Un artista ha construido una casa en un contenedor de basura en Londres y planea vivir en ella durante un año, con la intención de llamar la atención sobre los "disparatados" precios del alquiler de habitaciones en la capital británica en plena crisis del coste de la vida.
Harrison Marshall, de 28 años, se mudó hace un mes al contenedor adaptado en un trozo de césped de Bermondsey, al sur de Londres, explicando que es la única forma que tiene de permitirse vivir en la céntrica zona cercana a su lugar de trabajo.
De vuelta a la ciudad tras un periodo en el extranjero, dijo que le costó encontrar un lugar donde vivir dada la escasez de viviendas.
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"Como le ocurría a miles de personas en toda la ciudad y en todo el país, los precios se habían vuelto locos. Los alquileres son una locura", explica Marshall.
"E incluso si encontraba algún sitio que estuviera en mi zona de precios, entonces habría otras 100 personas o así buscando esa habitación".
La inflación de los precios al consumo en Reino Unido, que alcanzó en octubre su nivel más alto en 41 años (11,1%), sigue siendo de dos dígitos, alimentando una crisis del coste de la vida, ya que los salarios no han seguido el ritmo del encarecimiento de los alimentos y las facturas domésticas.
La creativa solución de Marshall al problema fue gastarse 4.000 libras (4.800 dólares) en construir una capota de madera con techo curvo y fijarla a un contenedor. Dentro tiene una pequeña cocina y un altillo para dormir. El contenedor amarillo, utilizado normalmente para los residuos de la construcción, lleva escrito en negro "Skip House" ("Casa Contenedor").
"El contenedor me dio la oportunidad de construir mi propia casita", explica.
Una organización humanitaria le prestó el terreno. Tiene un camino en el jardín que lleva a una escalera de entrada y un lavabo portátil en un rincón del solar. Se ducha en el trabajo, a 10 minutos en bicicleta, o en el gimnasio, y tiene acceso al agua de una manguera de la propiedad de un vecino.
"La verdad es que todos los vecinos son increíbles. Todos me apoyan mucho. Hay vecinos que vienen y me traen comida casera", dice. "Es una gran ventaja para todo el proyecto, porque esta zona parece tener una comunidad muy buena".
(1 dólar = 0,8318 libras)
Con información de Reuters