Osvaldo Agosto: "El robo del sable de San Martín le devolvió la mística al peronismo"

11 de agosto, 2023 | 15.43

(Por Eva Marabotto) Un "golpe de efecto" para torcer el "bajón anímico" que había provocado entre los peronistas el triunfo de la llamada Revolución Libertadora es como define Osvaldo Agosto, uno de quienes concibieron y llevaron a cabo el robo del sable corvo de San Martín del Museo Histórico Nacional, hecho del que mañana se cumplirán 60 años y que será recordado a las 13 en un acto en el cual él será orador principal.

Agosto, publicista e integrante de la Juventud Peronista, integró el grupo que concibió y llevó a cabo el robo, al que pensó como un golpe de efecto para devolverle la "mística" al movimiento peronista, alicaído tras la Libertadora y el exilio forzado de Juan Domingo Perón y el triunfo del radical Arturo Illia, en julio de aquel año, con el peronismo proscripto.

En la víspera de un hecho del que fue ideólogo y a la vez protagonista, Agosto lo reconstruyó para Télam en un departamento plagado de recuerdos como su foto con Perón, con José Ignacio Rucci y una réplica del sable de menor tamaño que le regaló un amigo militar.

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- Télam: ¿Cómo surgió la idea de robar el sable?

- Osvaldo Agosto: Soy publicista y estaba acostumbrado a pensar en esos términos. Me pareció que estábamos necesitando un "golpe de efecto" después de la Revolución Libertadora, (dado que) había un "bajón anímico" importante. Con el robo logramos motivar a la gente. Tuvo mucha trascendencia en los medios de comunicación. Se movilizaron los servicios de inteligencia, la Policía y las Fuerzas Armadas.

- T: ¿Por qué precisamente el sable de San Martín?

- OA: En realidad, habíamos pensado otras dos posibilidades para llamar la atención. Una era aterrizar en Malvinas, que concretó otro grupo, años más tarde. Y la otra era robar en Francia las banderas que se habían llevado como trofeo del combate de la Vuelta de Obligado. Algo que también se gestionó y se logró durante una visita de (el entonces presidente francés) Jacques Chirac a la Argentina. Nuestra idea era robar el sable que San Martín le regaló a (Juan Manuel de) Rosas y llevárselo a Perón en Madrid, para establecer una línea entre los tres.

- T: -¿Cuánta gente participó del robo?

- OA: Fuimos cuatro militantes de la Juventud Peronista (NdR: el propio Agosto, Arístides Bonaldi, Manuel Félix Gallardo y Luis Sansoulet) y un muchacho que actuó como chofer, del que nunca supe el nombre.

- T: ¿Cómo hicieron para apropiarse del sable que estaba en una vitrina del Museo Histórico Nacional?

- OA: Ya habíamos hecho bastante inteligencia para saber dónde estaba. Entonces llegamos a la puerta del museo a la hora del cierre y le dijimos al guardia de seguridad que éramos estudiantes tucumanos y que estábamos por poco tiempo en Buenos Aires y queríamos ver el sale. Cuando nos dejó pasar, redujimos al guardia, rompimos la vitrina y nos llevamos el poncho. Después nos quedamos en el auto, esperando que llegase otro miembro del grupo, Aníbal Demarco, que era el encargado de esconder el sable. Pero hubo una desinteligencia de horarios y me quedé parado en una esquina esperando que apareciese, con el sable en el auto. Tuve que ir a un teléfono público a comunicarme con él. Había entendido mal el horario. Pero llegó y se llevó el sable a una estancia ubicada entre Maipú y Mar del Plata.

- T: ¿El sable se quedó en la estancia todo el tiempo que estuvo desaparecido?

- OA: Sí, fue cerca de un mes. Lo que hacíamos en ese tiempo era llevar a militantes de la Juventud Peronista a la estancia encapuchados. Entonces podían tocar el sable y jurar lealtad a Perón. Eso generaba una mística tremenda.

Es curioso. Ese sable fue de San Martín y de Rosas. Quisimos que fuese de Perón pero no se lo pudimos dar, pero hubo muchos jóvenes peronistas que lo tuvieron en sus manos.

- T: Para explicar el sentido del robo también difundieron comunicados...

- OA: Sí. Al primero lo dejamos sobre la vitrina donde estaba el sable. Pedíamos (lee de una copia del texto: "nulidad por decreto de los infamantes contratos petroleros suscriptos por el gobierno radical del Dr. Frondizi; ruptura con el FMI; nulidad de los convenios leoninos con SEGBA; levantamiento de la proscripción que pesa sobre la mayoría del pueblo argentino". Y luego aseguraba: "El sable del general San Martín quedará custodiado por la juventud argentina, representada por la Juventud Peronista". Al segundo lo difundimos el día del aniversario de la muerte de San Martín, el 17 de agosto. Repetíamos los pedidos y agregábamos la vuelta de Perón.

- OA: ¿Cómo fue la devolución?

- T: Empezaron a hacer detenciones. Al primero que detuvieron fue a Gallardo. Lo sorprendieron, camino a la planta transmisora de radio El Mundo, con el propósito de tomarla para difundir los comunicados. Después de Gallardo me detuvieron a mí. Me torturaron como 15 días pero no siempre negué todo. El guardia no pudo reconocerme porque me había teñido el pelo y llegaron a hacerme un análisis de los cabellos para confirmar si me había puesto tintura. Pero había usado un champú que era como una gomina y nunca pudieron probar mi participación.

Entonces el ex capitán Adolfo César Philippeaux, que había sido dado de baja del Ejército por haber participado en el alzamiento del General Valle, de junio de 1956 aconsejó devolverlo. A mí no me preguntaron porque hubiese dicho que no, que siguiésemos aguantando. Igual nos sirvió para recuperar el entusiasmo porque el peronismo estaba dormido.

- T: El ejemplo cundió porque unos años más tarde el M19 colombiano robó el sable de Bolívar...

- OA: Sí. Se llevaron la espada de la quinta de Bolívar en 1974, la llevaron a Cuba y la devolvieron en 1991. El presidente actual de Colombia, Gustavo Petro, integró esa guerrilla, por eso, cuando asumió, lo primero que hizo fue pedir que la llevasen a la ceremonia.

- T: Después de la celebridad que le dio el robo, volvió al trabajo en publicidad.

- OA: Sí. Con la agencia donde trabajaba empezamos a hacer también publicidad en las revistas sindicales. También hacíamos los afiches de campaña y los de los paros. Y después, los jingles. El famoso cantito de la campaña a gobernador bonaerense de Herminio Iglesias lo hicimos nosotros y también el slogan: "Argentina te quiero, por eso voto a Cafiero" y el de "Ay, patria mía. Dame un presidente como Alan García".

Con información de Télam