Robertito Funes Ugarte protagonizó un blooper en la TV Pública: “¡De esta vergüenza no se salva nadie!”

El conductor de “¿Quién sabe + de Argentina?” quiso seguir los consejos de un médico para estabilizar la presión arterial pero terminó de la peor manera.

14 de abril, 2021 | 13.16

Robertito Funes Ugarte protagonizó una divertido episodio en su programa ¿Quién sabe + de Argentina?, emitido por la TV Pública, cuando pidió consejos a un médico para estabilizar la presión. Al llevar a cabo las instrucciones, una falla técnica terminó con una sorpresiva caída del conductor.

¿Quién sabe + de Argentina? es un clásico programa de entretenimientos con la Argentina como foco a la hora de la evaluación. Bajo diferentes dinámicas, los participantes agrupados en parejas deben responder preguntas sobre historia, hechos, personajes, costumbres y demás temas que tienen que ver con nuestra idiosincrasia.

Sobre el final del ciclo, el conductor se tomó un respiro y aprovechó la condición de médico de uno de los participantes para pedirle un consejo práctico. “¿Qué se hace cuando tengo la presión baja?”, preguntó al pasar Funes Ugarte, y el hombre, llamado Alejandro, se explayó sobre dos prácticas básicas de primeros auxilios. “Te podés sentar y levantar las piernas altas, o tratar de comer algo salado con líquido”.

Robertito evaluó las dos opciones que le había brindado el facultativo y rápidamente se decidió por la primera. “De aquí a que pida y me traigan algo salado van a pasar cuatro semanas”, conjeturó, por lo que la metodología de levantar las piernas resultó ser el mejor plan. O al menos era lo que el pensaba. Atenta a lo que sucedía en el piso, una asistente le acercó una silla de plástico y el conductor se preparó para seguir las instrucciones del médico.

“Lo ideal sería apoyarla sobre otra silla”, indicó Alejandro y allí fue la productora en su auxilio, esta vez con una banqueta más alta. “¡Ay Roberto, qué difícil todo!”, exclamó la locutora, mientras el conductor, sentado en la silla de plástico, se arqueaba peligrosamente hacia atrás intentando con sus piernas alcanzar la silla más alta. Pero lo hizo con tanto énfasis que el respaldo de su silla plástico empezó a ceder hasta que se escuchó el ruido que tanto temía.

El conductor estalló en una carcajada que le inundó los ojos de lágrimas, mientras el médico observaba sin poder creer lo que pasaba enfrente suyo: “¡Gracias doctor, prefiero que me siga subiendo la presión porque de esta vergüenza no se salva nadie!”, argumentó Robertito, que sin embargo intentó probar una vez más. No fue la mejor decisión, ya que la silla cedió por completo y el conductor terminó despatarrado en el suelo.

La seriedad del programa se interrumpió por un momento y los seis participantes no podían contener la risa. ¿Cómo seguir después de lo que había pasado? El conductor se incorporó como pudo, mientras Nati, la asistente, ingresaba por tercera vez, en este caso para retirar las sillas y sus restos. “Les pido disculpas. Esto no estaba preparado”, admitió Robertito en unas improvisadas disculpas, mientras tuvo que apelar a todo su oficio para seguir con la rutina del programa, sabiendo que había asumido un riesgo; ese que en televisión puede tener sus consecuencias, que aquí se midieron en aplausos y carcajadas.