La decisión del juez brasileño Alexandre de Moraes de cerrar la plataforma X del multimillonario Elon Musk es un nuevo capítulo de una cruzada sin cuartel contra los ataques a la democracia y el uso político de la desinformación.
"Tenemos derecho a defender los derechos fundamentales. Aquellos que violan la democracia, que violan los derechos humanos fundamentales, ya sea en persona o a través de las redes sociales, deben rendir cuentas", dijo Moraes en un discurso el viernes, en el que no mencionó ni a X ni su decisión.
El viernes, Moraes ordenó la suspensión total e inmediata de X en el país hasta que se cumplan todas las órdenes judiciales relacionadas con la red social, incluido el pago de multas por 18,5 millones de reales (3,28 millones de dólares) y el nombramiento de un representante legal en Brasil.
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Moraes ordenó al regulador de telecomunicaciones Anatel que aplicara la orden de suspensión y confirmara al tribunal en un plazo de 24 horas que la había ejecutado.
Musk, que también es presidente ejecutivo del fabricante de vehículos eléctricos Tesla y de la empresa de cohetes SpaceX, había denunciado previamente la amenaza como una censura.
Moraes, de 55 años, es un abogado que fue duro en la lucha contra el crimen cuando estuvo a cargo de la seguridad pública del estado de Sao Paulo. Saltó a la fama en 2019, dos años después de su nombramiento en el Tribunal Supremo Federal, cuando comenzó a liderar una investigación sobre las "noticias falsas" que se generaban durante el Gobierno del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
La investigación, que sigue abierta, se centró en lo que el propio Moraes ha descrito como un "gabinete de odio" que operaba desde el interior del palacio presidencial de Bolsonaro con el objetivo de atacar a los opositores y difundir mentiras y tergiversaciones.
"Las instituciones brasileñas no estaban regulando adecuadamente las redes sociales", dijo André Cesar, analista político. "Moraes asumió el papel de gran regulador y le gusta hacerlo".
Entre las falsedades investigadas por el juez estaba la crítica de Bolsonaro y sus aliados políticos de que el sistema de voto electrónico de Brasil estaba abierto a la manipulación.
Moraes también estuvo a cargo de investigar una supuesta conspiración para provocar un golpe militar para anular la derrota de Bolsonaro ante el presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en 2022 y el aliento de Bolsonaro a sus partidarios para invadir y vandalizar edificios gubernamentales una semana después de que Lula asumió el cargo.
Bajo su liderazgo, la autoridad electoral del país declaró a Bolsonaro inelegible durante ocho años, la primera vez que esto le ocurría a un presidente brasileño en la historia del país.
Mientras que los defensores de Moraes lo ven como un cruzado en la defensa de la democracia, los críticos lo acusan de utilizar métodos de mano dura para allanar las casas de políticos y empresarios, arrestarlos sin juicio previo y congelar sus cuentas bancarias.
Musk, que ha comparado a Moraes con Voldemort, el villano de "Harry Potter", y también ha descrito al juez como un "dictador (...) criminal descarado de la peor calaña, disfrazado de juez".
En su lucha contra la desinformación, el juez ordenó a las redes sociales retirar publicaciones de políticos e influencers que consideraba una amenaza para las instituciones de Brasil, normalmente en cuentas de partidarios de Bolsonaro que negaban que hubiera perdido su candidatura a la reelección en 2022.
Y ahí empezaron sus roces con la plataforma de Musk.
Después de que Musk cuestionó su decisión de bloquear algunas cuentas y dijo que las reactivaría, Moraes abrió en abril una investigación contra el multimillonario por obstrucción a la justicia.
A principios de este mes, X anunció que cerraba sus oficinas en Brasil debido a lo que llamó "órdenes de censura" de Moraes, aunque mantuvo su sitio abierto para los usuarios brasileños.
El juez advirtió el miércoles que suspendería el servicio si X no nombraba a un representante legal como exige la ley brasileña. El jueves, Moraes bloqueó las cuentas bancarias locales de la empresa de internet Starlink de Musk, alegando que podrían utilizarse para cubrir las multas que el juez impuso previamente a X.
Si bien muchos brasileños se han puesto del lado de Moraes, e insisten en que Musk debe cumplir la ley brasileña, algunos se han preguntado si ha ido demasiado lejos.
"Es un defensor de la democracia, pero a veces se ha excedido en su papel de juez al tratar con las redes sociales", dijo el analista Cesar, de la consultora Hold Assessoria Legislativa. "Él cree que la opinión pública está de su lado, pero no sé por cuánto tiempo".
Antes de formar parte del Tribunal Supremo, Moraes fue ministro de Justicia tras haber sido secretario de Seguridad Pública en su estado natal, Sao Paulo.
Moraes, un católico, tiene opiniones conservadoras sobre la economía. Durante años fue miembro del centrista Partido de la Social Democracia Brasileña, que ha desaparecido del panorama político.
Con información de Reuters
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