La escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, célebre referente del género terror contemporáneo, traza un recorrido por la presencia y la relevancia que tuvo la literatura en su infancia y por los autores y autoras que marcaron el estilo que hoy la lleva a ser una de las voces más reconocidas y respetadas de su generación.
-Télam ¿Qué era la literatura para vos en tu infancia, época en la que, según tus palabras, eras poco popular u oveja negra?
-María Fernanda Ampuero: En mi casa había libros, estaban ahí, eran algo que me generaba mucha curiosidad. Siempre me gustaron las historias, las narraciones orales. Vengo de una sociedad chismosa, y el chisme también es un cuento, un relato. Tengo el recuerdo desde pequeña de tener esta fascinación, de escuchar las conversaciones de adulto, rellenar los huecos de lo que estaban contando. Con mi familia además creció Narcisa, una niña que había vivido mucho más de lo que debería vivir una chiquilla, dentro de una familia en donde se vivían situaciones de abuso sexual. A mis padres se la dieron para salvarla, y creció con nosotros. Era de un sector rural y pobre del Ecuador, tenía muchas historias increíbles y se inventaba otras. Ella es una parte muy importante de mi fascinación por las historias. No me atrevería a catalogar la literatura como compañía... era una actividad tan inherente a mí que no tiene una característica. No lo puedo definir de alguna manera.
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-T: ¿Quiénes fueron las escritoras y escritores que leíste y te formaron?
-M.F.A: Para mí fue muy importante Oscar Wilde, que además lo leí de muy pequeña. Fue como el gran impacto literario de mi vida. Luego, como soy muy fanática de la poesía, recuerdo mucho el impacto de la poesía religiosa, de Santa Teresa, Fray Luis de León. La poesía mística, que era como un arrebato pasional. En mi adolescencia eso fue fundamental. Luego César Vallejo, que hace con la poesía lo que yo quiero hacer con mis cuentos: contar historias sociales y el dolor humano. Alejandra Pizarnik, Cristina Peri Rossi, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo. Y Mary Shelley es fundamental para mí. Es la madre de mis monstruos.
Con información de Télam