Fernando Pérez Algaba, conocido como "Lechuga" en su entorno, es el empresario que fue hallado descuartizado en Budge. En las últimas horas, se viralizaron fotos y videos del crimen y las mismas fueron difundidas por cientos de usuarios de WhatsApp.
En las imágenes, que son realmente sensibles, pueden observarse las extremidades de Fernando Pérez Algaba y los detalles en sus brazos, tales como tatuajes o una pulsera de cuero que llevaba en una de sus muñecas. Las fotos y los videos de "Lechuga" circularon con rapidez en WhatsApp, siendo un material reenviado por muchísimas personas que se impactaron al darse cuenta de lo que estaban viendo.
"Lechuga" fue encontrado descuartizado en una valija en un arroyo de la localidad bonaerense de Budge, partido de Lomas de Zamora. Se supo que tenía deudas millonarias y cientos de mensajes amenazantes que recibió producto de las mismas. Estaba desaparecido desde el lunes pasado, siendo buscado a raíz de una denuncia realizada por la mujer a la cual le alquilaba una locación en Ituzaingó.
El caso del empresario
Pérez Algaba se encontraba desaparecido desde el lunes pasado y habían iniciado una causa por averiguación de paradero tras la denuncia de la mujer a la cual le alquilaba en Ituzaingó. Según declaró, el empresario la contactó por redes sociales para alquilarle un departamento situado en la calle Olazábal al 1000, desde el 13 al 19 de julio, y como no supo nada más de él cuando debía devolverle las llaves del inmueble, radicó una denuncia.
Tras ello, el fiscal que estaba de turno, Marcelo Tavolaro, de la Unidad Funcional de Instrucción descentralizada de Ituzaingó, ordenó una inspección en el departamento que Pérez Algaba había alquilado y halló su pasaporte, una computadora, ropa, dos valijas, un bolso de mano y una constancia de atención médica psiquiátrica por trastornos de ansiedad, indicaron. En el lugar no fue encontrada su billetera, ni su teléfono celular ni DNI ni dinero en efectivo, añadieron las fuentes.
Tras el hallazgo del cadáver el pasado domingo, la causa quedó en manos del fiscal Domínguez, quien llevaba adelante diversas diligencias con el fin de esclarecer lo ocurrido, entre ellas el análisis de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía y la computadora personal.