este apocalipsis. Cuando llegas a la obra es todo relajante, todo luce genial, la gente está de vacaciones pero puedes sentir de un modo muy sutil que hay algo en el aire que no está bien. Es una paradoja lo que empleamos.

- T: ¿Cuál creen que es el rol del arte en la sociedad actual? ¿Creen que el arte es una herramienta influyente?

- Rugilė Barzdžiukaitė: El arte sirve tal vez para abrirse a las emociones, hacer latir el corazón, llegar a la mente, pero no cambia ni transforma directamente nada, eso es seguro. Siempre nos preguntan si somos activistas y decimos que no sería justo llamarnos así, aunque hablamos del calentamiento global. Pero si consideramos que estamos activando algo en las personas...

- VG: En la mente y en la imaginación de las personas. Para nosotras es una manera diferente de hablar de este tema. Las dos voces son importantes pero nuestro mensaje está transmitido de manera artística y poética, no de una manera directa como lo hacen los activistas.

- T: ¿Cuál es la importancia para el espectador de ver la ópera performance desde arriba, a vista de pájaros, desde un ángulo cenital, y no desde otra perspectiva?

- RB: Desde el principio fue programado de esa manera, para ver a los seres humanos desde cierta distancia. Pero además nunca ves el mar ni el cielo. Es como un marco tomado de una playa real donde los seres humanos lucen pequeños, más pequeños de lo habitual, desde la distancia, como si fueran pequeños hormigas o insectos, como un zoológico antropológico. Esa fue una decisión consciente, quisimos verlos así a propósito, para que nos de perspectiva y distancia sobre todo. Y así limpiar los elementos que serían artificiales en la obra, como el mar o el cielo. Entonces es como una pintura, como el marco de una pintura. Lo podes pensar como un fragmento de la humanidad.

- T: ¿Hay una analogía entre estos cuerpos tumbados al sol, despreocupados, y el "cuerpo" del planeta Tierra?

- VG: Sí, desde el principio cuando surgió la idea de esta playa cantante vista desde arriba con estos cuerpos en trajes de baño, que no son perfectos, enseguida encontramos un paralelismo con el cuerpo de la tierra. Mientras los performers cantan, con sus solos, cuentan sus historias, y cuando escuchas las letras, las historias personales, se vuelven en perspectivas cósmicas y pensamos que el cuerpo humano también es el cuerpo de la tierra.

- T: ¿Qué impresiones creen que se llevará el público que venga a ver la obra?

- RB: Mientras viajamos por diferentes ciudades del mundo también vemos, casi como una investigación antropológica, cómo la gente reacciona. La obra es melancólica e irónica, triste pero al mismo tiempo humorística, así que está todo el espectro de emociones a las que puedes reaccionar, ruidosamente o tranquilamente. Pero escuchamos que en Argentina las personas son muy temporales, así que esperamos un público muy expresivo, más extrovertido que en otros sitios.

- VG: Estamos muy emocionadas por saber cómo resonará esta pieza entre los argentinos.

La instalación-ópera-performance Sun & Sea inaugura la temporada del Ciclo Colón Contemporáneo el jueves 16 de marzo a las 17 en Colón Fábrica (Av. Pedro de Mendoza 2163, La Boca). Serán cuatro los días en los que se realizará la ópera, el 16, 17, 18 y 19 de marzo, cuatro funciones por día de una hora de duración cada una (a las 17, 18, 19 y 20 horas), encadenadas sin interrupción. En cada turno ingresarán 200 personas.

Las entradas ya están a la venta y pueden conseguirse a través de www.teatrocolon.org.ar.

Con información de Télam