"Corre, corazón", una novela sobre un amor tóxico y la posibilidad de sanar a través de la palabra

01 de noviembre, 2023 | 10.01

(Por Leila Torres) Con el ritmo propio de quien se lanza en una carrera por los terrenos del amor, la escritora argentina Florencia Zimmerman publicó "Corre, corazón", una novela que retrata a Malena, una chica insegura que en una de sus materias preferidas en la carrera de Letras conoce a Máximo, un profesor y autor de best-seller y muy encantador, que captura toda su atención, para construir una obra que también ilumina aspectos de una generación y revisa una forma de amar que está siendo cada vez más y más cuestionada.

Desde "Lolita" de Nabokov en la que un profesor cuarentón se obsesiona con una niña de doce años, a "El lector" de Bernard Schlink, donde un estudiante se enamora de una mujer de casi cuarenta años, pasando por "El animal moribundo", la novela de Philip Roth que narra la historia de un crítico y catedrático estrella de sesenta años que se involucra con una estudiante de 24 años, el vínculo entre profesor y alumna con una amplia diferencia de edad está escrito a fuego en la literatura.

Florencia Zimmerman nació en Buenos Aires. Es licenciada en Comunicación y realizó un posgrado en Marketing. Además corre, deporte que vuelca a uno de sus personajes de la novela.

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"Corre, corazón" es una historia de "amor" (entre comillas, porque el concepto debe ser revisado una y otra vez a lo largo de la historia) entre la joven Malena que sucumbe ante los encantos de Máximo, un profesor veinte años mayor que ella. Pero en esta novela, la mujer no es víctima y Malena se hace cargo de sus acciones hasta el final.

Es sabido que para que un vínculo tóxico se forme, se necesitan dos personas formando el veneno. Mientras que Máximo es el arquetipo del manipulador y su oferta amorosa es intensa y abrumadora, Malena se deja llevar con su autoestima baja pero también con una cuota de morbo y otra de adrenalina.

De esta manera, conocer a Máximo, será una forma de conocerse a ella misma. El vínculo le permitirá a Malena descubrir el mundo del running, experimentar sexualmente y animarse a canalizar a través de la literatura.

-Télam: Agradecés al insomnio por las horas para escribir. ¿Cómo fue esa escritura nocturna?

-Florencia Zimmerman: La noche me resulta muy inspiradora. Es el momento en el que los ruidos del afuera bajan y muchas veces las voces del adentro logran hacerse oír. Todo acto creativo o artístico comienza con una pregunta o algo que querés explorar. Además, al no haber notificaciones ni llamados, podés concentrarte mejor

-T: Dedicás el libro a Héctor Zimmerman, tu "influencer literario". ¿Cómo fue tu acercamiento a la literatura?

-F.Z: Mi abuelo Héctor era un reconocido periodista, etimólogo y escritor bestseller. Fue un gran maestro para mí. Durante toda mi adolescencia y temprana adultez pasaba una tarde por semana por su casa y escribíamos juntos, corregíamos un texto mío o analizábamos un cuento clásico. Era mi persona favorita y escribir es una forma de que siga conmigo, porque sus consejos aún resuenan y me guían.

Además estudié la carrera de Comunicación y me seguí formando, pero soy lo que soy gracias a él. Mi sueño de publicar un libro no era completo si no se lo dedicaba.

-T: La protagonista se define a sí misma como centennial. ¿Cómo caracterizarías a esta generación?

-F.Z: Los centennials son la primera generación de nativos digitales. Respecto a la forma de vincularse, el lado positivo es que son mucho más libres, abiertos y fieles a su sentir. Ya no tratan de encajar en un modelo único de relacionarse. Lo negativo de esta época es que hay una exacerbación del yo, por lo que hay una tendencia al narcisismo que pende de un hilo. El valor está en los likes, los match, los vistos. Y la tecnología muchas veces va en detrimento de la empatía. El ghosting o los haters solo son posibles bajo el anonimato. Lo que muchos no entienden es que lo que sucede en la dimensión virtual también tiene consecuencias en la real y pueden generar dolor en el otro.

-T: En la novela planteás la oscuridad como un mal necesario. ¿De qué manera esto dialoga con los discursos de optimismo a toda costa?

-F.Z: No hay dudas de que el optimismo es una virtud y la negatividad muchas veces funciona como la profecía autocumplida. De todos modos, me parece que esto se exaltó al extremo últimamente, con lo que muchos llaman positividad tóxica. Hay que mostrarse siempre bien, ser productivo y el que está mal es culpable porque ser siempre feliz parecería ser una elección.

La oscuridad es necesaria para valorar la luz y del dolor salen grandes aprendizajes. Nos permite parar la pelota y conocernos, desarrollar la resiliencia. Las cicatrices que llevamos nos hacen ser quienes somos. No hay que enamorarse del papel de víctima pero sí entender que si nos permitimos agacharnos vamos a poder ganar impulso y saltar mucho más alto.

-T: ¿Por qué te interesaba la relación amorosa entre alumna-profesor? ¿Pensás que se pone en juego el poder de uno sobre otro?

-F.Z: Quería mostrar una relación de dominación que se da cuando estás en pareja con un manipulador. Por eso tomé algunos elementos para que fuera más tangible la asimetría: Máximo tiene 20 años más que Malena, es su profesor y pertenece a otro nivel socioeconómico.

-T: La protagonista tiene en cuenta las reflexiones de género o las llamadas "bandera rojas" pero decide pasarlas por alto. ¿Por qué considerás que algunas historias se atraviesan con cierta obsesión?

-F.Z: Los psicópatas son profesionales del engaño. Estudian a sus víctimas y le dan en un tiempo llamativamente rápido lo que la persona quiere escuchar. Comienzan un 'love bombing' o bombardeo de amor que deja a la persona en un estado de fascinación. Todo es “demasiado bueno para ser real”. Le persona recibe tanta información que no llega ni a poder asimilarla.

Cuando se ganan su confianza, empiezan a mostrar su verdadera cara. Sin embargo, sus parejas se quedan esperando volver a lo que alguna vez fueron, sin querer aceptar que eso en realidad nunca existió.

-T: ¿Cómo fue explorar la escritura erótica en determinadas escenas de la novela?

-F.Z: Se dio de una forma muy natural. Al ser la historia de una pareja, me parecía fundamental y muy simbólico contar cómo se daba la dominación de Máximo sobre Malena también en el campo sexual. Además, muchas parejas tóxicas olvidan o resuelven los conflictos en la cama. Las peleas son fuertes y las reconciliaciones aún más. Todo está cargado de adrenalina que funciona como motor. Y al no saber que la novela se iba a publicar, escribía con total libertad.

Con información de Télam