(Por Leila Torres) La escritora argentina Claudia Aboaf en Astrología y Literatura: Diálogos cósmicos construye un puente entre dos disciplinas que parecerían estar alejadas para aportar una lectura novedosa y cercana de las biografías de Xul Solar, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo, Alejandra Pizarnik y Adolfo Bioy Casares; personalidades emblemáticas de la literatura argentina.
Para sumergirse en la comunión entre la astrología y la literatura que plantea Aboaf, autora de los títulos El rey del agua y El ojo y la flor, no es necesario ser experimentados en la temática porque ofrece una escritura pedagógica que lleva al lector de la mano para descubrir cómo influyen los movimientos de los astros en las personas.
¿Por qué la personalidad de Borges era tan meticulosa y concreta?¿Qué características de su personalidad lo llevaron a forjar una amistad con Xul Solar?¿Qué saberes aporta la astrología para comprender el agobio de Pizarnik y la intuición de Ocampo?; estas son algunas de las preguntas que Aboaf se dispone a indagar en Astrología y Literatura: Diálogos cósmicos.
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Confieso que fui astróloga. Esta afirmación adquiere el tono de alguien que posee un saber oculto y marginal, a pesar de ser esta una materia tan extendida y perdurable si tenemos en cuenta que la primera carta natal se hizo antes de la era cristiana y la última se está haciendo ahora mismo, dice la escritora a Télam sobre los inicios de su interés en la astrología y cuestiona: ¿Será que todos los saberes que no separan el cielo de la Tierra, sobre todo las cosmogonías ancestrales de los pueblos originarios, deben acallarse para seguir creando un mundo desencantado?".
Para la escritora, en este mundo desencantado las epifanías también ocurren, pero son sólo manifestaciones tecnocráticas de corporaciones, o de los gobiernos acerca de cómo extraer más recursos de la Tierra ya agotada.
El ensayo, publicado por Lumen, Aboaf se anima a un lenguaje que va a contracorriente de los discursos corporativos. "Dialogar con el cielo y con todo lo circundante precisa de un lenguaje de conexiones como la gramática astrológica, la literatura o el arte que, a diferencia de la lengua del dinero, estudia complejas interrelaciones, desarma binarismos y crea puentes sensibles para ampliar la visión del mundo, explica la escritora.
-Télam: ¿Qué aspectos te llamaron la atención de estas cinco figuras literarias para abordarlas en el ensayo?
-Claudia Aboaf: Son figuras emblema de nuestra literatura. Hay otras que despiertan mi curiosidad pero también era necesario tener acceso a las biografías y a la obra para encontrar signos y significados para su traducción astrológica y viceversa: partir de los signos, captar sentidos de su vida-obra.
-T.: Planteas que la creatividad es intercambio, ¿cómo aparece esto en la relación de Xul y Borges?
-C.A: A Xul, nuestro primer ecólogo profundo, lo investigué para dar charlas en la Casa Museo Xul Solar en Dique Luján contratada por Cultura Tigre. Al poeta visual, como lo nombro en este ensayo, quise abordarlo no como una vida aislada sino en vínculo, tal como es la vida de efectos y afectos.
La cocreación es una manifestación visible del vínculo. Con Borges tuvieron una amistad fecunda durante 24 años. El rastreo de esa generación conjunta, de cómo Xul está en la literatura de Borges y cómo Borges influyó en el arte del pintor, pueden leerse en este libro.
-T: ¿Cómo fue el proceso de indagación en el vínculo de Pizarnik y Ocampo? ¿A qué libros recurriste?
-C.A: Tuve que transitar la incomodidad de no poder clasificar su relación. ¿Fueron amantes o no? ¿Qué significaban para ambas los jardines que atravesaban sus escritos? Leí la poesía y la prosa de Pizarnik, su diarios y notas que se van liberando aún hoy, el ensayo de María Negroni, el de Cesar Aira. Para Silvina, además de su trabajo, leí ensayos académicos y por supuesto "La hermana menor" de Mariana Enriquez. Finalmente, fue en "La metamorfosis de las plantas", de Goethe desde donde surgió mi propia epifanía: al vínculo no se lo puede clasificar ya que es en sí mismo una entidad vital que nos/se transforma sin adoptar una forma definitiva. En el análisis se puede leer cómo esa relación en combustión podía desarmar viejos hábitos de sus identidades fijas.
-T.: ¿Cómo se puede leer el pesar y la oscuridad de Pizarnik desde la astrología?
-C.A: La carta natal -o código natal, como la nombra Eugenio Carutti con quien fundamos Casa XI, junto a "otrxs astrólogxs"- echa luz sobre esa oscuridad. Su ascendente en Aries, además de otros aspectos que resaltan, como Plutón junto a Venus, me llevó a preguntarme acerca del canon y lo que se llamó el derrumbe lingüístico en la obra-vida de Alejandra. Ella intuyó que esa exploración que ella misma tituló "Textos de sombra" podía llevarla por fuera de la poesía preciosista que le había traído el reconocimiento; la esperaban otras profundidades.
Esa experimentación, mayormente en prosa, fue fuertemente rechazada; sin embargo era justo ese el gesto necesario para abrazar el Fuego de Aries, un impulso incluso violento para tomar la belleza y el horror por guías: Venus, la diosa del amor y el arte junto a Plutón, que en la mitología es el dios del inframundo. Claro que están las pastillas y su propia intolerancia a la crítica, pero surge la pregunta acerca de qué literatura hubiésemos leído una vez integrada esa experiencia de sombra a su identificación habitual señalada por Cesar Aira como la de un bibelot decorativo en la estantería de la literatura a la que querían reducir a la poeta.
-T.: ¿Qué aporte puede hacer la astrología a las biografías de estos autores?
-C.A.: Puede aportar una mirada más empática de sus luces y sombras, de ciertas expresiones de sus códigos natales que pulsaban por surgir en sus creaciones. Y de cómo la creación es siempre en simpoiesis, con "otrxs".
-T.: ¿Hay una idea en el libro de que a través de la astrología podemos acceder a una mirada más íntima de estos escritores?
-C.A: La subjetividad reflejada en el signo en donde se encuentra la Luna muestra el condicionamiento emocional de cada "unx" como dictados de la infancia. También accedemos a la singularidad expresada por la posición del sol (el signo) y, entre ambos, la Luna y el Sol, que parecen dominar el todo. El destino aparece como una fuerza reveladora en el signo ascendente que se irá manifestando desde el momento en que nacieron. La carta natal nos adentra en una lectura íntima. Sin embargo, la identificación de ese yo soy así cristalizado, es sólo una parte que sofoca la creatividad. Las relaciones son la potencia de todo sistema viviente. La astrología devela un sistema adentro/afuera donde el cielo y la Tierra respiran juntos.
Con información de Télam