La reina Isabel de Inglaterra, cuyas apariciones públicas se han visto limitadas en los últimos meses debido a problemas de movilidad, hizo una aparición sorpresa el martes en una ceremonia para marcar la finalización de una línea de tren londinense largamente esperada que lleva su nombre.
Isabel, con un sombrero y un abrigo de color amarillo brillante y utilizando un bastón, estuvo acompañada por su hijo menor, Eduardo, y por el primer ministro, Boris Johnson, mientras descubría una placa en la estación de Paddington.
El proyecto ferroviario, de 24.000 millones de dólares, debía inaugurarse originalmente en diciembre de 2018, pero se había retrasado repetidamente por problemas con las pruebas de seguridad y los sistemas de señalización, incluso antes del inicio de la pandemia.
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Bautizada originalmente como "Crossrail", la línea Elizabeth conectará destinos del oeste de Londres, incluidos el aeropuerto de Heathrow y Reading, con Shenfield, en el este. Se abrirá al público el 24 de mayo.
Isabel ha sido vista en público en pocas ocasiones desde que pasó una noche en el hospital en octubre por una enfermedad no especificada, tras la cual los médicos le dijeron que descansara.
Desde entonces, ha desempeñado casi todas sus funciones a distancia o en persona en su casa del Castillo de Windsor y no asistió a la apertura de estado del Parlamento la semana pasada.
Johnson dijo que era "maravilloso" ver a la reina inaugurar la línea de tren, y que estaba en "tan buena forma".
Con información de Reuters