Lejos de tratarse de un destino turístico común, hay un rincón de la Argentina que parece salido de un sueño: está rodeado de vegetación exuberante y con propiedades terapéuticas que prometen renovar cuerpo y mente. Este destino de aguas termales está alejado del bullicio y la rutina, y es perfecto para quienes buscan desconectarse y vivir una experiencia inigualable en contacto con la naturaleza.
En las Yungas de Jujuy se encuentran las Termas del Jordán, un destino poco conocido pero de gran atractivo por sus aguas turquesas y propiedades terapéuticas. Este paraíso natural está rodeado de frondosa vegetación y montañas, ofreciendo una experiencia única para quienes buscan contacto con la naturaleza. Además de disfrutar de los baños termales, los visitantes pueden realizar caminatas por senderos que permiten explorar la biodiversidad de la región.
El acceso a las termas requiere coordinación previa, ya que se encuentra dentro de un área administrada por comunidades indígenas locales que autorizan y guían a los turistas. Esto garantiza la preservación del entorno y respeta las tradiciones de quienes habitan la zona. San Francisco, el pueblo cercano, complementa la experiencia con opciones de alojamiento y recorridos culturales que incluyen edificios históricos y muestras de la gastronomía local.
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La mejor época para visitar las termas es entre abril y noviembre, ya que el verano suele traer lluvias que complican el acceso. Aunque llegar a las Termas del Jordán requiere esfuerzo debido a su ubicación remota, el viaje recompensa con vistas impresionantes y la posibilidad de relajarse en sus aguas curativas. Las Termas del Jordán representan una joya escondida en el norte argentino, perfecta para el ecoturismo y para aquellos que desean explorar lugares poco convencionales.
No es Entre Ríos: la pintoresca ciudad termal ubicada a menos de 300 kilómetros de CABA
A tan solo unas horas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, existe un pequeño rincón donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza se encuentra en su estado más puro. Un lugar que, hasta hace poco, era un secreto bien guardado por quienes lo descubrieron. Con sus aguas termales como mayor atractivo, este destino se convirtió en un oasis perfecto para quienes buscan escapar del ruido y la rutina diaria.
Se trata de Tapalqué, un pueblo ubicado a 270 kilómetros de CABA que tiene muchos atractivos para visitar durante el fin de semana. Desde extensos parques hasta ferias de artesanos, el sitio es uno de los emblemas de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, lo que más destaca es su complejo termal, ideal para disfrutar en familia o pareja.
Las aguas termales de este pintoresco pueblo, ricas en minerales, tienen propiedades terapéuticas que atraen a miles de visitantes cada año. Su calor y minerales no solo relajan el cuerpo, sino que también ofrecen beneficios para la salud que ayudan a aliviar dolores musculares, problemas de circulación y estrés. El complejo termal cuenta con diversas piletas al aire libre, rodeadas de un entorno natural que invita al descanso total. Además, los visitantes pueden disfrutar de servicios de spa, masajes y tratamientos de bienestar que complementan la experiencia, convirtiéndolo en un verdadero refugio de relajación.
Cómo llegar a Tapalqué desde CABA
El acceso a Tapalqué desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es sencillo y rápido. El viaje en automóvil toma alrededor de 4 horas, recorriendo unos 350 kilómetros a través de la Ruta Nacional 3, una de las principales arterias de la provincia de Buenos Aires. Para quienes prefieren el transporte público, también hay servicios de colectivos desde la terminal de ómnibus de CABA, que conectan con Tapalqué, permitiendo disfrutar de un cómodo trayecto directo hasta el destino.